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Cásate con Venezuela

En el corazón del Zulia

La Bahía de San Carlos y las Dunas de Zapara son hermosos destinos de aventura que vale la pena visitar en el estado Zulia

  • Diario El Universal

16/04/2019 05:05 pm



Karla Graterol

¿Cuántos venezolanos conocen una bahía ubicada en pleno Golfo de Venezuela, en el estado Zulia, o unas espectaculares dunas que caen al Lago de Maracaibo? Asociamos el estado Zulia con torres de petróleo, fincas de ganado, con el puente Rafael Urdaneta, que sigue siendo una maravilla de la ingeniería nacional, o con La Chinita. Pero el Zulia es mucho más que eso. 

Adentrarse por sus caminos, para llegar a su corazón, es llenarse de satisfacción con sorprendentes lugares que muchos venezolanos desconocen. Mi aventura, junto con mis amigos comenzó al día siguiente de haber llegado a Maracaibo en carro. Salimos muy temprano en busca de nuestro amigo Luis de @soloaventura_camp, quien sería nuestro guía a las entrañas del estado Zulia. Para obtener fuerzas comimos un desayuno muy típico, de esos dietéticos, muy light, compuesto por mandoca y tequeyoyo. 

Arrancamos vía El Moján por una carretera, donde observamos muchos Wayú en sus labores cotidianas. Teníamos que tomar una lancha para poder llegar hasta San Carlos, así que guardamos la camioneta en la casa del señor Habacuc, donde pagamos solo Bs 1.500 diarios. Mi primera impresión del muelle fue como un terminal de pasajeros o un colectivo, por la cantidad de personas esperando por un bote. 

Antes de salir me tomé una deliciosa chicha hecha a base de harina de trigo, para refrescarme por el intenso calor, nunca la había probado. Finalmente salimos hasta San Carlos, lugar que llaman isla pero que ya dejó de serlo desde 1973 debido a la sedimentación del Caño Paijana. Tuvimos que dejar el mochilero en casa de una señora, con cara de buena gente, porque dificultaba mucho la caminata. Al liberarnos de la carga, seguimos hasta el castillo, el cual tiene 335 años y está cerrado por remodelación desde hace un año, según nos dijo Gregorio, encargado de cuidarlo desde hace mucho tiempo. El vigilante nos permitió el acceso al mismo para recorrer cada rincón. Nos percatamos de que le han hecho varios arreglos y a mi parecer conserva su belleza arquitectónica. Aproveché para tomarme mis respectivas 100 fotos y para bañarme un rato en la playa llamada La Bahía de San Carlos. 

Seguimos nuestra ruta como lo habíamos planificado, y después de recoger nuestras pertenencias en casa de la buena vecina, regresamos al muelle para tomar otro bote con destino a Isla Zapara donde nos esperaba nuestro anfitrión Piñita y su Familia. A pesar de que amigos nos alertaron de lo peligroso de la zona por la existencia de mafias, nunca sentí miedo, o estar en peligro. 

Tras un largo día, nada mejor que una buena comida, así que preparamos un suculento pescado en la casa de nuestros anfitriones que me hizo sentir en la gloria. Cayendo la noche guindamos nuestras hamacas afuera de la casa de Piñita, quien tiene un caney donde dormimos arrullados por los relámpagos en el cielo, como si estuviéramos en el Catatumbo. 

La mañana siguiente, al abrir mis ojos en esa hamaca y ver los colores fucsia y violeta junto al Sol, fue un hermoso sueño, fue como amanecer enamorada. Antes de iniciar la caminata me fui a cocinar con la Negra, la esposa de Piñita, unas arepitas, mientras Paco su hijo, quien era nuestro guía, afinaba los detalles. El muchacho nos recomendó protegernos de la plaga. Nos dijo: "váyanse bien tapados por que se los van a comer los mosquitos", y no se equivocó. Bien valió la pena el esfuerzo, luego de una caminata de 30 minutos, aproximadamente, estaban ahí las tan anheladas Dunas de Zapara. Eso fue amor a primera vista, verlas caer en en el Lago de Maracaibo. 

De verdad que no tengo palabras para expresar lo que sentí al ver tal espectáculo. Solo puedo decir que lloré de la emoción. Seguimos por el camino de los manglares hasta llegar a una playa de fuerte oleaje. En la tarde, la Negra nos tenía el almuerzo preparado con pescadito fresco guisado, para luego partir rumbo a Maracaibo. De tanta emoción sentí que el corazón se me salía del pecho y agradecía a Dios lo especial que es conmigo por permitirme disfrutar de todo esto. 

 @karla_gpvzla
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