Daniela Martínez Moyetones
"En la montaña de Sorte por Yaracuy, en Venezuela vive una diosa"..., los versos de esta reconocida canción de Rubén Blades, hablan de las bondades de uno de los atractivos turísticos más visitados en el estado Yaracuy: la montaña de Sorte, un hermoso monumento natural donde nacen los ríos Yaracuy, Chorro y Charay, Guarabao, Buria, Turbio, entre otros.
Durante los pasados carnavales tuve la oportunidad de descubrir, en compañía de mis amigos, nuevos lugares para divertirnos en la capital del estado Yaracuy, San Felipe. Adentrarse en esta región del centro del país es sinónimo de encontrarse con la naturaleza, respirar aire fresco y relajarse. Así se siente uno cuando camina por los senderos que ofrece el Parque Leonor Bernabó, donde se observan gigantescos y frondosos árboles frutales, gran diversidad de flores, se escucha el cantar de los pájaros y el peculiar sonido de las corrientes del río Yurubí, que nace en la Sierra de Aroa a una altitud de 1.700 metros.
Esta área recreacional forma parte de las 23.670 hectáreas que conforman el Parque Nacional Yurubí.
Muchas actividades se pueden practicar en este parque ubicado al noreste de la ciudad de San Felipe, en la avenida La Paz. Los visitantes disfrutan escalando cada una de sus enormes rocas para practicar clavados o simplemente lanzarse desde ellas y sumergirse en las aguas puras y cristalinas que provienen de la montaña.
Con un clima templado, producto de la tupida vegetación, y el cantar de la diversidad de pájaros, nos recibió el parque Leonor Bernabó, el cual posee dentro de sus instalaciones tres zonas recreacionales infantiles, canchas deportivas, un balneario, una caminería peatonal que conduce a los refugios con parrillera, piscina, zona camping, una cafetería, sanitarios, vestuarios y un amplio estacionamiento. Aventurarse con familia o amigos es la mejor opción si de disfrutar se trata.
Mis amigos excursionistas me enseñaron que es importante ejercitarse un poco antes de emprender una caminata por más de dos horas. Iniciamos esta aventura con estiramientos, flexiones, respiraciones y sin olvidar el buen humor para romper el hielo.
Una vez que terminamos los calentamientos, comenzamos a recorrer el sendero que tiene tres miradores en diversos puntos del trayecto. Las piedras y la tierra húmeda hacen difícil el inicio del camino, pero poco a poco, al transcurrir el tiempo se observa cómo la vía va cambiando y comienzan las subidas en donde se requiere fuerza y precisión.
Cada vez el sendero se convierte más y más empinado, pero el esfuerzo vale la pena, una vez que se llega al primer mirador, donde la montaña nos regala una vista única. Se respira y se siente aire puro, suspiras tranquilidad porque sabes que descansarás, pero al mismo tiempo te deleitarás con una vista panorámica de la hermosa ciudad de San Felipe y más allá.
Nosotros solo llegamos a la mitad del camino porque el tiempo se tornó rudo y la lluvia imposibilitó finalizar nuestro paseo. Para recortar el tiempo de regreso, tomamos otro camino más corto que nos llevó a una mini laguna, con aguas cristalinas pero muy frías provenientes del río Yurubí. Nuestra reacción fue lanzarnos en la poza para nadar, pero sentíamos que nos congelábamos por las bajas temperaturas del agua.
Para mí este paseo, fue una experiencia única porque disfruté de estos atractivos naturales de mi tierra. Les recomiendo que si quieren realizar esta caminata lleven mucha agua potable, lentes de sol, ropa cómoda, repelente y protector solar.
El parque está abierto al público de martes a a domingo de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
Como toda yaracuyana estoy orgullosa de cada rincón de mi tierra y es por ello que cada vez que la visito no pierdo ni un segundo en recorrer sus hermosos lugares.
@danielamoyetones
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