Desde el monumento del Obelisco al oeste de Barquisimeto inaugurado en la década del cincuenta, hasta La Flor de Venezuela ubicada recientemente hacia el este de la urbe, esta comunidad ha sido embellecida con el pasar de los años por estructuras que se han convertido en emblemas. Una Catedral en forma de flor invertida, un centro comercial con aspecto de instrumento musical y hasta un pequeño museo vial forman parte de los símbolos que la hacen más agradable a la vista. 

El Parque Zoológico Bararida es una institución que forma parte de la historia contemporánea de la capital larense. Se trata de un área verde de un poco más de 19 hectáreas que fue destinada hace más de 50 años a la preservación de especies de varias partes de Venezuela y el mundo. Alberga un poco más de 8 mil animales y además cumple una función de reproducción ex situ, para luego reinsertarlos a sus ecosistemas y repoblar familias que se encuentran en peligro de extinción. A muchos pudiera no gustarle la idea de ver animales encerrados, pero la función que cumple este centro va más allá de eso, se trata de enseñanza con castas y razas que probablemente muchos no se tenga oportunidad de ver en su habita e individuos que han sido rescatados y atendidos pero que no pueden regresar a su medio. 

Esta frase es muy común entre los barquisimetanos, con ella regularmente expresan asombro. Probablemente eso era lo que quería causar el doctor Enrique Lucena en los asistentes a su parque, el cual tardó diez años en construir en 12 hectáreas de su propiedad ubicadas en la zona de Río Claro, desde donde se puede ver parte la ciudad y donde se hace un recorrido de tres horas que lleva al visitante por diferentes parajes de la cotidianidad larense. Aquí se construyeron representaciones a escala de estructuras emblemáticas de Barquisimeto como la Redoma del Sol, obra del artista plástico Carlos Cruz Diez que se realizó para esta tierra en 1989, se construyeron monumentos a bailes tradicionales como los zaragozas y se caracterizaron personajes históricos como el General Eustoquio Gómez, presidente del Estado Lara en época de Juan Vicente Gómez, que recibe en la entrada al turista y forma parte del recorrido. Este lugar abrió sus puertas hace pocos años y no pretende otra cosa que engrosar la larga lista de entretenimientos de esta región. 

Desde hace un tiempo cuando en Barquisimeto dicen - ya vengo, voy a la playa- lo hacen de forma literal, porque la tienen muy cerca gracias a una "costa" artificial que se inauguró en el 2015 buscando esos elementos que terminen de catalogar a este como el destino perfecto. Una hectárea de extensión concentra una playa de arena blanca y una piscina de olas con tobogán incluido, pero además el espacio cuenta con restaurante, café y heladería, y el proyecto de un centro comercial y una galería gastronómica. Su creador, Leonardo Gascheteff asegura que pese a los pronósticos de país, esta ciudad se encuentra en una etapa de crecimiento y desarrollo para la que hay que estar preparado con propuestas novedosas que la posicionen en los mercados nacionales e internacionales. 

5. Atardecer en el Manto de María: Este lugar que inauguró el monumento mariano más alto de su tipo en el mundo se convirtió en uno de los puntos más bonitos para apreciar los crepúsculos barquisimetanos. La construcción no tiene mayores atractivos más que la escultura compuesta por 3772 tubos de aluminio pintado, pero el silencio que se experimenta en el sitio y la vista desde el mirador de su terraza o desde la misma colina que soporta la imagen de La Pastora, hace de esta una experiencia divina.