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Ojos sobre la ciudad

Pedacito alemán

Experiencias interesantes se pueden vivir en la Colonia Tovar gracias al esfuerzo de colonos alemanes quienes la convirtieron en destino turístico

  • CLAUDIA HERNÁNDEZ

05/11/2018 04:40 pm

Para la mayoría de los caraqueños visitar La Colonia Tovar es sinónimo de relax, descansar, pasear por sus estrechas calles con edificaciones al estilo de los chalets alemanes, comer el plato típico de cerdo y repollo agrio acompañado de una buena cerveza y degustar unas fresas con crema. 

Pernoctar en una de esas pintorescas cabañas decoradas con flores multicolores y amanecer rodeados de cultivos de lirios, calas, eucaliptos y helechos, para luego desayunar al aire libre, disfrutando de un paisaje de verdes lomas, enmarcado por blancas nubes y un infinito cielo azul, significa un plan diferente y único. 

Según los descendientes de los primeros colonos que llegaron a tierras venezolanas en 1843 procedentes del Gran Ducado de Baden, en Alemania, las tierras que les fueron prometidas para desarrollar la agricultura no llenaron sus expectativas. Elvira Gutt, coloniera y productora de flores, relató cómo fue la travesía de sus tatarabuelos desde que desembarcaron en las costas de Aragua, específicamente en Choroní, para recorrer, a pie miles de kilómetros y llegar a una zona boscosa, "la Colonia Tovar no lucía como ahora, la vegetación era muy tupida, como una selva y no existían los servicios básicos, ni carreteras. Muchos inmigrantes se enfermaron y hasta fallecieron". 

Sus antepasados formaron parte de ese grupo de trescientas noventa y un familias que llegaron con diferentes oficios y profesiones, con un equipaje ligero, pero cargados de sueños y esperanzas. Los Gutt, al igual que muchos de sus compatriotas, comenzaron cultivando frutas como las fresas y legumbres o bulbos como el ajo, en el sector Los Pinos, para después cambiar el rubro a flores, que exitosamente vendían a viveros de Caracas. La dificultad para sembrarlas, por los altos precios de las semillas, poco a poco los han empujado a cambiar el perfil de su negocio. La llegada de nuevos integrantes a la familia con ideas innovadoras los llevó a tomar la decisión de explotar el turismo, aprovechando la vista, el clima templado y la belleza de sus jardines. En las terrazas construyeron cinco amplias cabañas equipadas con cocina y un mobiliario que brinda el confort de un excelente hotel, convirtiendo un sueño en realidad: El Alojamiento Kather. 

El trato amable y servicial de Elvira Gutt, su hija Yeanette y su yerno Levy Martínez, es parte de su atención personalizada que hace sentir a los huéspedes como en casa. Madre e hija están de acuerdo en que sus logros se han alcanzado gracias a mucho sacrificio. Yeanette Bermudez de Martínez destaca que su idea al comenzar este emprendimiento fue ofrecerle al visitante una estancia diferente, apartada del ruido y del estrés de la ciudad, "a la colonia se le llama: Pedacito de Alemania Caribeña o Paraíso Terrenal. Nuestro lema es tradición y encanto en La Colonia Tovar". 

Así mismo, Levy Martínez, explica que al momento de construir se conservaron los lineamientos de un decreto municipal que exige mantener el mismo diseño en todas las construcciones en el enclave, "las casas deben ser inclinadas, con sus frentes blancos con rayas negras y techos rojos o verdes, porque las regiones de Alemania tienen esas fachadas".

Entre los servicios que ofrecen en la posada, está un recorrido en rústico para conocer emprendimientos del poblado alemán y están pensando en diseñar actividades recreativas para los más pequeños. @alojamiento_kather 

Atracciones en la Colonia Tovar 
Al abordar el vehículo para comenzar la excursión, nos detuvimos en la casa más antigua del pintoresco pueblo. Construida hace 177 años, la vivienda conserva el diseño tradicional alemán con paredes blancas o cubiertas por piedras, techo rojo, y un antiguo molino magnetizado que trabajaba en la generación de electricidad para el uso de la casa. 

La segunda parada fue en la fábrica de vino y licores artesanales, Müssle Wein, donde sus propietarios muestran a los visitantes el proceso de selección de la fruta y su destilación, para la elaboración de una exquisita variedad de vinos y cervezas. Durante la cata de sus productos, la empresaria Irma Müssle explicó las características de sus bebidas como el vino, el licor dulce y la cerveza y expresó sentirse orgullosa de su trabajo. "Esta es una empresa familiar, mi hijo que es enólogo, ha aportado sus conocimientos para mejorar la producción en cuanto a calidad. Con nuestra cerveza participamos en el evento Octoberfest". Instagram: @vinocoloniero 

Siguiendo el recorrido, el conductor del rústico anunció que conoceremos la fábrica del maestro charcutero, Gunter Hubrig, Embutidos Gunter. Este empresario alemán llegó en 1981 a La Colonia Tovar y en 1993 logró un Récord Guinnes con la salchicha más grande del mundo, que midió 15 metros y pesó 498 kilos. Este negocio ofrece más de 30 tipos de salchichas y jamones. Instagram: @elrinconaleman 

Otro de los lugares de interés que visitamos fue una fábrica de Chocolates, La Chocolatería. Una de sus colaboradoras, Johana Galaviz, nos dio una cátedra sobre la historia y las bondades del cacao Aragüeño y sobre el proceso de elaboración de sus productos, muchos de los cuales son mezclados con frutas y nueces. 

El arco y la flecha es un deporte ancestral que puede ser practicado en La Ballesta, en La Colonia Tovar. También se practica tiro al blanco con rifle de aire. Visitarlo fue parte del recorrido. Además de ser un sitio de distracción y de mucha adrenalina para los jóvenes, tiene una barra al aire libre para los acompañantes. 
 ¿Quién no soñó de niño con tener una casa dentro de un árbol? Así como en la película de Walt Disney, La Familia Robinson, así es la casita del árbol que se encuentra en la población alemana. Un puente colgante comunica a un establecimiento de comida con esta casita construida dentro de un milenario y gigantesco árbol. Instagram: @casitadelarbolct. 

Cocina alemana e internacional 
En un viaje diferente a La Colonia Tovar, las delicias culinarias no podían ser una excepción, así que dejamos de lado los platos típicos alemanes de rodilla de cerdo acompañada con repollo agrio y salchichas mixtas, para decidirnos por las propuestas gourmet del restaurante del hotel Bergland, que cuenta con acogedores salones decorados con un estilo campestre. En sus paredes se pueden apreciar los tradicionales relojes cucú, típicos de la región alemana de Selva Negra o a través de un gigantesco ventanal los comensales pueden extasiarse viendo un hermoso paisaje de las montañas donde se encuentra el centro del pueblo con su icónica iglesia. 

Entre más de veinte platos, mi selección para la cena fueron unas exquisitas chuleticas frescas de cerdo en salsa de jamón serrano, que le daba un sabor dulzón, acompañadas de fettuccines de espinaca y vegetales. 

Para quienes prefieren un sabor italiano con un toque picante, les recomiendo una delicia, lomito de cerdo grillé cubierto con salsa arrabiata, gratinado con mozarella acompañado con plumitas cuatro quesos, un plato para ¡chuparse los dedos! 

@claudiaher_1 
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