Apure Natural
El tercer Estado más extenso de Venezuela. Uno de los destinos donde mejor se puede reconocer la cultura de este país
ÉRIKA PAZ
El río Apure baña la capital de su Estado, se puede ver al cruzar el puente María Nieves, vía de acceso a la ciudad desde Guárico, nombre de la estructura que recuerda que el escritor Rómulo Gallegos se inspiró en este suelo para escribir una de sus más grandes novelas. Estas aguas deberían suponer una obvia relación con sus quehaceres, pero el visitante apenas siente sus lazos porque San Fernando está como dispersa entre el desorden que la caracteriza. Esta ciudad fue fundada en 1788, demarcada su plaza mayor y colocada una cruz en el lugar donde se levantaría la iglesia. El terreno fue descrito como un espacio "abundante en tierras de labor y cría, madera para fábrica, leña y agua corriente". Se tenía claro que el propósito de este destino sería ese que literalmente daría frutos el suelo; a un lado de tanto campo fértil se irían levantando conforme pasaban los años, estructuras que hoy apenas cuentan de forma borrosa su historia.
En San Fernando se puede conocer la Casa de Bolívar, una vivienda de 1878 que alojó al Libertador durante su paso independentista por estas tierras, el derruido Palacio Barbarito, edificio donde los cazadores de principios de siglo XX guardaban las plumas de garza que luego exportarían a Europa y Estados Unidos, El Palacio de Gobierno, construido en época Pérez Jimenista, además de una cantidad casi absurda de monumentos dedicados a distintos próceres, apostados en redomas dentro y las afueras de la entidad.
También existe un modesto museo que lucha por sobrevivir y mostrar el valor de las costumbres llaneras; lleva el nombre de Antonio José Torrealba Osto, y vuelve aquí a relucir Gallegos y el orgullo que representa para este llano, porque Osto era el baquiano que en 1927 acompañó al escritor en sus recorridos por los rincones que luego inspirarían su libro. Entonces, después de conocer este lugar que presenta una pequeña exposición de arqueología, algunos objetos históricos y una muestra de pintura, es mejor agarrar camino y empezar a perderse como Doña Bárbara, con los espacios verdes, amplios y puros que ofrece el llano.
Tierra Fértil
En la carretera perimetral entre San Fernando de Apure y Biruaca, el Hato La Guanota demuestra lo productivo de Apure. Aquí la familia Moser descubrió a principios de la década del setenta a la búfala como animal de ordeño. Comenzaron a experimentar con quesos que se convirtieron con el pasar del tiempo en mozzarellas, bocconcinis, trenzas y madurados, que se encuentran actualmente en los anaqueles de grandes supermercados. Comprobaron la rentabilidad de su materia prima con la creación de un dulce de leche, cuya receta conocieron en un viaje a Brasil; quien iba a pensar que unos animales traídos de Trinidad y un procedimiento carioca, darían como resultado un producto tan venezolano y que identifique tanto la zona como El Bufito.
La Fauna en Todo su Esplendor
Hay que tomar camino hacia Mantecal, para encontrase de frente y sin intermediarios con lo más grande de la riqueza apureña. Esta región protege en la figura de un hato más de 53.000 hectáreas de vida silvestre, que se pueden apreciar desde que se entra en sus espacios. El Cedral, fue una de las tantas propiedades que en época de expropiaciones pasaron a formar parte del Estado Venezolano. A diferencia de otros refugios de fauna, éste muestra una cara más que decente a los visitantes. Se dice que en gran parte es porque los guardias de la tierra son los trabajadores, que toda la vida estuvieron trabajando en la hacienda y protegiendo la vida que habita en ella. La bienvenida aquí la dan los chigüires, una población de más de 12.000 roedores que se encuentran desde el portón principal, y se instalan a lo ancho y largo de la vía de tierra de siete kilómetros que existe entre éste y el campamento. Ellos son los dueños del suelo y se acuestan largo a largo en la carretera, se atraviesan frente al carro porque saben que este se va a detener, posan (quiere creer uno) para la foto. En El Cedral éste es sólo el abreboca, porque las excursiones por sus terrenos dejan al descubierto una gran cantidad babos y caimanes, osos hormigueros, anacondas, algún puma si se tiene suerte, y más de 350 especies de aves que han sido registradas por observadores y expertos en sus visitas. Es así como en Apure se confirma la naturaleza en su estado más bonito, libre y protegida. Es como en la sabana se demuestra lo que el llano representa, y lo que hace grande en recursos a un país.