Recorrer Paria, con pasos firmes y divertidos
Visitar la península es pasearse por una tierra que alberga historia y diversión
Jesús Enrique Méndez Guer
En el Golfo de Paria, donde se encuentra el padre río Orinoco con el mar, la etnia Warao, además de custodiar el Delta, navega en sus curiaras por los canaletes en busca del sustento, al tiempo que disfruta de la gran variedad de aves pescadoras, corocoras y garzas que al bajar la marea vuelan a orillas de los caños buscando caracoles y camarones. En este paraíso encontramos el santuario de Manatí, en medio de los manglares que ofrece sus verdes y marrones que contrastan con los azules del cielo.
Carúpano
Vamos al norte de la península, llegas a Carúpano. llamada la Puerta de Paria, un lugar que demuestra su alegría con su máxima fiesta, el colorido carnaval que llena de música y ritmo sus calles, con bailes, desfiles y comparsas. Famosa por sus chorizos carupaneros, encontrarás estos embutidos en las casas de familias dedicadas generación tras generación a su manufactura.
Río Caribe
Continúas el viaje bordeando esta costa maravillosa para llegar a Puerto Santo, el Morro y finalmente Río Caribe, un hermoso pueblo del siglo XVII, con su arquitectura antillana-colonial, sus limpias calles que llevan al malecón y la bahía de caracolas donde cada día llegan los peñeros cargados de peces que son nuestra dieta diaria. A un lado de la plaza Antonio José de Sucre, que posee un jardín de calas obra de Patricia Vandalen, puedes visitar a la dulce Mirna y sus licores con nombres picosos y divertidos, cargados de jocosas historias.
Al llegar a la plaza Bolívar y al parque Miranda te eclipsa nuestro templo dedicado a San Miguel Arcángel, construido en 1717 y remodelado en 1919; es una verdadera joya que alberga una amplia colección de arte, hermosas imágenes coloniales y retablos obra del artista local José Gregorio Valencia.
Al terminar el recorrido en la iglesia te recomiendo degustar de las deliciosas empanadas de Mary y un refrescante “esnobor”, un cepillado con el sabor de las frutas de la temporada.
Las playas
Sales de Río Caribe para llenar de energía tu viaje con nuestras playas más emblemáticas, cada una para cada gusto
Chagurama de Loero con su suave arena, olas moderadas y palmeras te invita a la tranquilidad. Justo al lado, están Playa de Uva y Nivaldito, son pequeñas, íntimas y custodiadas por el Hotel Villas de Playa de Uva, un hospedaje hermoso, cómodo y rodeado de naturaleza.
En el camino puedes disfrutar la experiencia del chocolate en el Eco-Museo del Cacao Pariano. donde tienes visitas guiadas por el equipo de la plantación del cacao. Luego participa del proceso hasta probar los chocolates que se producen en este lugar, una experiencia llena de magia.
Más al este se encuentra la famosa Playa Medina de agua fría, calmada, sin oleaje y con palmeras por doquier. En esta reconocida playa, la Posada Cabañas de Medina y la comunidad hacen un hermoso trabajo enfocados en el cuidado de los espacios. Este es un espacio de paz y calma.
Escondida tras una carretera de tierra está Chaguarama de Sitillo, una playa virgen, llena de palmeras, con el sonido del incesante oleaje que incita a tomar la tabla y surfear en las crestas de sus olas. En esta playa puedes acampar bajo la custodia de la comunidad, quienes se encargan del mantenimiento de sus espacios.
Después nos encontramos Pui puy, así suenan las ranitas en tiempo de lluvia y apareo. Es una gran extensión de arena y oleaje fuerte, la preferida por surfistas que cada año llenan sus espacios con carpas y alegría. En esta playa hay posadas, hostales y cabañas en la orilla, donde también puedes ver en temporada, desde abril hasta septiembre, el desove de tortugas marinas y el nacimiento de los tortuguillos que son luego liberados al mar.
Gastronomía de fusión
Pueblos como Güiria, Yaguaraparo, Irapa, El Pilar y El Rincón nos brindan una experiencia de cacao, coco y especias, una gastronomía influenciada por las Antillas en el majestuoso Caribe, que con una gran carga de curry, sarrapia, nuez moscada, clavos de olor y canela inundan de sabor nuestra mesa y nuestra historia.
Si de cacao se trata puedes pasear por sus cultivos, conocer de la genética local y nacional, sus procesos de cosecha y post cosecha en una de las haciendas más hermosas del país con una impecable colección genética de nuestro variado cacao. Hacienda San José, en El Pilar, te ofrece un recorrido que te hace comprender la complejidad de este fruto que es nuestro verdadero oro que brota de los árboles.
Te recomiendo visitar Naty y su cocina tradicional. Esta parada cierra la experiencia con sabores caseros como el maíz, cachapas, proteínas, tarkarí de pato criado en su corral, y demás sabores típicos de la región.
Viajar a Paria es una experiencia única, depende de la temporada que escojas, siempre será una aventura inolvidable.
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