Gran experiencia recorrer el llano venezolano cabalgando
Hato Cristero ofrece atractivos paquetes vacacionales para los amantes del campo
Claudia Hernández
Disfrutar un atardecer en los llanos de Barinas, donde se respira un aire con olor a mastranto, ver diferentes especies de aves o arrear el ganado para llevarlo a los potreros es solo parte de la experiencia que significó recorrer el Hato Cristero en Barinas.
La familia Concha nos abrió las puertas de su casa en San Silvestre y nos enseñó lo que es vivir la faena del campo, conocer de cerca su programa de educación ecológica, visualizar la fauna silvestre y cabalgar.
Realmente ser jinete no es mi especialidad, pero junto con el maravilloso personal del Hato Cristero, uno se deja guiar confiando en sus colaboradores y así sus caballos se convierten en los mejores compañeros para recorrer los verdes caminos del llano.
Antes de llegar a los potreros conocimos una de sus más valiosas mascotas, Rómulo, una baba del Orinoco domesticada cuyo hogar es una pequeña laguna de agua dulce adaptada para él.
Este caimán, de más de tres metros, atiende al llamado de Odrián Escobar, técnico administrador, cuando pronuncia su nombre, tal como si fuese un perro o un gato. Rómulo fue llevado hasta el hato, como un obsequio, para ser liberado, pero no se logró su liberación porque se acostumbró a permanecer en ese hábitat.
Posteriormente llegamos a uno de los potreros donde estaban cepillando a los caballos, poniéndoles las sillas y preparándolos para salir a cabalgar.
Mientras el personal del hato se encargaba de todos los detalles para el paseo, conocimos los becerros recién llegados que descansaban bajo la sombra de inmensos árboles, tratando de protegerse del sol inclemente del llano. Entre los aproximadamente veinte nuevos integrantes de la familia había unos gemelos que eran difíciles de diferenciar. Uno de los ayudantes interrumpió nuestra visita para enseñarnos una serpiente enroscada en la cerca, alertó que era muy común verlas en los arbustos y en las lagunas.
Al salir junto con el resto de los huéspedes del hato, recorrimos los caminos del Hato Cristero en un paseo que ellos han llamado Safari, algunos en jeeps y otros a caballo.
Durante el paseo nos acompañó una gran variedad de aves, garzas, corocoras, alcaravanes y patos; pudimos ver chigüires en su hábitat natural. Al llegar a nuestro destino, donde disfrutamos de un hermoso atardecer nos encontramos con otra serpiente en la laguna.
Regresando a la casona, donde nos esperaba una exquisita cena, nos topamos con el ganado que iba rumbo a sus potreros.
La belleza del llano venezolano nos recuerda la grandeza de nuestro país.
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