Espacio publicitario

Canaima, una experiencia mágica en medio de una maravilla natural

El parque combina su imponente belleza con tradiciones ancestrales de los pemones

  • Diario El Universal

05/02/2024 12:35 am

Andrea Calma Hernández
Difícilmente algún venezolano no sueña conocer el Parque Nacional Canaima, ese lugar maravilloso del que muchos hablan, pero que pocos tienen la dicha de visitar. Aquella mañana del 7 de enero yo me había convertido en una de esas afortunadas. Ese día quedé fascinada por una naturaleza que, pese al pasar de los años y a los desatinos del ser humano, sigue manteniendo su nobleza y exuberancia.

Después de tomar café y encomendarnos a Dios subimos a la avioneta de una amiga que gentilmente ofreció llevarnos al reservorio natural declarado en 1994 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. A los pocos minutos del despegue, noté el río Paragua, cuyas aguas son navegadas por los osados mineros mientras se dirigen a las zonas de explotación aurífera. Luego la vegetación fue ganando espacio mostrando un paisaje verde con toques morados.

Aquel lugar aparentemente no penetrado por el hombre me hizo reflexionar acerca de lo grande y poderosa que es la naturaleza. El tiempo de vuelo fue de 25 minutos, desde el aeropuerto de La Paragua, en el municipio Angostura (al este del estado Bolívar), hasta el Parque Nacional Canaima.

El Paraíso
Cuando nos aproximábamos a Canaima pude ver el río Carrao, ese afluente de agua oscura y caudalosa que ha sido inspiración de canciones y poesías. En pocos minutos bajamos de la avioneta y caminamos hacia la entrada del parque, ahí un grupo de guardaparques nos dieron la bienvenida e indicaron una serie de normas para permitirnos el ingreso.

Mientras, una avioneta de Conviasa aterrizó minutos antes que nosotros y el grupo de turistas que transportaba hacía cola para registrar su llegada y ser recibidos por los guías de los campamentos. De inmediato pregunté sus procedencias: polacos, austríacos, españoles, chilenos, chinos y, lo más hermoso, venezolanos radicados en otros países que llevaron a sus amigos y parejas a hacer turismo en Canaima, y otros que durante varios años lo planearon.

“Teníamos como seis años esperando para venir a Canaima, pero siempre pasaba algo, hasta que mi nieta nos dijo vayan porque el tiempo está pasando; y ahora estamos aquí, en un sitio espectacularmente increíble, donde la gente es bella y amable”, comentó Ana María Basulto, turista chilena.

Otro testimonio que me resultó esperanzador fue el de la caraqueña Rosalba Plaza. Ella, con un brillo especial en sus ojos y una sonrisa que dejaba ver lo feliz que estaba, expresó: “Después de 15 años sin venir pude regresar y la verdad es que no hay palabras para describir lo bello que es esto. Yo apoyo 100% el turismo nacional. A Venezuela hay que recorrerla entera”.

Un lugar de paz
Hacia el área de los campamentos se ubica La Laguna, un lugar precioso donde la arena es blanquísima y suavecita. El agua es una combinación entre el azul y el negro, da la impresión de ser fría, pero basta con tocarla para querer sumergirse en ella. Desde la orilla se pueden ver los diferentes saltos de agua, denominados La Golondrina, Ucaima y Wadaima, a los cuales es posible tener acceso viajando en lancha o curiara. En estas caídas de agua casi siempre es permitido escalar las paredes rocosas hasta quedar detrás de la corriente de agua.

Aunque no fui preparada con ropa adecuada para bañarse, hay oportunidades que se presentan una sola vez en la vida, así que terminé mojada con jeans y franela. Sin duda alguna, ese fue un momento de felicidad plena.

Un sueño posible
En Canaima existen varios campamentos construidos para recibir turistas, unos más lujosos que otros; por lo general, la selección del mismo va a depender del poder adquisitivo del viajero.

Hay un grupo de prestadores de servicios que ofrecen paquetes de cinco días y cuatro noches, que van desde los 540 dólares por persona, esto incluye pasajes aéreos en vuelo comercial de Conviasa, saliendo desde Maiquetía, alimentación durante toda la estadía y excursiones a diferentes saltos, inclusive al Salto Ángel. Las habitaciones son sencillas, pero cómodas y limpias, la atención como en todo el parque es de calidad.

Para los que gozan de mayor libertad financiera pueden hospedarse en campamentos más modernos y confortables. Aquí el servicio es VIP, como para no querer salir del lugar, camas con lencería blanca, salas para masajes en medio de la vegetación, piscinas naturales con vista a los saltos, caminerías que llevan a paisajes de películas y habitaciones espaciosas y decoradas con exquisito gusto. Bien vale pagar más de mil dólares por una de ese tipo.

Mi tiempo en Canaima fue breve porque no era un viaje planificado, se trató más bien de estar en el momento y el lugar perfectos, y agradezco a Dios, a mi amiga Sharito y a su esposo por la bendición que me dieron.

Me bastaron pocas horas en Canaima para renovar mi esperanza, para contagiarme con la fortaleza de cada ser humano que trabaja a diario para cuidar de ese milagroso lugar, que es de todos los venezolanos. Todavía resta mucho por hacer para impulsar el turismo en Venezuela, pero ya empezó a recuperarse y eso debe alegrarnos y motivarnos.

Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario