María Carolina Fiorillo
El Parque del Este ha sido uno de los espacios predilectos para disfrutar del esparcimiento al aire libre. Las mañanas en el parque son luminosas y cargadas de la energía de caminantes y corredores que hacen su rutina de ejercicios diarios.
El parque y su historia
Fue inaugurado en 1961, ocupa 82 hectáreas de superficie y es uno de los más importantes de la ciudad de Caracas. El arquitecto brasileño Roberto Burle fue el responsable de su diseño.
Inicialmente fue nombrado Parque Rómulo Gallegos; en 1983 cambió a Parque Rómulo Betancourt, en homenaje al presidente durante cuyo mandato fue construido, y actualmente su nombre es Parque Generalísimo Francisco de Miranda, en honor al precursor de la Independencia de Venezuela.
En el parque se puede disfrutar el jardín hidrofílico, el lago Carlos Guinand, el lago de las Corocoras, el lago de los patos y el lago de los botes, en todos ellos hacen vida diversas especies de animales en los diferentes recintos dispuestos para ello.
Planetario Humboldt: observando el cielo
Dedicados a la educación y a la divulgación de la astronomía, con su proyector “Planetario Zeiss”, en el Planetario Humboldt ofrecen funciones durante los fines de semana en las que se puede aprender acerca de los fenómenos astronómicos.
También se puede disfrutar el cielo estrellado de Caracas sin contaminación lumínica, debido a la proyección que se realiza en su majestuosa cúpula, en cuyo borde se puede apreciar el horizonte caraqueño con el Ávila, con la Silla de Caracas y con el Pico Naiguatá, así como construcciones emblemáticas de nuestra capital.
Barco Leander, de Colón a Miranda
Durante estas vacaciones mi compañero en el parque fue mi sobrino de nueve años, a través de cuyos ojos pude ver nuevamente los lugares de toda la vida, confirmando que el parque es bello para todos.
Uno de nuestros objetivos era entrar en el barco y para ello habíamos indagado la fecha de su apertura al público.
Finalmente pudimos visitar la réplica del Leander, que fue el barco en el que se hizo la primera operación por la libertad de América, hecha a tamaño real y construida igual a la original. Me sorprendió gratamente el cuidado de los detalles, el estado de la embarcación, la atención de los guías y lo bello del lugar.
Anteriormente, el barco del parque era una réplica de una de las carabelas de Cristóbal Colón; en todo caso, Leander o Santa María, la experiencia vale la pena.
Visitar el parque siempre es un placer, bien sea para hacer ejercicio, entrar en alguna de sus atracciones o simplemente disfrutar de la sombra de sus árboles.
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