Claudia Hernández
La inmensidad del Ávila sorprende al visitante la primera vez que entra al valle de Caracas. Pero para los caraqueños, que disfrutamos verlo todos los días, su imponente presencia llena de paz nuestro espíritu por la energía que emana y por su incalculable belleza. Los residentes de la capital somos afortunados de amanecer viendo esta enigmática montaña, también se convierte en una inolvidable aventura recorrer sus senderos, apreciar las vistas desde sus cimas y disfrutar de su flora.
Recientemente me invitaron a una actividad muy atractiva que consistía en practicar senderismo hasta el cerro El Picacho y hacer una clase de yoga en los espacios del restaurante Cima del Mar, en Galipán, una mezcla que, aderezada por la belleza de la naturaleza, significa desestresarse.
El equipo de Tropical Shala fue el anfitrión en esta actividad enfocada en el relajamiento.
Después de dejar atrás el pueblo de Galipán, el transporte nos condujo hacia el sendero con dirección al cerro El Picacho. Durante el camino de subidas y bajadas, nos abrigó un bosque lleno de frondosos árboles, hasta alcanzar un camino con poca vegetación, desde donde se aprecia una maravillosa vista del horizonte.
La belleza de este cerro rocoso y la panorámica del litoral central generan una magia especial que atrapa al visitante. Tuvimos un momento para sentarnos, meditar y dar gracias por las bellezas naturales de Venezuela, con el Mar Caribe y un cielo despejado de fondo.
De regreso al pueblo, nos dio la bienvenida la propietaria del restaurante Cima del Mar, Galid Pérez, donde tuvimos una relajante clase de yoga, para después saborear un delicioso almuerzo criollo.
Para María Fernanda Rodríguez, instructora de yoga y propietaria de Tropical Shala, este tipo de actividades está enfocada en el bienestar: “Busca hacer sentir a las personas en un estado de armonía y unión con ellas mismas y con lo que las rodea, mientras se toma un respiro en la montaña, que se convierte en un regalo muy especial”.
Entre las actividades que se practican en Tropical Shala están hot yoga, terapias de masajes, reiki y acupuntura.
Rodríguez nos explicó en qué consiste el hot yoga.
“Es un estilo de yoga que nace de la mano de Bikram Choudhury y se practica en salas calientes, a 40 grados centígrados con 40% de humedad. En Tropical Shala trabajamos entre 33 y 38 grados centígrados”.
María Fernanda agregó que esta iniciativa comenzó hace más de ocho años, en la casa de sus padres, y decidió abrir su propio estudio en Santa Paula, Caracas.
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