El Encantador Municipio de Leiria en Portugal
La ciudad funciona de maravilla para paseos de un día
Flor Santamaria-Kovacs
“Leiria tiene un río que corre hacia arriba, una torre que no tiene catedral, una catedral sin torre y una calle torcida que va derecho”, canta una rima popular.
A una hora de Lisboa se encuentra el municipio de Leiria, en el centro de Portugal. Posee tesoros turísticos variados en belleza, historia y diversidad ecológica, y su extensa costa alberga playas de dramáticos paisajes.
La capital del municipio es la ciudad del mismo nombre, que funciona de maravilla como satélite para paseos de un día y para disfrutar de la gastronomía del centro del país. Cuenta con hoteles que, si bien no son lujosos, tienen todas las comodidades y una limpieza incuestionable, además de la amabilidad de su gente.
Los leirenses son ávidos de eventos culturales. Por eso, durante todo el año, ofrecen un gran repertorio de fiestas ricas en contenido y llenas de alegría y diversidad que colman los fines de semana.
Entre los principales atractivos de la ciudad están el Castillo de Leiria, la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, el Molino de Papel, así como el Convento de San Agostinho. Entre visitas, comer un dulce en alguna panadería nos hará sentir como en casa.
En la Plaza Rodrigues Lobo es muy agradable sentarse a tomar alguna bebida refrescante y degustar la tabla de ibéricos y quesos portugueses. La Picanha en Leiria es de no perdérsela. La sensación rústica del plato, junto con los sencillos ambientes, producen una cierta paz, un reencuentro con las raíces que alegran el alma.
Santuarios, monasterios y playas a 30 minutos
Batalha. Es una villa que se estableció en el año de 1386 con la construcción del Monasterio de Santa María de la Victoria, pero que se conoce como el Monasterio de Batalha. Esta estructura, protegida por la Unesco, se levantó por mandato real en pago de una promesa a la Virgen María si Portugal ganaba la batalla de Aljubarrota contra Castilla.
En Batalha se come muy bien. La sencillez de los sabores y la frescura de los alimentos es su estandarte. Los vinos locales son frescos y agradables y hacen memorable la experiencia. Allí hay hoteles con servicio de spa como el Villa Batalha, que también tiene canchas de golf por si alguno quiere tomar los palos y apuntar a algunos hoyos.
Fátima. Fue el dominio árabe el que marcó el desarrollo del lugar y le dio su nombre. En el siglo XVI la localidad fue elevada al rango de parroquia de la colegiata de Ourém, integrándose entonces en la Diócesis de Leiria.
La localidad se desarrolló de forma considerable a partir del momento en que comenzaron las Apariciones de Fátima, a principios del siglo XX, transformándose en uno de los centros de culto mariano más importantes de Portugal, reconocido mundialmente por la Iglesia católica. Relacionado con el culto a la Virgen de Fátima se pueden visitar las casas donde vivieron los pastorcitos que vieron a la Virgen, en el pueblo de Aljustrel.
Cientos de miles de personas vienen aquí cada año de todas partes del mundo a hacer su peregrinaje. La localidad está bien dispuesta con hoteles y restaurantes. Los que quieran hacer un esfuerzo extra y disfrutar de la naturaleza pueden caminar desde Leiria, alrededor de 23 kilómetros, en unas cuatro horas y regresar en autobús.
Tomar. Está íntimamente unido a la Orden de los Templarios y es de gran valor para los interesados en la historia medieval.
El castillo guarda en su interior el notable Convento de Cristo, ampliado y reformado a lo largo de los siglos con diversos estilos arquitectónicos, y es clasificado como patrimonio mundial por la Unesco.
Y aunque Tomar es conocida como la ciudad de los Templarios, aquí se encuentran los restos de la colonia que los judíos establecieron al ser expulsados de España. También se conserva aquí una de las más antiguas sinagogas de Portugal.
Tomar es misteriosa, verde y densa. Deja volar la imaginación al visitar el lago del pantano de Castelo de Bode, el bello paisaje que une lo medieval con lo moderno, porque aquí es de donde se recoge el agua para el abastecimiento de la ciudad de Lisboa.
Nazaré. Es un típica aldea de pescadores, cuya playa es famosa entre surfistas de todo el mundo por sus inmensas y densas olas. En verano es de clima suave y de gran belleza natural. Esta playa de arena color tostado, suave y perfecta para tomar el sol y admirar los diferentes tonos del mar y el cielo se encuentra a treinta minutos de Leiria. Es un lugar tranquilo para despejar la mente.
Culturalmente también ofrece una rica escuela pues aquí los pescadores aún utilizan la técnica ancestral conocida como la de las siete sayas. Los sábados por la tarde, por ejemplo, los visitantes pueden admirar el espectáculo del arte de la xávega, cuando las redes cargadas de pescado alcanzan la playa y las mujeres de la aldea comienzan a vender gritando sus pregones con la jerga típica de Nazaré.
Parada obligatoria es El Sitio, el punto más alto de la aldea y el mirador por excelencia. Se puede subir a pie o en ascensor y está envuelto en magia, culto y leyenda.
Vale la pena mencionar que en el perímetro también está San Martinho, una playa que, si bien no es tan espectacular, es perfecta para bañarse, especialmente si se viaja en familia. En San Martinho hay toldos, baños públicos gratis y un simpático boulevard con tarantines, bares y restaurantes para todos los gustos. No esperes agua caliente en ninguna de las playas de este municipio.
En Leiria hay mucho más para explorar de lo que alcanzan estas líneas para contar. Es ese placer que los portugueses se guardan para sí, y que ahora nosotros conocemos también.
¿Dónde comer?
• Mata Bichos en Leiria. Tabla de Ibéricos y quesos portugueses en el centro.
• Muralla en Leiria. Carnes y pescados. Reservar. Vista y terraza con bar.
• Taverna do 8 ó 80 en Nazaré. Tiene excelentes vistas y tapas.
• Taverna da Adelia en Nazaré. Centro histórico, comida tradicional, pescado.
• Tia Alice y O Convite en Fátima. Cocina tradicional
@pateandodestinos
“Leiria tiene un río que corre hacia arriba, una torre que no tiene catedral, una catedral sin torre y una calle torcida que va derecho”, canta una rima popular.
A una hora de Lisboa se encuentra el municipio de Leiria, en el centro de Portugal. Posee tesoros turísticos variados en belleza, historia y diversidad ecológica, y su extensa costa alberga playas de dramáticos paisajes.
La capital del municipio es la ciudad del mismo nombre, que funciona de maravilla como satélite para paseos de un día y para disfrutar de la gastronomía del centro del país. Cuenta con hoteles que, si bien no son lujosos, tienen todas las comodidades y una limpieza incuestionable, además de la amabilidad de su gente.
Los leirenses son ávidos de eventos culturales. Por eso, durante todo el año, ofrecen un gran repertorio de fiestas ricas en contenido y llenas de alegría y diversidad que colman los fines de semana.
Entre los principales atractivos de la ciudad están el Castillo de Leiria, la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, el Molino de Papel, así como el Convento de San Agostinho. Entre visitas, comer un dulce en alguna panadería nos hará sentir como en casa.
En la Plaza Rodrigues Lobo es muy agradable sentarse a tomar alguna bebida refrescante y degustar la tabla de ibéricos y quesos portugueses. La Picanha en Leiria es de no perdérsela. La sensación rústica del plato, junto con los sencillos ambientes, producen una cierta paz, un reencuentro con las raíces que alegran el alma.
Santuarios, monasterios y playas a 30 minutos
Batalha. Es una villa que se estableció en el año de 1386 con la construcción del Monasterio de Santa María de la Victoria, pero que se conoce como el Monasterio de Batalha. Esta estructura, protegida por la Unesco, se levantó por mandato real en pago de una promesa a la Virgen María si Portugal ganaba la batalla de Aljubarrota contra Castilla.
En Batalha se come muy bien. La sencillez de los sabores y la frescura de los alimentos es su estandarte. Los vinos locales son frescos y agradables y hacen memorable la experiencia. Allí hay hoteles con servicio de spa como el Villa Batalha, que también tiene canchas de golf por si alguno quiere tomar los palos y apuntar a algunos hoyos.
Fátima. Fue el dominio árabe el que marcó el desarrollo del lugar y le dio su nombre. En el siglo XVI la localidad fue elevada al rango de parroquia de la colegiata de Ourém, integrándose entonces en la Diócesis de Leiria.
La localidad se desarrolló de forma considerable a partir del momento en que comenzaron las Apariciones de Fátima, a principios del siglo XX, transformándose en uno de los centros de culto mariano más importantes de Portugal, reconocido mundialmente por la Iglesia católica. Relacionado con el culto a la Virgen de Fátima se pueden visitar las casas donde vivieron los pastorcitos que vieron a la Virgen, en el pueblo de Aljustrel.
Cientos de miles de personas vienen aquí cada año de todas partes del mundo a hacer su peregrinaje. La localidad está bien dispuesta con hoteles y restaurantes. Los que quieran hacer un esfuerzo extra y disfrutar de la naturaleza pueden caminar desde Leiria, alrededor de 23 kilómetros, en unas cuatro horas y regresar en autobús.
Tomar. Está íntimamente unido a la Orden de los Templarios y es de gran valor para los interesados en la historia medieval.
El castillo guarda en su interior el notable Convento de Cristo, ampliado y reformado a lo largo de los siglos con diversos estilos arquitectónicos, y es clasificado como patrimonio mundial por la Unesco.
Y aunque Tomar es conocida como la ciudad de los Templarios, aquí se encuentran los restos de la colonia que los judíos establecieron al ser expulsados de España. También se conserva aquí una de las más antiguas sinagogas de Portugal.
Tomar es misteriosa, verde y densa. Deja volar la imaginación al visitar el lago del pantano de Castelo de Bode, el bello paisaje que une lo medieval con lo moderno, porque aquí es de donde se recoge el agua para el abastecimiento de la ciudad de Lisboa.
Nazaré. Es un típica aldea de pescadores, cuya playa es famosa entre surfistas de todo el mundo por sus inmensas y densas olas. En verano es de clima suave y de gran belleza natural. Esta playa de arena color tostado, suave y perfecta para tomar el sol y admirar los diferentes tonos del mar y el cielo se encuentra a treinta minutos de Leiria. Es un lugar tranquilo para despejar la mente.
Culturalmente también ofrece una rica escuela pues aquí los pescadores aún utilizan la técnica ancestral conocida como la de las siete sayas. Los sábados por la tarde, por ejemplo, los visitantes pueden admirar el espectáculo del arte de la xávega, cuando las redes cargadas de pescado alcanzan la playa y las mujeres de la aldea comienzan a vender gritando sus pregones con la jerga típica de Nazaré.
Parada obligatoria es El Sitio, el punto más alto de la aldea y el mirador por excelencia. Se puede subir a pie o en ascensor y está envuelto en magia, culto y leyenda.
Vale la pena mencionar que en el perímetro también está San Martinho, una playa que, si bien no es tan espectacular, es perfecta para bañarse, especialmente si se viaja en familia. En San Martinho hay toldos, baños públicos gratis y un simpático boulevard con tarantines, bares y restaurantes para todos los gustos. No esperes agua caliente en ninguna de las playas de este municipio.
En Leiria hay mucho más para explorar de lo que alcanzan estas líneas para contar. Es ese placer que los portugueses se guardan para sí, y que ahora nosotros conocemos también.
¿Dónde comer?
• Mata Bichos en Leiria. Tabla de Ibéricos y quesos portugueses en el centro.
• Muralla en Leiria. Carnes y pescados. Reservar. Vista y terraza con bar.
• Taverna do 8 ó 80 en Nazaré. Tiene excelentes vistas y tapas.
• Taverna da Adelia en Nazaré. Centro histórico, comida tradicional, pescado.
• Tia Alice y O Convite en Fátima. Cocina tradicional
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