El sector del Valle de Mérida, ese que comienza a recorrerse luego de que el conductor da vuelta en el Monumento de las Cinco Águilas siempre ha sido refugio de aquellos quienes quisieron alejarse del congestionamiento que ellos aseguraban se vivía en Mérida durante las temporadas. Mudarse cerca del páramo les ofrecía la opción de estar cerca de la capital del Estado, disfrutando de un clima más amable, viendo en primera fila el verde de las montañas y congeniando con el silencio; también les permitía vivir de lo que siempre se ha sabido hacer en esta tierra pero solo durante los fines de semana que es cuando el desesperado habitante de la ciudad escapa a cualquier refugio que le haga olvidar que trabaja en una oficina. Artesanos, cocineros y soñadores se preparan durante cinco días para recibir como Dios manda en los días festivos a sus invitados.

Si no se quiere dar muchas vueltas y encontrar todo tipo de artesanías en un solo lugar solo debe dirigirse al Trompo, verá el edificio amarillo, con una gran entrada cuando comienza a ascender por la carretera de El Valle, justo del lado izquierdo. En este local se reúne buena parte del talento local expresado en vasijas, jarrones, tazas, dulces, muñecas de trapo, llaveros, materos y otros adornos. Los artesanos traen aquí sus creaciones porque pareciera la forma más fácil de venderlas, sin embargo, algunos cuentan con exhibiciones en sus casas para quienes quieren ver el proceso de elaboración y hasta participar en él. Así lo hacen Martha Erazo y Lorenzo Moya, artistas con veinte años de experiencia que, abren las puertas de su hogar para que el visitante pueda entrar a su taller y vea como se le da forma a una pieza, como sus manos entran en contacto con el barro y así valoren más el producto. Esta pareja comenzó en el oficio elaborando casitas de barro, hoy en día han diversificado la oferta y se dedican a hacer material utilitario y artículos de decoración. No se han conformado solo con vender a los turistas de fin de semana, buscan que lo que hacen se vea en otros rincones de Venezuela trasladando sus coroticos a varios rincones del país; lo de ellos es llevar el nombre de su pueblo en alto, que se les reconozca por lo que hacen con sus manos. “Es por eso que nos gusta que nos visiten, que pasen al taller y nos vean trabajar, así se llevarán la experiencia”, dice Martha. “Tenemos también dos cabañas para alquilar, nos gusta atender a la gente y mostrarles de que vivimos”, le recuerda Lorenzo. 

 Así como la familia Moya hay otros habitantes de este vía que abren las puertas de sus casas para que la gente se hospede, pequeñas posadas, grandes hoteles, chalets de alquiler, sirven de alojamiento para que el turista pueda disfrutar de las frías noches de La Culata. Ecowild a casi 3.000 msnm, ya en el Páramo de la Culata ofrece probablemente la propuesta más completa y hasta ostentosa del sector. Una posada, varios restaurantes, una feria de comida, salas de juegos, granja de contacto y la posibilidad de que la gente interactúe con los quehaceres de la montaña. La hacienda tiene una trayectoria dedicada a las labores agrícolas y pecuarias que supera los veinte años, esa era su actividad principal, hasta que la familia Cañizales, dueña del lugar, decidió abrir las puertas de más de cuatro mil hectáreas de terreno al público porque se dio cuenta que le podría interesar saber cómo y qué se produce en estas tierras. El visitante puede pasar un fin de semana completo sin salir del complejo porque allí lo tiene todo, además sin aburrirse. 

El ingenio parece ser una de las premisas de este pedacito de suelo, por eso los amantes de la buena gastronomía encontrarán en la ruta del Valle y La Culata un refugio para su paladar, pues el principal atractivo de la zona es la cantidad de restaurantes, locales de comida rápida, puestos de dulces y otras exquisiteces que han surgido en esta zona en los últimos años. Muchos de estos comandados por amantes de la tierra y creyentes de las potencialidades de su espacio, eso le da un matiz muy especial a lo que ofrecen. The Clover es un ejemplo muy claro de la nueva realidad turística venezolana: trabajo en familia, sabores que vuelven a los orígenes, calidez de servicio. Estos son los tres puntos en los que dicen afianzarse Daniela Román y José Luis Camero, quienes junto a sus padres, hijos y hermanos abrieron las puertas de su finca para que el turista pueda disfrutarla. El circuito que permite hacer la Romanera, como se llama la hacienda, incluye juegos de paint ball, alojamiento y buena comida en un restaurante íntimo y cálido. El menú se pasea por creaciones como ceviche de trucha, wanton relleno de cerdo, tequeños de queso ahumado con toping de mora, alitas de pollo con salsa agridulce y ajonjolí. Pero lo importante es que el origen de los productos es totalmente orgánico. Casi todo se siembra en sus tierras y no utilizan fertilizantes ni pesticidas. Esto le garantiza a cada plato la pureza de sus sabores. Porque en esto trabajan los cocineros de la zona, se esmeran en ofrecer frescura, esa que les ha garantizado sin duda el éxito, como el que tiene Yenny Graterol y Rafael Reyes gracias a su Rincón Burger, un evento gastronómico que comenzó como un kiosco en pleno páramo donde la oferta se basaba en hamburguesas gourmet acompañadas con vinos de mora de la región. En la actualidad, esa propuesta un poco más acompañada la tienen en un local dentro de las instalaciones de Ecowild. Los ingredientes principales de los productos que ofrecen se siembran en la zona, la amabilidad de sus anfitriones refleja la cortesía merideña y las ganas de trabajo de una región que apuesta por el turismo. 

Gres Rústico: Sector las Cuadras El Valle 0414-0829295 / 0416-5711209 -

Ecowild: Páramo de La Culata www.ecowild.net Instagram: @ecowildmerida 

The Clover / La Romanera: Sector las Cuadras 0424-7040712 Instagram: @theclovergroup 

El Rincón Burger: Páramo de la Culata. Ecowild elrinconburger@gmail.com Instagram: @elrincoburger