VICTOR MORENO
Ciudad muy querida y bonita que se encuentra en una terraza fluvial sobre el río Torbes, que es el buque insignia de los ríos tachirenses. El Tormes en Salamanca le da origen a su nombre. muchos tachirenses visitan Salamanca porque les recuerda a su querido río de aguas color marrón que lo caracteriza.
Táriba está ubicada a 887 metros de altitud y su temperatura media es de 23°C. Para el año 1547 era considerada encomienda; entre 1561 y 1571 era pueblo de indígenas; y para el año 1602 ya era un pueblo constituido. Fray Pedro Simón (1602) refiere que el pueblo estaba "cerca de donde ahora está la devotísima ermita de Nuestra Señora de Táriba".
Ya para 1782 se le denomina a la Virgen Nuestra Señora de la Consolación de Táriba.
Entre sus arterias viales está una avenida de 11 Km que comunica a la población con la capital del estado Táchira: San Cristóbal. En tiempos remotos era un camino que servía de comunicación y el 15 de agosto, que es el día de la virgen de la Consolación, se hacía la procesión en honor a su Patrona, la cual duraba horas y se realizaba con mucha dificultad. Hoy la modernidad permite a los devotos hacer la procesión en menor tiempo.
El mes de agosto es muy entretenido y variado gracias a las festividades típicas de la época vacacional y por la celebración del día de la Virgen. Estas son fechas en que la ciudad se viste de gala para realizar lo mejor posible el homenaje a su Patrona.
En sus aledaños hay cultivos de maíz, leguminosas, tabaco, caña de azúcar, café, aves de corral y colmenas. Su vínculo con San Cristóbal es total. Gran parte de su población activa trabaja en la capital, pero su sabor y color siguen teniendo entidad propia.
En los viajes de los años 60 del siglo XX al llegar a Táriba la alegría y el regocijo eran muy grandes. Los que seguían a San Cristóbal cruzaban el puente que hoy es un lugar digno de visitar, también caminar por sus calles y plazas, culminando la visita en el templo de la Virgen. Es una experiencia sin igual.
Gastronomía de Táriba
Los pasteles y la chicha son los productos más emblemáticos de la ciudad de Táriba. Todo el año es un ritual sin igual. Cuando los lugareños y visitantes se acercan a la plaza y a los lugares de expendio disfrutan con fruición y placer.
En la San Cristóbal de los años 50 y 60 hasta hoy, visitar a Táriba en familia para comer los pasteles y beber la chicha es la actividad que hace que los fines de semana sean muy gratos.
Si visita Táriba no deje de probar estos deliciosos productos autóctonos.
Para preparar esta antigua bebida a base de maíz, se colocan en un recipiente 6 tazas de jugo de piña fermentado. Se agrega lentamente harina de maíz y la crema de arroz, revolviendo hasta que se disuelvan. Se lleva al fuego revolviendo la preparación hasta que hierva, para luego retirar y dejar enfriar. Aparte se agregan 5 tazas de agua papelón rallado, clavos y pimienta guayabita. Se lleva al fuego y se deja hervir durante 10 minutos hasta dejarla enfriar. Luego se añade esta mezcla a la preparación de harina y se revuelve hasta que esté homogénea. Antes de servirla fría, se cuela.
Así mismo para hornear los famosos pastelitos andinos, se usa una masa muy fina preparada con harina de trigo. En Táriba los pastelitos tienen diferentes tipos de relleno. Dependiendo del gusto de cada quien, el guiso puede ser de carne o de pollo. Siempre se guisa la carne molida con cebolla, ajo, pimentón y tomate finamente picado y salteado en aceite, condimentado con sal y pimienta, mezclado con arroz. También puede utilizar de relleno trozos de queso ahumado, o queso suave con poca sal, ricotta o requesón con ajoporro o acelgas, finamente picadas o pollo desmenuzado que se prepara de igual forma que la carne. Otra opción que es deliciosa para el relleno son champiñones salteados a los que se le incorpora queso ricotta.
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