Ir al centro de Caracas es sinónimo de hacer diligencias, buscar algo en particular o ir a comprar un poco más económico que en otros sitios de la capital. Sin embargo, lo que la gente no sabe, es que el centro de la ciudad está lleno de lugares en los que se puede comer: bueno, bonito y barato.
Establecimientos hay muchos, pero a continuación, les haré una breve reseña a los cuales he entrado y donde la comida es sinónimo de calidad.
Comenzamos el recorrido por La Marrón, ahí desde hace más de 15 años, existe un pequeño lugar que vende croissants, se llama “París Croissant” y su masa de hojaldre es de las mejores que hay en Caracas.
En estos momentos no tienen la variedad de antes, es un negocio pequeñito, que está dentro de la entrada de una tienda, pero siempre hay algo, bien sea palitos de guayaba con queso, croissants simples y pastelitos de queso y carne. Tienen una máquina de Nescafé y otra de Nestea. No tiene mesas, ni asientos, la idea es pasar, comprar y luego comerse en la casa el delicioso pastelito, aunque hay quien se lo come en muritos de unas macetas que están en la calle. Uno sabe que están trabajando porque el olor a la mantequilla del hojaldre impregna toda la calle.
Al llegar a la esquina de esa calle, se topa uno de frente con “Arte París Deli Café”. Esta una pastelería en toda regla. Ofrece dulces fríos, pasteleros como milhojas, ecleirs, tartaletas, raciones de torta, perros calientes, cheesecakes, hamburguesas, pastelitos y hasta sándwiches. Destacan
sus postres. El cheesecake con topping de fresa, chocolate o parchita es un “must” que se debe probar, al igual que la torta Renoir (con varias capas de chocolate) o la Selva Negra, que es perfecta.
sus postres. El cheesecake con topping de fresa, chocolate o parchita es un “must” que se debe probar, al igual que la torta Renoir (con varias capas de chocolate) o la Selva Negra, que es perfecta.
Tiene mesas y sillas por lo que se puede pasar un rato degustando sus exquisitos dulces, aunque por los momentos el aforo es reducido.
Bajando por esa misma cuadra, como si se fuera a la plaza de San Jacinto, se encuentra en una esquina “Chocolates con cariño”, tal como su nombre lo indica, este local comenzó siendo una bombonería, pero después mutó a un modesto restaurante en el que se venden hamburguesas, tequeños y tragos, por lo que es un sitio muy concurrido (antes de pandemia), para disfrutar de ver caer la tarde y reunirse con amigos.
Si lo que quieren es un café más solidario y de muy buena calidad, llegando a la Catedral, se encuentra Artesano Café. Todo es absolutamente rico. Venden diferentes tipo de café, algunos hasta con un toque de licor, son famosos por sus golfeados, sin duda alguna los mejores de
Caracas, y también venden galletas, ponquecitos y sándwiches con embutidos preparados ahí mismo, los cuales también tienen su lugar de venta en el segundo piso.
Caracas, y también venden galletas, ponquecitos y sándwiches con embutidos preparados ahí mismo, los cuales también tienen su lugar de venta en el segundo piso.
Al salir de Artesano se cruza la Plaza Bolívar y se camina hasta el centro comercial Metrocenter en donde queda Fragolate Heladería Artesanal. El espacio es pequeño y tiene pocas mesas, pero lo variedad de helados es inmensa y varía todos los días. Clásicos sabores como el de Miramar, Chicha, Frutos Rojos y el favorito de muchos: Arequipe de Búfala siempre se pueden encontrar.
Lugares para comer rico hay varios, también se debe mencionar a Caracas Bistró, en todo la esquina de la Plaza Bolívar, al lado de la Catedral, siempre con un menú más elaborado e ideal para almorzar y cerca de la casa de Bolívar Páramo Café, cuyo café bien vale la pena probar, además de las diversas variantes que ofrece con esta bebida.
Anímense y vayan en plan gourmet al Centro de la ciudad, no se arrepentirán.
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