No es necesario lavarlos: tal cual como se retira a los hongos del paquete, están casi perfectos.

Las migajas de sustrato existentes pueden frotarse con un cepillo o paño suave, aconseja la asociación alemana de productores de champiñón y setas (BDC).

La piel y las láminas también son tiernas y sabrosas y no se quitan. Si el tallo está recién cortado, el hongo está listo para ser cocinado.

Cuando se cocinan durante mucho tiempo en agua o caldo, los hongos se vuelven blandos e insípidos. Por lo tanto, sólo se fríen, se asan a la parrilla o se cocinan al vapor durante un corto período de tiempo.

Ya sea la grasa o aceite, la parrilla o el agua deben estar calientes de antemano. Y se sala los hongos recién al final.

La comida estará lista cuando el hongo se vea algo más pequeño y se haya vuelto más blando, a la vez que presente una coloración más intensa.

El tiempo exacto de cocción depende del tamaño, pero los champiñones grandes se cocinan mejor en trozos pequeños. El tiempo ideal de cocción es de entre cinco y diez minutos.

Esto también se aplica a los platos con hongos como ingrediente, incluso en las sopas: Los hongos se añaden justo antes del final y se cocinan a fuego lento durante un corto tiempo.

Quien quiera hacerlo rápido y sencillo, puede freír un par de cebollas en la sartén con poca grasa y añadir el champiñón. E, incluso cuando al principio parezcan un poco secos: ¡No agregue agua!

El jugo aromático del hongo recién emanará tras algunos minutos. Así que solamente falta ponerle sal y pimienta y, si así lo desea, crema o nata, perejil, cebollino o jugo de limón. Esto será una combinación perfecta con cebollas, arroz, papas y también pan.

Si hay sobrantes del plato con los hongos, estos se enfrían rápida y adecuadamente. Entonces podrán ser nuevamente calentados sin problemas al día siguiente.