Transportarse a Italia cuando se entra a Furore no es complicado. Sus toldos rojos, su música e incluso su arquitectura, hacen que automáticamente uno se sienta transportado a una costa italiana en donde la gastronomía es su atractivo, y en el que las recetas tradicionales sean sus protagonistas.
Y es que en Furore lo clásico es lo que manda y rescatar esa tradición italiana de platos con porciones generosas y llenos de sabor como si la nona los hiciera es la premisa. Una que logran por todo lo alto.
Y es que en Furore lo clásico es lo que manda y rescatar esa tradición italiana de platos con porciones generosas y llenos de sabor como si la nona los hiciera es la premisa. Una que logran por todo lo alto.
“No venimos con nada moderno, nuestra propuesta es tradicional, destacando los sabores elementales italianos, con presentaciones rusticas y precios accesibles”, comenta Yuruare Petrocelli, socio y gerente operativo de Furore.
Su carta así lo reafirma. En las entradas el antipasto, servido a manera de tenderete, es lúdico, una invitación a disfrutar y nos da la bienvenida a todo lo que está por venir. Su conito de calamares es ideal para aquellos que aman a los mariscos y no quieren llenarse mucho antes del plato principal. Asimismo, otra entrada que vale la pena probar es el vitello tonatto. Perfectamente sazonado y con unas alcaparras gigantes es un plato atrevido que hay que probar sí, porque sí.
En los principales hay carne, pesca del día y pollo. Pero por supuesto destacan sus pastas. Curzi ha sabido viajar por todo el recetario del país mediterráneo para preparar un menú en el que la tradición sea el estandarte. Hay que destacar también que sus pastas, así como las salsas son elaboradas artesanalmente en el restaurante. Hay variedad, pero resaltamos la carbonara, que sale al dente, sedosa y que es preparada con la receta original de huevo con guanciale, queso pecorino y parmesano reggiano. Los mezzaluna de auyama están deliciosos con su cremosa salsa y rellenos de queso fontina. Para quienes prefieran los vegetales el penne con pesto cremoso con calabacín, espinaca, tomates secos y bocconcinis es una delicia.
Quienes sean amantes de los ñoquis los de Furore no los va a defraudar, vienen con una salsa de la casa con mucho sabor de hogar. Y es que este es el encanto de Furore, platos elaborados con los más altos estándares e ingredientes que saben a casa, familia y tradición.
Sus pizzas también son dignas de mencionar. En una ola de pizzas napolitanas por doquier, en Furore decidieron hacer la pizza a su manera. “Nuestras pizzas son una combinación de las dos (la napolitana y americana)”, explica Petrocelli. Su masa no es tan delgada que se rompe o que se deba comer enrollada, pero tampoco tan gruesa como para agarrar cubiertos y picarla con cuchillo. Está en el punto del equilibrio perfecto, ni tan gruesa, ni tan delgada y con sabores que gustan.
En cuanto a los postres estos son italianísimos. No podía faltar el tiramisú y la panna cotta de pistacho delicada y sublime, una manera perfecta de cerrar una divina comelona.
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