Urrutia: 60 años años de tradición española
Enclavado en una esquina de la avenida Francisco Solano, en Sabana Grande, el restaurante Urrutia continúa deleitando paladares con comida española, esa que sabe a hogar, y que se regocija en la tradición de una gastronomía suculenta
El chef Fernando Franjo, es quien desde los inicios está en los fogones de Urrutia, y para celebrar su trayectoria y la cocina que ahí se elabora la semana pasada se realizó una armonía de vinos Imalbeca, en el que se viajó con los sabores y aromas a lo más profundo de España. Fueron seis los tiempos que compusieron este viaje. Se comenzó con una enrollado de salmón ahumado súper fresco relleno de ensalada césar, acompañado de un vino Nature de la Bodega Navarro Correas en el que resaltaban las notas cítricas de manzana.

El segundo tiempo fue un ceviche de camarones, en el que este marisco era la estrella principal, con el toque justo de ácido y todo el sabor a mar. Este segundo tiempo se armonizó con un Sauvignon Blanc, el cual daba el equilibrio perfecto con el ceviche, haciendo resaltar aún más su sabor.
El viaje gastronómico continúo con un arroz con calamares en su tinta. Untuosos, con ese sabor indistinguible y acompañados por un arroz cocinado a la perfección, este tiempo nos llevo a conjugar el arte con el vino y es que el acompañante ideal para este plato fue un Merlot de la Colección Privada de Navarro Correas, con un intenso sabor a afrutado.

Lo siguiente fue un descanso para quienes aman los platos con sabor a mar. Ahora llegamos a la tierra y en este tiempo, Urrutia nos propone su celebrada ensalada de morcillas. Las cuales vienen con tomate y una fuerte vinagreta, ideal para paladares que gusten de sabores fuertes. Aquí se acompañó también con un vino de la Colección Privada de la bodega Navarro Correas, pero en esta ocasión un Malbec fue el que hizo los honores para este distinguido plato del menú.
El quinto tiempo fue un viaje a La Rioja. Cune, un vino tinto riojano, fue el elegido para armonizar uno de los platos más icónicos de este paisaje, como lo son las chuletillas, acompañadas también por un churrasco de mero y un puré de pimientos trufado que explotaba en el paladar debido a su textura y sabor. Una no muy común, pero que era imposible de no gustar a quien la probara.

Para finalizar no pudo ser mejor el dulce a escoger, una tarta de queso vasco. Nada que ver con un cheesecake o una torta de queso criolla. Esta destaca por su cremosidad y esa textura tan particular que tiene. El toque perfecto para finalizar una tarde española. Y si eso es lo que quiere comer, en Urrutia están más que dispuestos a complacerlos con cada uno de sus platos y que el chef Fernando prepara con alegría y devoción, esperando en ver una sonrisa en cada uno de los comensales, que consideran a Urrutia una casa más.

El chef Fernando Franjo, es quien desde los inicios está en los fogones de Urrutia, y para celebrar su trayectoria y la cocina que ahí se elabora la semana pasada se realizó una armonía de vinos Imalbeca, en el que se viajó con los sabores y aromas a lo más profundo de España. Fueron seis los tiempos que compusieron este viaje. Se comenzó con una enrollado de salmón ahumado súper fresco relleno de ensalada césar, acompañado de un vino Nature de la Bodega Navarro Correas en el que resaltaban las notas cítricas de manzana.

El segundo tiempo fue un ceviche de camarones, en el que este marisco era la estrella principal, con el toque justo de ácido y todo el sabor a mar. Este segundo tiempo se armonizó con un Sauvignon Blanc, el cual daba el equilibrio perfecto con el ceviche, haciendo resaltar aún más su sabor.
El viaje gastronómico continúo con un arroz con calamares en su tinta. Untuosos, con ese sabor indistinguible y acompañados por un arroz cocinado a la perfección, este tiempo nos llevo a conjugar el arte con el vino y es que el acompañante ideal para este plato fue un Merlot de la Colección Privada de Navarro Correas, con un intenso sabor a afrutado.

Lo siguiente fue un descanso para quienes aman los platos con sabor a mar. Ahora llegamos a la tierra y en este tiempo, Urrutia nos propone su celebrada ensalada de morcillas. Las cuales vienen con tomate y una fuerte vinagreta, ideal para paladares que gusten de sabores fuertes. Aquí se acompañó también con un vino de la Colección Privada de la bodega Navarro Correas, pero en esta ocasión un Malbec fue el que hizo los honores para este distinguido plato del menú.
El quinto tiempo fue un viaje a La Rioja. Cune, un vino tinto riojano, fue el elegido para armonizar uno de los platos más icónicos de este paisaje, como lo son las chuletillas, acompañadas también por un churrasco de mero y un puré de pimientos trufado que explotaba en el paladar debido a su textura y sabor. Una no muy común, pero que era imposible de no gustar a quien la probara.

Para finalizar no pudo ser mejor el dulce a escoger, una tarta de queso vasco. Nada que ver con un cheesecake o una torta de queso criolla. Esta destaca por su cremosidad y esa textura tan particular que tiene. El toque perfecto para finalizar una tarde española. Y si eso es lo que quiere comer, en Urrutia están más que dispuestos a complacerlos con cada uno de sus platos y que el chef Fernando prepara con alegría y devoción, esperando en ver una sonrisa en cada uno de los comensales, que consideran a Urrutia una casa más.

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