Terquedad, pasión, talento y muchas ganas de salir adelante son los ingredientes que María F. Evans le coloca a todo lo que se propone, y sin duda que es una buena receta, porque para muestra un botón: Azú Pastelería se erige como uno de los cafés bistró favoritos de los caraqueños, quienes no pierden oportunidad de degustar sus croissants, macarons, postres y almuerzos ligeros.
Lo que comenzó como un pequeño catering de dulces y tortas se convirtió en lo que es Azú hoy en día, un lugar para disfrutar de un buen postre, de estar con la familia o amigos y también un lugar para aprender. Y es que la historia de María F. Evans, pastelera y creadora de Azú merece ser contada. Hace años tomó sus maletas, sus dos hijas y se fue a vivir a Madrid, lugar donde estudió pastelería en Le Cordon Blue, luego de un tiempo en la madre patria, se regresa a Venezuela y abre su modesto negocio de catering en San Bernardino.
“Al principio alquilamos un local de 60 metros donde solo hacíamos cosas para catering, me inscribí en una exposición gastronómica, me topé con una organizadora de bodas y se da el evento en Pronovias, el cual significó un antes y un después”.
Y es que en ese evento Azú se dio a conocer, con su modesta mesa, en la que María ofrecía raciones de torta desnuda, macarons y su manzana roja, que luego se convertiría en su sello, a los invitados del lugar que no dudaron en hacer el boca en boca y recomendarla en redes sociales. Luego de eso trabajó no faltó y el sueño de María se materializó, no sin antes encontrar algunos tropezones en el camino.
“Siempre quise alquilar un local y este - el de Las Mercedes - lo alquilamos en marzo de 2020, el miércoles antes de que decretaran la cuarentena nacional, estuvimos paralizados por cuatro meses, y además salí embarazada, eran muchas cosas y hasta pensé en desistir, pero sobrevivimos gracias al delivery y en noviembre del año pasado abrimos a medias, cuando todavía faltaban remodelaciones en el lugar”.
Y la espera valió la pena, Azú Pastelería, queda en lo que antes se conoció como la Quinta La Piragua en Las Mercedes, tiene terraza, un pasillo completo en donde se expone la chocolatería y el café venezolano, luego al entrar al salón principal está la vistosa vitrina que exhibe los tan deseados macarons, los llamativos dulces de María, la bollería y los tímidos bombones que están comenzando a fabricar, luego al fondo se visualiza el taller donde la gente realiza los cursos que Azú ofrece.
“Nos hemos adaptado a lo que la gente nos ha pedido. Ofrecemos hamburguesas, tequeños, ceviches, tartar, tatakis, nachos con lomito, burritos, risotto, pasta, no es una carta grande, pero sí tenemos de todo un poco”.
En cuanto a los macarons tienen 14 sabores: túpiro, toronja, copoazú, caramelo y café, pistacho, parchita, caramelo salado, Orange Rum, Snickers, triple chocolate, oreo, brownie y frutos rojos.
Dentro de poco tendrán una nueva línea de bombones, otra de galletas en la que destacan las de caramelo y crema de pistacho, además de ofrecer en un futuro próximo pastelería libre de gluten, “serán diez los postres que tendremos disponibles para los intolerantes al gluten. La idea es acondicionar un espacio que tenemos donde se preparen estos dulces y no haya contaminación cruzada, también vamos a sacar ketos y veganos, no será una producción masiva, pero sí que las personas tengan opciones”, finaliza María.
Lo que comenzó como un pequeño catering de dulces y tortas se convirtió en lo que es Azú hoy en día, un lugar para disfrutar de un buen postre, de estar con la familia o amigos y también un lugar para aprender. Y es que la historia de María F. Evans, pastelera y creadora de Azú merece ser contada. Hace años tomó sus maletas, sus dos hijas y se fue a vivir a Madrid, lugar donde estudió pastelería en Le Cordon Blue, luego de un tiempo en la madre patria, se regresa a Venezuela y abre su modesto negocio de catering en San Bernardino.
“Al principio alquilamos un local de 60 metros donde solo hacíamos cosas para catering, me inscribí en una exposición gastronómica, me topé con una organizadora de bodas y se da el evento en Pronovias, el cual significó un antes y un después”.
Y es que en ese evento Azú se dio a conocer, con su modesta mesa, en la que María ofrecía raciones de torta desnuda, macarons y su manzana roja, que luego se convertiría en su sello, a los invitados del lugar que no dudaron en hacer el boca en boca y recomendarla en redes sociales. Luego de eso trabajó no faltó y el sueño de María se materializó, no sin antes encontrar algunos tropezones en el camino.
“Siempre quise alquilar un local y este - el de Las Mercedes - lo alquilamos en marzo de 2020, el miércoles antes de que decretaran la cuarentena nacional, estuvimos paralizados por cuatro meses, y además salí embarazada, eran muchas cosas y hasta pensé en desistir, pero sobrevivimos gracias al delivery y en noviembre del año pasado abrimos a medias, cuando todavía faltaban remodelaciones en el lugar”.
Y la espera valió la pena, Azú Pastelería, queda en lo que antes se conoció como la Quinta La Piragua en Las Mercedes, tiene terraza, un pasillo completo en donde se expone la chocolatería y el café venezolano, luego al entrar al salón principal está la vistosa vitrina que exhibe los tan deseados macarons, los llamativos dulces de María, la bollería y los tímidos bombones que están comenzando a fabricar, luego al fondo se visualiza el taller donde la gente realiza los cursos que Azú ofrece.
Además de sus clásicas preparaciones ofrecen cócteles, tequeños y almuerzos.
“Nos hemos adaptado a lo que la gente nos ha pedido. Ofrecemos hamburguesas, tequeños, ceviches, tartar, tatakis, nachos con lomito, burritos, risotto, pasta, no es una carta grande, pero sí tenemos de todo un poco”.
En cuanto a los macarons tienen 14 sabores: túpiro, toronja, copoazú, caramelo y café, pistacho, parchita, caramelo salado, Orange Rum, Snickers, triple chocolate, oreo, brownie y frutos rojos.
Dentro de poco tendrán una nueva línea de bombones, otra de galletas en la que destacan las de caramelo y crema de pistacho, además de ofrecer en un futuro próximo pastelería libre de gluten, “serán diez los postres que tendremos disponibles para los intolerantes al gluten. La idea es acondicionar un espacio que tenemos donde se preparen estos dulces y no haya contaminación cruzada, también vamos a sacar ketos y veganos, no será una producción masiva, pero sí que las personas tengan opciones”, finaliza María.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones