Observar el cielo durante una noche despejada, con el ánimo en reposo, siempre es un placer. Pero cuando eso sucede y de repente una “estrella fugaz” aparece, la curiosidad se activa y motiva a escudriñar con mayor atención.
Esto será posible especialmente este fin de semana, cuando el fenómeno meteorológico de las Líridas llegue a su máximo punto de registro visible en nuestro planeta.
“Todo el tiempo están cayendo meteoros en la atmósfera y la mayoría de ellos se queman al entrar en contacto con la atmósfera”, comienza por explicar Carlos Quintana, miembro del Star Trek Club Venezuela, agrupación de amantes y seguidores de la astronomía.
Estos eventos suceden cuando durante el año la Tierra encuentra corrientes de escombros de cometas o asteroides mientras hace su recorrido alrededor del sol. Las partículas de los desechos que dejan se incineran al entrar en contacto con la atmósfera de nuestro planeta, tal como sucede cuando una nave espacial “regresa a casa”. Es el caso de los meteoros, que, para quienes pueden captarlos en el cielo, originan “estrellas fugaces”.
Quintana señala que hay épocas del año cuando esa actividad de fragmentos de cometas o asteroides es más abundante. “Estos picos de actividad son los que se llaman lluvia de estrellas fugaces o radiantes de meteoros”.
En el caso de las Líridas son una lluvia de meteoros de actividad moderada que suelen ocurrir en abril y que obtuvieron su nombre porque radian desde la constelación la Lira o Lyra. Su tasa media de actividad es de 18 meteoros por hora, con una velocidad de 49 kilómetros por segundo durante varios días.
Las Líridas han sido observadas durante los últimos 2.600 años, siendo registradas en el libro chino antiguo de crónicas Zuo Zhuan, desde el año 687 a.C.
Observables desde Venezuela
Debido a nuestra ubicación en el hemisferio norte -coincidente con el de la mencionada constelación-, quienes quieran tratar de “pescar” una de estas estrellas fugaces podrán hacerlo desde este viernes cuando el fenómeno comience a tener un mejor registro.
“Aquí en Venezuela se verá sin problema a menos que el cielo esté nublado”, asegura el especialista en estos temas.
Específicamente, el mejor momento será durante la madrugada del próximo domingo 22, desde la 1 a.m., alcanzando probablemente un momento cumbre tres horas después, gracias a que se supone que para ese momento ha bajado un poco la luz artificial -encendida temprano en la noche- y el cielo se encuentra más oscuro.
Además, tendremos el “regalo celestial” de que la fase lunar en cuarto creciente no va a interferir con ese momento.
Igualmente podrá seguir observándose hasta dos días después pero ya más con el propósito de verificar cómo terminó de desarrollarse el evento astral.
Prepararse para julio
Para finales de julio, alrededor del 27, se espera que se dé la oposición del planeta Marte al sol. Cuando eso sucede el gemelo de la Tierra se aprecia más brillante, con su color característico anaranjado rojizo y por más tiempo en el cielo.
“Esta oposición que viene es la mejor desde el año 2003, cuando se dio la mínima distancia histórica de Marte a la Tierra desde hacía miles de años”, describe Carlos Quintana.
Otra buena ocasión para estar en sintonía de las actividades “especiales y espaciales” que pudieran preparar los observatorios astronómicos venezolanos (en Caracas y el estado Mérida), así como los aficionados a la astronomía.