La cena o los alimentos que se consumen previos a la siesta de la noche juegan un papel fundamental en la disposición del cuerpo.
La nutricionista española María Eugenia Fernández explicó al medio ABC que los productos lácteos son ricos en triptófano, así como en zinc y magnesio; además contienen minerales que ayudan a absorber este aminoácido.
"Las bebidas calientes nos ayudan a relajarnos y nos dan sensación de confort", indicó Fernández.
A estas declaraciones, otra colega, Silvia Fernández del Hospital La Luz de Quirónsalud en España, agregó que aunque un vaso de leche puede relajar el cuerpo, al igual puede hacerlo una infusión.
"Es una mejor opción ya que tiene menos aporte calórico", dijo Silvia Fernández.
Por lo que la valeriana y pasiflora son una buena elección ya que ayudan a aumentar la producción de niveles de melatonina en el cuerpo.
"No hay problema en tomar un vaso de leche, pero que te ayude o no es algo muy individualizado, no se debe tomar como una recomendación general, como es, por ejemplo, el consumo de verdura", explicó Fernández.
Además de estas bebidas, también se deben considerar otros elementos alimenticios.
Uno de ellos es evitar la ingesta de grasa en la noche.
"Estas son más difíciles de digerir, por lo que es mejor no tomar grasas de origen animal, como carnes rojas, o productos procesados", recomendó una de las nutricionistas.
En tal sentido, es preferible sustituir este tipo de carne por las de aves: pollo o pavo, las cuales son ricas en proteína y triptófano, nutrientes que estimulan la segregación de serotonina y es más fácil de digerir.
Aunado a ello, se debe limitar el consumo de carbohidratos para no hacer pesada la digestión, y en caso de tomarlos, se deben escoger los que no sean refinados porque de lo contrario dará hambre muy rápido. Una opción pueden ser los cereales integrales, ensaladas o verduras.
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