Si hay una comida latina reconocida hasta en los más recónditos lugares del mundo, es la comida mexicana, además de que algunos países han adaptado estos platos tradicionales mexicanos a la cultura de sus países, un ejemplo de ellos son los tacos americanos, que normalmente están hechos por tortillas duras y un relleno que nada tiene que ver con los orígenes del taco tradicional.
Aunque los tacos pueden ser los más conocidos, existen otros que definen lo que es la cultura mexicana en cuanto a sabores, como los tamales, el pozole rojo y el delicioso pollo a la mole.
Un trío de sabores
El tamal se realiza normalmente con harina de maíz, puede estar relleno de diferentes sabores, entre ellos , los tamales de pollo o cerdo en salsa verde o en mole, los tamales de chiles y los hechos de dulce, que normalmente cuentan con un interior rosa azucarado y pasas. Esta masa hecha se debe envolver con hojas de maíz para poder hervirlas.
Gracias a la versatilidad de este plato, es el desayuno perfecto de los mexicanos, y en muchos caso la merienda común de los más pequeños, por esta razón es considerado de los platos más queridos.
Si los tamales son el desayuno ideal , el pozole es un almuerzo mexicano por excelencia, este se hace con maíz, cebolla, ajo y carne. Todos estos ingredientes deben acompañarse de una salsa que se hace principalmente con chile, y agregarle rábano, repollo o lechuga con un poco de limón y chile en polvo.
El pollo al mole, también ha tenido incursión en el mundo, además es un plato lleno de una combinación de sabores muy mexicanos, en el que se incluyen semillas de calabaza, ajonjolí, pan, chiles, chocolate, pimientas, clavo de olor, cominos, ajo y tortillas, con parte del caldo de cocimiento del pollo, de último se agregan las piezas de pollo, que se cubren con el delicioso caldo y se sirve con frijoles refritos y arroz.
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