A los pies de la Tour Eiffel, Saint Laurent presentó una colección marcadamente opuesta al espíritu de Dior, apostando por los vestidos negros ajustados, tremendamente sexis, los cuales se han convertido en la impronta de esta legendaria firma desde que tomó las riendas su director creativo Anthony Vaccarello.
Escotes, transparencias y minishorts volvieron a marcar la pauta que el diseñador belga imprime en cada una de sus colecciones.
Los lazos y los volantes también tienen cabida en este desfile mixto en el que los hombros fueron el indiscutible protagonista de la pasarela ya que se la colección giró en torno a ellos y las formas en que estos pueden lucir.
Chaquetas, abrigos, vestidos, camisas, todos con los hombros bien marcados, dando un aire ochentoso a estas prendas que de anticuadas no tienen nada y que más bien empoderan y hacen lucir regia a la mujer que las luzca, combinando elegancia, sofisticación y comodidad en un solo diseño.
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