El no dejar a un niño asistir a un paseo escolar o no permitir que realicen actividades extracurriculares sin estar presente, son actitudes sobreprotectoras y negativas que generan inseguridades en los niños.
Para la socióloga y docente en Educación Inicial, Ingrid Trejo, "la sobreprotección es un mal que muchos padres, sobre todo los primerizos, cometemos. Algunos creemos que se trata de cuidar y evitar que se hagan daño, pero realmente estamos evitando que crezcan y aprendan a identificar las cosas buenas o las malas".
Destacó que muchos niños son excesivamente tímidos o espontáneos por estas mismas razones, "la realidad de la sobreprotección es muy variada en cuanto a las conductas, muchos manifiestan la represión comportándose de forma más rebelde, mientras que otros se muestran introvertidos y hasta tristes".
Inseguridad y miedos
Algunos niños y jóvenes al crecer no logran explotar su potencial, y esto se debe, según Trejo a "la poca seguridad que sienten sobre lo que hacen, tienen miedo de descubrir si algo está bien o no. Conozco padres que hacen las tareas de sus hijos y cuando a ellos les toca realizarlas solos les da terror hacerlo mal. Otras veces la inseguridad llega más lejos, tanto que puede ser peligroso para la persona y su entorno".
"Muchos adultos se muestran tímidos e inseguros al momento de ir a hacer mercado, ponerse nerviosos cuando están en la calle sin compañía, y en muchos caso el miedo a ser libres y salir del ala de sus padres, les puede ocasionar daños emocionales, en muchos caso hasta resentimiento" explicó.
Generar confianza
Una buena comunicación junto a una relación de confianza entre padres e hijos debe ser fundamental en el crecimiento, "los niños necesitan interactuar con otros, los jóvenes necesitan unirse con chicos de su edad, necesitan salir y sobre todo aprender a través de su experiencias propias. Es normal aconsejarlos, es ahí donde la comunicación tiene un papel muy importante, con los adolescentes siempre suele ser muy complicado todo, pero bajo los lazos de la confianza las cosas pueden salir bien" añadió la docente.
Añadió que, "ayudarlos a elegir, a tomar decisiones, jamás debe ser sinónimo de imposición, porque cuando se hagan mayores serán personas indecisas, y que muy pocas veces elijan hacer algo sin la ayuda de alguien más".
Crecimiento y apoyo
"Los niños son frágiles, pero no por eso debemos amarrarlos a nuestro lado, ellos deben explorar, hacer amiguitos, disfrutar de las actividades que no tienen nada que ver con estudios y ver que les gusta más, si la música, los números o los deportes. Mi consejo es que los ayuden a ser más independientes y a tomar sus propias decisiones", explicó la socióloga.
greyes@eluniversal.com
@genestareyes
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