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Angustia y ansiedad propician estados de insomnio y cansancio

Hay muchas causas que pueden explicar por qué no se está teniendo un sueño reparador. Pero es importante el autoexamen y reflexión que debe hacer el individuo sobre lo que le está sucediendo

  • Diario El Universal

14/03/2018 08:43 pm

Hay quienes duermen muchas horas y aun así se levantan igual de cansados que la noche anterior. Hay quienes despiertan en la madrugada y se les hace imposible volver a conciliar el sueño. No solo serán las ojeras y el cansancio físico y mental las únicas evidencias de que adolecen de un sueño reparador, sino que la irritabilidad, falta de concentración, debilidad y desgano los dominarán en la jornada diaria.

“Insomnio es cuando una persona se acuesta y después de 20 minutos no logra dormirse”, describe Stefania Aguzzi (@stefaniaaguzzi), psicóloga clínica, con Magister en Psicología, agregando que "despertarse a una hora de la madrugada no es insomnio sino una fase del sueño interrumpida”.

Sin embargo ese es el “síntoma de alarma” para que los psicólogos comiencen a indagar si hay algo que no está funcionando de manera adecuada en la vida de la persona.

“Generalmente se deja de dormir por angustia, porque algo preocupa, eso es lo que hay que buscar”, dice Aguzzi.

Al referirse a la experiencia en consulta, refiere que desde el año pasado se han incrementado los pacientes que le manifiestan que están insomnes, que duermen poco, que se levantan en la madrugada o les cuesta mucho conciliar el sueño. “A consulta llegan muchas personas con mucha ansiedad, que no tienen un sueño reparador por la cantidad de angustia que estamos teniendo. Por ejemplo, ahora tenemos una cantidad de deudas que antes no teníamos, eso produce ansiedad”, dice.

Menciona además que “en una sociedad tan convulsionada como la que estamos viviendo sabemos qué es lo que nos preocupa. Estamos en situaciones de alarma, hasta de tristeza, porque ya no tenemos muchísimas cosas y otras más las hemos dejado de hacer”.

La aceptación como terapia

Ante esta realidad, la especialista refiere que en terapia los psicólogos trabajan la aceptación como herramienta terapéutica para manejar de mejor manera lo que está aquejando a los venezolanos.

“Eso no significa que la persona sea conformista o sumisa, sino tener claro qué puedo cambiar o no. Porque ante lo que no puedo cambiar tengo que buscar alternativas que sean positivas para mí”, comenta, indicando que se trata de otras opciones de vida dignas que ayuden a ser feliz. ”Eso no significa gastar dinero sino buscar alternativas que podamos desarrollar en la vida privada, con la pareja, los hijos, la familia”.

¿Qué hacer?

Entre las recomendaciones, Aguzzi inicia con el autoexamen y reflexión que debe hacer el individuo sobre lo que le está sucediendo. Preguntarse ¿qué conductas se está teniendo que no ayudan a que pueda tener un sueño reparador?.

Pone la atención en el hecho de que en la madrugada, si hay interrupción del sueño, las personas optan por ponerse a ver la televisión, o tomar un café. “Eso no va a provocar de nuevo el sueño, más bien lo termina de poner en estado de alerta”, asegura.

Igualmente acota que las siestas no son recomendables porque restan horas a la posibilidad de sentir sueño en la noche. Por ello, enfatiza la importancia de ser disciplinado y restablecer el horario de sueño. “Las madres saben la importancia de eso cuando mandan a sus hijos pequeños a dormir de manera disciplinada, es por su desarrollo, por su crecimiento. Lo mismo tenemos que hacer nosotros como adultos, pero porque el organismo así nos lo pedirá”, dice.

Sin embargo, aprovecha para aclarar que en el caso de las personas de la tercera edad es normal que duerman menos, y, de hecho, no se despiertan cansados. “Eso no es un trastorno del sueño. No necesitan más horas sino algo natural, propio de esa etapa de la vida”.

Un sueño reparador amerita:

Controlar la ingesta de cafeína y teína. El último sorbo de alguna bebida que las contenga debe ser hasta las 2 de la tarde.

Tomar agua. La deshidratación conlleva a no tener un sueño reparador. Es importante tener como hábito el beber agua.

Escuchar música que relaje. Las sonoridades suaves, mejor si son únicamente instrumentales, ayudan a inducir el descanso físico y mental.

Evitar ver películas o programas de TV que activen el estado de alerta. Contenidos con acciones violentas, de suspenso o las informaciones de los noticieros causan agitación emocional y generan ansiedad.

La habitación debe ser un espacio limpio, ventilado y agradable. “No hay nada más delicioso que acostarse en unas sábanas que huelan rico. Qué placer es cuando uno se ha bañado, se ha puesto su cremita y se acuesta a dormir en una habitación fresca”, señala Stefania Aguzzi

Hacer ejercicio. La actividad física siempre reporta grandes beneficios para la salud en general, además de que ayuda a manejar mejor la energía individual.

Revisar la respiración. Episodios de apnea del sueño también causan un mal dormir. Además si no hay una adecuada oxigenación eso puede acarrear problemas cerebrales mayores. En este caso hay que acudir a un especialista.

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