Encontrado ADN de osos cavernarios extintos en osos pardos vivos
Esta especie se extinguió hace unos 25.000 años, pero su ADN aún está presente
Estas son algunas conclusiones de un estudio que se publica en la revista Nature Ecology & Evolution, liderado por la Universidad de Potsdam en Alemania.
El trabajo también lo firman tres investigadoras españolas: Aurora Grandal-d’Anglade y Ana García Vázquez, del Instituto de Geología de la Universidade da Coruña, y Gloria González Fortes, actualmente en la Universidad de Ferrara (Italia), según EFE.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores analizaron secuencias genéticas de restos fósiles de cuatro osos cavernarios (Ursus spelaeus) que vivieron hace entre 71.000 y 34.000 años.
Grandal-d’Anglade, recuerda que estos osos de hasta 500 kilos habitaron por toda Europa, salvo en las zonas más al sur -se cree que la vegetación de tipo mediterráneo no les favorecía por la escasez de alimentos o competencia con otros grandes herbívoros.
Y es que, los osos cavernarios dependían mucho de su cueva de nacimiento, a la que volvían siempre a hibernar, y de zonas ricas en pastos y vegetación para alimentarse, y hace unos 45.000 años los humanos, en su expansión, fueron ocupando estos lugares.
Una vez analizadas las muestras de oso cavernario, los autores las compararon con información del genoma de osos pardos, tanto antiguos como modernos, además de con datos de osos negros americanos y asiáticos, osos de anteojos, pandas y osos polares, según EFE.
Así, los autores constataron que los genomas secuenciados de oso pardo -ocho- incluyen una contribución de ADN de oso de las cavernas entre el 0,9 y 2,4 % y, por su parte, que los osos cavernarios también albergan ADN de oso pardo, aunque en proporciones más pequeñas, aproximadamente entre 0,5 y 1 % es más pequeña la proporción, por un lado, porque del oso cavernario sólo se pudieron estudiar fósiles y siempre queda alguna pequeña zona del genoma sin poder secuenciar.
Por otro lado, añade la investigadora, porque probablemente el flujo fue más intenso en una sola de las direcciones.
No obstante, “por ahora no podemos decir que el genoma cavernario fuera más exitoso para el oso pardo que lo contrario, porque en realidad la diferencia es pequeña y hacen falta más estudios”.
Aunque hoy en día se sabe que los seres humanos no africanos comparten pequeñas cantidades de ADN con antiguas poblaciones extintas de homínidos, como neandertales o denisovanos, esta es la primera vez que se encuentra ADN de una especie desaparecida de la edad de hielo en una población viva distinta al linaje humano.
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