Venezuela cuenta con una variada y atractiva fauna, que impresiona a quien la admira. La cotorra margariteña es una de las especies que por sus colores brillantes y su belleza dulce y amigable, encanta los corazones de quienes la conocen.
Actualmente la Amazona barbadensis, como se le conoce científicamente, se encuentra en peligro de extinción, pues suele ser capturada para comercializarse como mascota. El profesor Miguel Ángel Sánchez, ecólogo y miembro de la Coordinación de la Sociedad Botánica de Venezuela, explica que “el loro de hombros amarillos, es una especie casi endémica de nuestro país”.
“Es originaria posiblemente de las zonas nor-insulares, extendiéndose por regiones desérticas específicas del norte de Venezuela. Existen referencias de que posiblemente su distribución comprendía las islas de Curazao y Aruba, pero se reporta que dicha especie dejó de existir en esas islas desde 1950 aproximadamente” explica el científico.
Esta ave es muy amigable, además distinguirla es bastante sencillo. Explica el experto que “la especie se reconoce fácilmente por el color amarillo en la parte superior de la cabeza, garganta y cuello, con un poco de blanco en la frente. Los ojos son rojos o anaranjados y el pico blanquecino” y que su cuerpo es de color “verde brillante, muy característico en la familia”.
“Es de las pocas que está exclusivamente adaptada a ambientes áridos, manejándose ecológicamente muy bien dentro de los mismos” añade Sánchez.
Esta es un ave que puede vivir en bandadas con miembros de su propia especie y no suele ocasionar conflictos en convivencia con otras aves, por lo que es considerada como amigable y sociable.
En riesgo
“Según las referencias manejadas a nivel internacional y nacional, la cotorra margariteña se encuentra en peligro de extinción” indica el experto.
Explica que su principal amenaza “es la captura y comercialización de los pichones, a esto le sigue la destrucción de las zonas de reproducción y alimentación, sobre todo en la Isla de Margarita, donde las cuencas de diversos caños afectan sus zonas de vida”.
Existen diversas fundaciones a nivel nacional e internacional que se han dedicado a apoyar la iniciativa de conservación de esta colorida ave, entre las cuales, según Sánchez, “la Asociación Civil Sin Fines de Lucro Provita, cumple una función de importancia trascendental”.
Indica el ecólogo que se encarga de promover “diversos programas de apoyo con participación de las mismas comunidades, sobre todo en la Isla de Margarita, en la cual las tasas de recuperación del ave han aumentado notoriamente”.
Es por toda esa labor, que para Sánchez y otros expertos “la participación de todos y cada uno de nosotros es de importancia vital para evitar la extinción de especies que pueden estar en riesgo de desaparecer de nuestra fauna venezolana”.
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