Hasta este domingo 17 de abril se presenta en la galería Henrique Faria New York la muestra “Grids 1993-2020”, del venezolano Sigfredo Chacón, constituida por una selección de obras de este creador que desafían las fronteras ¬¬entre la pintura y la escultura: “Grids” (Rejillas), una de sus series más emblemáticas (1993-2020), junto con "esculturas "de la serie “Horror Vacui (1994-2020)”, y obras relacionadas en papel.
Residenciado actualmente en Miami, Sigfredo Chacón (Caracas, 1950), es egresado del Instituto de Diseño Neuman, una de las instituciones más exigentes en la formación de diseñadores en la Caracas de los año 60, de la que adquiere herramientas para abordar el hecho artístico al margen de las modas y tendencias.
“Esa experiencia fue importantísima para mi actividad plástica, ya que me da un sin fin de recursos y posibilidades para desarrollar este medio de expresión. Para mí el contenido de una obra es tan importante como la manera de hacerla visible. Son dos cosas inseparables”, afirma.
Durante toda su carrera, el artista ha tenido un interés en aspectos fundamentales del arte moderno, como la cuadrícula y el monocromo, y cómo estos elementos se revelan dentro de la pintura y la escultura.
Desde finales de los 60 y principios de los 70, durante sus años de formación en el Instituto de Diseño Neumann en Caracas, The Chelsea School of Art and Design y The London College of Printing, su investigación prosperó en un contexto en el que los preceptos del modernismo estaban siendo constantemente cuestionados y dirigidos al desarrollo de una identidad nacional venezolana de posguerra, junto a sus mentores Gerd Leufert, Gego, Nedo y sus compañeros de generación, los artistas Eugenio Espinoza, Roberto Obregón y Héctor Fuenmayor.
Refiriéndose a esta inversión de roles entre pintura y escultura, el historiador de arte Jesús Fuenmayor escribe:
"A esta aspiración o deseo de la pintura para ir más allá de sí misma (su constante necesidad de transformarse), debemos agregar, para entender las Rejillas de Chacón en toda su complejidad, que la cuadrícula es uno de los recursos más revisados en la pintura no composicional del siglo XX porque simboliza el colapso de la imagen y el campo (o de la figura y el fondo, si prefiere la terminología de la pintura representativa) e implica una estructura deductiva (cada unidad se deduce de la anterior) ".
Residenciado actualmente en Miami, Sigfredo Chacón (Caracas, 1950), es egresado del Instituto de Diseño Neuman, una de las instituciones más exigentes en la formación de diseñadores en la Caracas de los año 60, de la que adquiere herramientas para abordar el hecho artístico al margen de las modas y tendencias.
“Esa experiencia fue importantísima para mi actividad plástica, ya que me da un sin fin de recursos y posibilidades para desarrollar este medio de expresión. Para mí el contenido de una obra es tan importante como la manera de hacerla visible. Son dos cosas inseparables”, afirma.
Durante toda su carrera, el artista ha tenido un interés en aspectos fundamentales del arte moderno, como la cuadrícula y el monocromo, y cómo estos elementos se revelan dentro de la pintura y la escultura.
Desde finales de los 60 y principios de los 70, durante sus años de formación en el Instituto de Diseño Neumann en Caracas, The Chelsea School of Art and Design y The London College of Printing, su investigación prosperó en un contexto en el que los preceptos del modernismo estaban siendo constantemente cuestionados y dirigidos al desarrollo de una identidad nacional venezolana de posguerra, junto a sus mentores Gerd Leufert, Gego, Nedo y sus compañeros de generación, los artistas Eugenio Espinoza, Roberto Obregón y Héctor Fuenmayor.
Refiriéndose a esta inversión de roles entre pintura y escultura, el historiador de arte Jesús Fuenmayor escribe:
"A esta aspiración o deseo de la pintura para ir más allá de sí misma (su constante necesidad de transformarse), debemos agregar, para entender las Rejillas de Chacón en toda su complejidad, que la cuadrícula es uno de los recursos más revisados en la pintura no composicional del siglo XX porque simboliza el colapso de la imagen y el campo (o de la figura y el fondo, si prefiere la terminología de la pintura representativa) e implica una estructura deductiva (cada unidad se deduce de la anterior) ".
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