En agosto de 2019, el artista visual Harry Abend expuso en la Sala Mendoza la muestra Lo imposible, con parte de su obra gráfica y algunas esculturas recientes para ese entonces. La noticia de su fallecimiento, hoy, a causa del Covid-19, poseen en el sentido más doloroso el mismo carácter de las piezas que Abend expuso en aquella ocasión; ambas -las obras y su muerte- son, como él mismo decía de las primeras, "ejecuciones inesperadas porque afloran a la manera de una impronta".
La inesperada muerte de Harry Abend deja una impronta en la historia del arte contemporáneo venezolano, claro. O más bien, deja una ausencia insustituible, porque este artista y arquitecto venezolano, nacido el 5 de mayo de 1937 en Jarosław, Polonia, siempre remitió en lo formal y en lo discursivo a lo primigenio, a la forma esencial, pero también a la cultura ancestral, al tótem.
Residenciado en Venezuela desde 1948, Abend poseía una amplia trayectoria artística de seis décadas, durante las cuales exhibió su obra en museos y galerías de Venezuela, Alemania, Francia, Canadá, Inglaterra, Brasil y Estados Unidos.
Asimismo realizó elementos arquitectónicos a gran escala (puertas, muros, techos y fachadas) de edificios importantes como el Teatro Teresa Carreño y de sinagogas como la Unión Israelita de Caracas. También era grabador, dibujante en grafito y xilógrafo.
Entre sus exposiciones individuales más importantes destacan, entre otras, la muestra Esculturas (1968) en el Museo de Arte Moderno, Río de Janeiro; Esculturas (1992) en la Galería de Arte Nacional; Esculturas y Xilografías (1995) en la Sala Mendoza en Caracas, y una importante exhibición antológica de treinta años de trabajos realizada en el Museo de Arte Moderno Jesús Soto en Ciudad Bolívar en 2002.
Recibió numerosos reconocimientos, entre los cuales figuran el Premio Shell para Escultura en el Salón D’Empaire, Maracaibo (1964); el Premio de la exposición Kleinplastik, Madurodam, La Haya (1967); la Medalla de Oro del Estado de Baviera en la Exposición Internacional del Artesanado, Múnich, Alemania (1968); la Orden Francisco de Miranda en Primera Clase y Primer Premio en la V Bienal Nacional de Escultura Francisco Narváez (1990); el Premio Nacional de Artes Plásticas (1998), y en 2019 fue reconocido por la AICA como Maestro de las Artes Venezolanas.
En el libro Harry Abend, presentado en septiembre de 2019 y en el que en 344 páginas se describe la trayectoria vital y creativa del artista, escribió la curadora e investigadora de arte Bélgica Rodríguez: "Abend recrea dos universos culturales ligados en su memoria y sus emociones. Uno, es el país que abandona en su niñez; otro, el que lo adopta: el de su ser y su obra (…). Las suyas son formas volumétricas reducidas a su más estricto sentido plástico-expresivo que, sin aditamentos decorativos ni añadiduras superfluas, traducen profundos secretos guardados en el interior de unas extraordinarias maderas teñidas de negro, pintadas de blanco o en su color natural. Es la naturaleza que vibra y emociona. Es la escultura dentro y fuera de sí misma”.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones