Este lunes 13 de julio falleció en Maracaibo Blas Perozo Naveda, considerado por la crítica como uno de los poetas más originales del movimiento literario zuliano. Había nacido en Paraguaná, estado Falcón, el 9 de noviembre de 1943, e hizo de la poesía el centro de su actividad, compartida con el periodismo, el ensayo, la narrativa y la docencia en las universidades del Zulia y Los Andes, en las que destacó por su particular pedagogía para estimular la lectura entre sus estudiantes.
Licenciado en Letras por la Universidad del Zulia, obtuvo doctorado en Estudios Ibéricos e Iberoamericanos de la Universidad de La Sorbona, Francia, y fue columnista de medios regionales y miembro de la Red Nacional de Escritores de Venezuela. Recibió el Premio Nacional de Poesía (1989), Premio Municipal de Literatura, mención Poesía (1992) y Premio Regional de Literatura Jesús Enrique Lossada (1993).
Fundador del llamado Maracuchismo-Leninismo, formó parte de la generación posterior al Grupo Apocalipsis de Maracaibo, orientado al surrealismo y los grandes mitos, a cuya estética respondió, inspirándose en la poesía beatnik y los poetas Caupolicán Ovalles y Víctor Valera, con una poesía caracterizada por el rechazo de la estética tradicional y el uso de expresiones dialectales de su Maracaibo natal, lo humorístico y lo satírico.
“Yo diría que no hay frontera de géneros y estilo. Que se trata de un sólo hilvanar con el sueño, el paisaje, el cielo, las islas: todo real y concreto, e histórico, pero inmortal”, afirmaba, definiendo su poética. Y también: “Soy ante todo, periodista”.
Su obra deja una profunda huella en las letras zulianas, como autor de los libros Caín (1969); Babilonia (1971); Date por muerto que sois un hombre perdido (1973); Maracaibo City (1983); Mala fama (1988); Mala lengua (1989); El río el rayo (1993); La piel áspera (2002); Y El gallo sagrado (2006), entre otros.
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones