Espacio publicitario

“Mucho mucho amor” plasma la esencia de Walter Mercado

El documental, de Cristina Costantini y Kareem Tabsch, cuenta la agridulce historia del ascenso y desaparición televisiva del astrólogo, a quien las cámaras siguieron en sus últimos meses de vida

  • YOLIMER OBELMEJÍAS

10/07/2020 01:00 am

En toda historia que se jacte de serlo hay un bueno y un villano. En el documental Mucho mucho amor: La leyenda de Walter Mercado, de Netflix, que relata la vida y obra del astrólogo puertorriqueño, el bueno es el dueño de aquella estampa andrógina e indescriptibles capas y el villano, su ex manager Bill Bakula. 

Y usted se preguntará: ¿por qué? En la producción, dirigida por Cristina Costantini y Kareem Tabsch, se muestra al promotor como el responsable de que en el momento de mayor apogeo y brillo profesional, el histriónico vidente desapareciera de la mirilla pública. 

Antes de iniciar su relación laboral, Bakula se vio un día con Walter y después de que éste lo consultara le propuso cambiar el formato de su espacio televisivo. Dos semanas más tarde, tenía al icono espiritual de representado. Luego –según la biografía audiovisual- se ganó su voluntad a punta de lujos, ropas y joyas, pero pocas veces de dinero real, él fue quien terminó sacándole ganancia a los poderes sobrenaturales y capacidades de Walter Mercado frente a las cámaras, de acuerdo cuentan sus sobrinas Betty Benet Mercado e Ivonne Benet Mercado. 



Sí, puede ser que la estrategia de Bakula permitiera que Mercado fuera conocido en el mundo, llevara a cabo giras continentales y hasta abriera líneas telefónicas psíquicas, pero a un costo muy alto, el de millones y millones de dólares. Eso, hasta que un día le dio el golpe mayor, a través de un contrato casi inconcebible le quitó al astrólogo su nombre, su imagen y hasta su forma de caminar. 

De acuerdo con lo mostrado en Mucho mucho amor: La leyenda de Walter Mercado, la jugada judicial de Bakula le arrebató a Walter Mercado y a sus seguidores seis valiosos años frente a los ojos del planeta, pero el daño más grande que infligió fue en la salud del popular vidente boricua. 

Mucho mucho amor: La leyenda de Walter Mercado es un registro -en clave de tarot- del ascenso del psíquico más singular que haya conocido el mundo; es la historia de un actor que un día, sin querer, representó a un personaje asexual y en el ínterin, creó su propia religión, fundamentada en la astrología, valiéndose de maquillaje e indescriptibles capas -como un superhéroe- para que su mensaje de amor y aceptación llegara a las masas. Y lo consiguió. Desde la abuela latina, pasando por estrellas de Hollywood y terminando por el presidente estadounidense Bill Clinton, todos cayeron rendidos ante la esencia de Walter Mercado. 



El audiovisual muestra al psíquico en sus últimos meses de vida -tenía 87 años- acompañado de su fiel asistente Willie y de sus sobrinas, alimentándose sanamente, tomando vitaminas, maquillándose y viendo videos de sus momentos más brillantes en la televisión, pero además de eso, presenta los testimonios de Raúl de Molina, Eugenio Derbez y Lin-Manuel Miranda, entre otras figuras, quienes hablan sobre el impacto de Walter Mercado en la pantalla chica latina y mundial y en todo aquel que lo conoció. 

Pero Mucho mucho amor: La leyenda de Walter Mercado no se queda en el brillo, en el éxito y en el esplendor de tan llamativo personaje, ya que también revela el lado más frágil del vidente que rompió esquemas comunicacionales y espirituales en una era y sociedades homofóbicas. 



El astrólogo no quería homenajes después de muerto y el tiempo le alcanzó para ir al tributo que le organizaron en el Museo de Historia de Miami por los 50 años de su primer programa de astrología, que llegó a tener una audiencia de más de 120 millones de personas en Estados Unidos y América Latina. Tres meses más tarde, murió, exactamente, 24 horas después de haber terminado la filmación de Mucho mucho amor: La leyenda de Walter Mercado.

Y aunque no le gustaba hablar de la muerte, en el documental afirmó que no le tenía miedo, pues el cuerpo es una casa temporal. 

“Walter Mercado es una fuerza de la naturaleza sin principio ni fin. Fue una estrella, pero ahora es una constelación”, dijo de sí mismo. ¿Y quién puede dudarlo? @yolimer
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario