No consta que la polémica en torno a Lo que el viento se llevó haya inquietado la serenidad de la última estrella con vida de aquella película, ajena en su residencia de París al debate racial que agita a Estados Unidos. Dicen que conserva buena memoria. A la dama del Imperio Británico y caballero de la Legión de Honor francesa le gusta compartir anécdotas entre sorbos de champán. Al parecer, cuenta con llegar a publicar un libro con sus memorias.

Sus padres eran británicos, pero el progenitor ejercía como abogado en Japón, de allí que naciera en la asiática nación. Conocida fue su relación difícil con su hermana, Joan Fontaine, también actriz, que adoptó el apellido del segundo marido de su madre. Joan llegaría a decir: “Yo me casé primero, gané el Óscar antes que ella, y si muero antes seguramente rabiará, porque le habré ganado también en eso”. Le ganó esa competición hace siete años.

Olivia alcanzó notoriedad en el cine en los años treinta como pareja de Errol Flynn, con quien protagonizó siete películas. Esa década la cerró con su participación en Lo que el viento se llevó (1939), la película repudiada ahora “por la visión edulcorada de refleja de la esclavitud”. Aquella fue una de sus apariciones más célebres en la gran pantalla, pero le costó un momento lleno de amargura, cuando perdió el Óscar al que había sido nominada como actriz de reparto (lo ganó, por la misma película, Hattie McDaniels, la primera actriz negra en recibir este galardón). Hace unos años confesó cómo se consoló: “Dos semanas más tarde me desperté pensando ‘Oh, qué maravilloso. Yo no soy una actriz de reparto. Los votantes no se engañaron, eligieron a una actriz de reparto, yo soy una estrella’”.

Ganó dos Óscars, por Lágrimas de una madre y La heredera. También se le atribuye haber mejorado las condiciones de los contratos para los actores en Hollywood. Estuvo casada con el escritor Marcus Goodrich y con el editor de Paris Match, Pierre Galante. Se retiró definitivamente de la actuación en 1988 y en 2003 apareció por última vez en una gala de los Óscar.

“Mal entonces y ahora”
A propósito de Olivia de Havilland, Lo que el viento se llevó ya está de vuelta en HBO Max, tres semanas después de ser retirada por considerarse que fomentaba estereotipos racistas. La plataforma ha recuperado la epopeya sobre la guerra civil americana de 1939 en su catálogo, acompañada de un descargo de responsabilidad que dice que la cinta “niega los horrores de la esclavitud”.

John Ridley, el guionista ganador de un Óscar por 12 años de esclavitud, fue quien pidió a HBO su retirada temporal, en un artículo de LA Times, en el que denunciaba que era “una película que, cuando no ignora los horrores de la esclavitud, se detiene sólo para perpetuar algunos de los estereotipos más dolorosos de las personas negras”.

HBO Max respondió argumentando que “estas representaciones racistas estaban mal entonces y están mal ahora, y sentimos que mantener este título sin una explicación y una denuncia de esas representaciones sería irresponsable”.

El filme vuelve con advertencia sobre el racismo, tal y como ya habían anunciado que harían. Ahora HBO Max la acompaña de dos videos que explican su contexto histórico. En uno de ellos, la presentadora de televisión afroamericana y experta en cine, Jacqueline Stewart (Turner Classic Movies), reconoce a Lo que el viento se llevó como “una de las películas más populares de todos los tiempos”, pero señala que su representación de los afroamericanos fue controvertida, incluso en su lanzamiento. “El productor David O Selznick sabía muy bien que el público negro estaba profundamente preocupado por el tratamiento en la cinta del tema de la esclavitud y los personajes afroamericanos”, dijo.

A pesar de que Selznick aseguró a los espectadores afroamericanos que la película manejaría sus inquietudes con delicadeza, Stewart dijo que Lo que el viento se llevó presenta "el Sur como un mundo de gracia y belleza, sin reconocer las brutalidades del sistema de esclavitud”.

Y agrega: "El tratamiento de la película de este mundo a través de un prisma de nostalgia niega los horrores de la esclavitud, así como sus legados de desigualdad racial”. Verla “puede ser incómodo, incluso doloroso”, continúa Stewart. “Aún así, es importante que los clásicos de Hollywood estén disponibles en su forma original para su visualización y discusión”.

El segundo video es un panel de TCM Classic Film Festival (abril de 2019), de una hora de duración, que debate sobre el “legado complicado” de la película y cuenta con el historiador Donald Bogle como moderador. HBO Max sólo está disponible de momento en Estados Unidos y se espera que se expanda a otras partes del mundo a lo largo de 2021.