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Dolores Reyes: "Vivimos en la violencia, sobrevivimos en la violencia"

La escritora argentina, autora de "Cometierra", que pronto será editada en inglés, ha creado una novela negra para señalar que la sociedad ha convertido el tema de la violencia en un asunto edípico

  • Diario El Universal

24/05/2020 01:00 am

THELMA CARVALLO
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL

Dolores Reyes (Buenos Aires, 1978) habla del personaje principal de su exitosa novela Cometierra (Sigilo, 2019). La historia toma como punto de partida hechos de violencia de género ocurridos en el conurbano bonaerense y se despliega con la capacidad clarividente de la joven protagonista, quien al comer tierra de cementerio, establece vínculos esenciales con familiares de las víctimas, permitiendo en muchos casos, un desenlace revelador.

Luego de varias ediciones, el libro, que espera el lanzamiento de una traducción al inglés (Earth-eater) y que motivó esta entrevista, pareciera estar próximo a convertirse en un título fundamental dentro de la novela negra latinoamericana.

-En su novela llama poderosamente la atención la manera como construye una poética en torno al tema de la violencia. ¿Qué puede comentar al respecto?
-Con respecto al tema de la violencia, y en particular en el contexto de América Latina y el lugar donde la novela transcurre, que es el conurbano bonaerense, una zona súper poblada que queda alrededor de la capital y donde viven millones de personas, muchos distritos pegados, que no es campo, es zona suburbana abarrotada de gente, la violencia es lo más cotidiano que te puedas imaginar. Absolutamente todos los días hay un feminicidio, casos de violencia policiales gravísimos. Vivimos en la violencia, sobrevivimos en la violencia, entonces es muy difícil que yo que plantee una novela acá, en donde la violencia no esté presente. El tema es que yo soy muy lectora de poesía y la novela tiene muchísimo trabajo y entonces se van construyendo unas voces que son muy poéticas, un lenguaje que es muy poético, muy ajustado, muy desde la bronca y el dolor, y que justamente tiene que ver con el entorno que está violentando a los protagonistas.

-La acción de comer tierra de muertos que realiza la protagonista, hace pensar en una suerte de ecología social. ¿El simbolismo de la tierra es un faro en su novela?
-El tema de comer tierra me parece tan cercano, ¿no? La protagonista comienza siendo una nena y es muy habitual en los niños comer tierra, cuando son muy chiquitos. Ella está en un cementerio donde acaban de tapar a su mamá y ella empieza a comer tierra, entonces es como un intento desesperado por meter las manos ahí, guardarse, quedarse algo de esa mamá en un esfuerzo propio. Lo que pasa es que ella descubre allí que puede ver. La tierra es para toda cultura un principio femenino, puedes pensar en la cultura hebrea, en Grecia que es Gaia o Gea. El cielo es masculino y la tierra femenina. Sin ir muy lejos, en toda América está la Pachamama, la madre tierra, entonces el acto de comer tierra nos está conectando con toda esa tradición. La tierra es la dadora de vida, es la semilla que hace planta, es la receptora de todos los cuerpos que vuelven a ella en el ciclo vital, es un doble útero que nos acoge al principio y al final. Eso está muy fuerte, muy presente en el acto de comer tierra, estás haciendo acopio de una carga enorme. Es el depósito último de la memoria porque todos aquellos que han sustraído cuerpos y los han querido invisibilizar, ocultar, luego de los asesinatos, eso queda depositado en la tierra. Yo pensé entonces en una médium que pudiera ver eso y quebrar todo el circuito enorme de violencia sobre los cuerpos. En América es algo que conocemos bien, fosas comunes de indígenas, perseguidos políticos, ambientalistas, es algo que nos persigue hasta el día de hoy.

-El don clarividente de Cometierra invoca a ratos un poder real transformador. ¿Es así en todo el recorrido narrativo?
-Cometierra es muy auto-consciente de las limitaciones de su poder en cuanto al tema de los feminicidios. Ella sabe que no puede resolver absolutamente todo, lo cual sería muy pretencioso, lo que puede hacer es ver algunos casos y eso le permite anticipar situaciones. En ocasiones ella cree que determinada persona está todavía viva y es entonces allí cuando se moviliza, pero ella sabe que su poder es limitado y muchas veces ligado a las consecuencias que tienen los feminicidios, el morir alejado de los seres queridos, las fosas comunes, el robo de la identidad. Ella tiene entonces un don que le permite reparar eso. Claro, desde la literatura no podemos pretender solucionar un tema que es social, pero sí hacer un señalamiento hacia afuera, sistematizarlo. Lo que hace el libro Cometierra, su poética, lo que acontece en el libro, es señalar que la sociedad lo ha vuelto edípico, lo ha convertido en un problema que lejos de solucionarlo, lo está agudizando. 



-El argumento central de la novela evoca un sentimiento esperanzador. ¿Es algo intencional?
-Yo creo que más allá de la oscuridad que tiene el libro, que es mucha -es un libro muy triste, vinculado a las desapariciones, a las chicas muertas-, más allá de eso, la vitalidad enorme que tienen los personajes centrales, el Walter, la Cometierra, de todos los chicos que vienen a jugar a la play; es decir, la vitalidad propia de la adolescencia y la juventud, señala también hacia otro lugar, hacía lo luminoso, a querer vivir, a quererse enamorar entre ellos, a relacionarse entre ellos, a querer salir a comprar, a bailar, a compartir lo poco que se tiene, creando un lugar común al margen del mundo de los adultos, el que les presenta la violencia. 

-El libro ha sido reeditado en varias oportunidades y comentaba que muy pronto será el lanzamiento de una traducción al inglés. En Venezuela no se conoce ni siquiera la primera edición. ¿Cual ha sido el alcance de este fenómeno fuera de Argentina?
-Es una lástima que el libro no ha llegado a Venezuela todavía, tengo la esperanza de que llegue. Salió en Colombia, en Uruguay, en Argentina va por la quinta edición, una edición enorme de cinco mil, que es un montón. En Colombia salió por Rey Naranjo, en habla inglesa ya el libro está hecho, finalizado y tenía que salir en junio, pero con todo esto del coronavirus y la pandemia saldrá en otoño, que allá es a mediados de noviembre. Sale en Estados Unidos, Australia, Inglaterra. Salió en Italia, en España se editó hace 7 meses y va por la segunda edición. Vienen próximas ediciones en Polonia, Francia, Holanda. Estoy muy contenta porque es un montón para una primera novela, que además aborda este tema, siempre me pareció un libro muy triste, muy duro, entonces no esperaba que tuviera estas lecturas masivas. Cuando fui a España ahora en enero y febrero, la gente se acercaba, los lectores, algunos se lo habían leído y otros se acercaban para comprar e interiorizarse y era como que realmente empatizaban con lo que sucedía dentro del libro. Eso es algo que yo no me esperaba, que unos lectores con una situación socio-económica y vital tan distinta, empatizaran tanto con el libro.

@thelma_carvallo
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