Martha Estrada: "El mundo artístico debe tener mucha más paciencia"
La actriz asegura que pasa la cuarentena de forma tranquila en su hogar, compartiendo con su hija, a la espera de que todo pueda ser reactivado. Para ella toda esta situación dejará una gran lección
Martha Estrada y su hija Sofía han encontrado refugio en su mutuo acompañamiento. Ambas pasan los días de cuarentena haciendo diferentes actividades, entre ellas, la lectura de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. La actriz y su hija se toman su tiempo, no se apresuran dentro del caos generalizado.
Una semana antes de que fuera anunciada la cuarentena preventiva, Estrada había estrenado, junto al Grupo Actoral 80 (GA80) , El vestidor del dramaturgo inglés Ronald Harwood. "Ese estreno fue un intento de subir el escalón, pero no lo logramos. Tres días no te permiten saborearlo todavía", dice Estrada.
La actriz cuenta que al iniciar el año se planifica, trata de agendar ensayos y funciones, para el momento de la cancelación de todas las actividades, tenía seis meses asegurados de trabajo, entre las funciones de El vestidor en el Trasnocho y Bodas de sangre, que se estaría presentando en el Centro Cultural BOD y el Centro Cultural Santa Fe.
"Aunque se haya paralizado todo, en vez de preocuparme, busco ocuparme. Yo no tengo la solución a esto, así que respiro profundo. Debemos tener paciencia y el mundo artístico debe tener mucha más paciencia. Yo sé que vamos a salir bien de esto, aunque me encantaría comenzar ya con mis actividades", cuenta Estrada.
Y continúa: "Disfruto estar con mi hija en mi casa. He hecho limpieza, he intentado buscar la energía, arreglar detalles, pintar, cocinar, he hecho esas cosas que antes no eran prioridad. La he pasado muy bien, me adapto a esta situación, que es mundial. Todo lo que te pasa en la vida, bueno o malo, es un aprendizaje. El mundo entero tiene que aprender algo de esta pandemia".
Estrada cuenta que el inicio de su carrera fue en las clases de teatro en San Antonio de Los Altos, a los 16 años. Un año después, inició sus estudios profesionales en la Escuela César Rengifo. Luego de algunos talleres y visitas al teatro, terminó como parte del elenco fijo del Grupo Actoral 80 (GA80).
Estos 37 años de carrera han estado repletos de cambios, por lo que se considera una persona resiliente. Esta no es la primera vez que se le caen proyectos o que debe paralizar su carrera; hace 13 años dejó la actuación a un lado para poder pasar un riesgoso embarazo; por otro lado, está la conocida crisis del país.
"Uno en Venezuela ha tenido que adaptarse a muchas cosas, eso nos ha ayudado a tener callos, hemos tenido que cambiar nuestras vidas en muchos momentos porque se caen los proyectos, y si algo no se da, me voy por otro camino. Me considero una mujer de bastante paciente, resiliente. Soy muy optimista", afirma.
Una semana antes de que fuera anunciada la cuarentena preventiva, Estrada había estrenado, junto al Grupo Actoral 80 (GA80) , El vestidor del dramaturgo inglés Ronald Harwood. "Ese estreno fue un intento de subir el escalón, pero no lo logramos. Tres días no te permiten saborearlo todavía", dice Estrada.
La actriz cuenta que al iniciar el año se planifica, trata de agendar ensayos y funciones, para el momento de la cancelación de todas las actividades, tenía seis meses asegurados de trabajo, entre las funciones de El vestidor en el Trasnocho y Bodas de sangre, que se estaría presentando en el Centro Cultural BOD y el Centro Cultural Santa Fe.
"Aunque se haya paralizado todo, en vez de preocuparme, busco ocuparme. Yo no tengo la solución a esto, así que respiro profundo. Debemos tener paciencia y el mundo artístico debe tener mucha más paciencia. Yo sé que vamos a salir bien de esto, aunque me encantaría comenzar ya con mis actividades", cuenta Estrada.
Y continúa: "Disfruto estar con mi hija en mi casa. He hecho limpieza, he intentado buscar la energía, arreglar detalles, pintar, cocinar, he hecho esas cosas que antes no eran prioridad. La he pasado muy bien, me adapto a esta situación, que es mundial. Todo lo que te pasa en la vida, bueno o malo, es un aprendizaje. El mundo entero tiene que aprender algo de esta pandemia".
Estrada cuenta que el inicio de su carrera fue en las clases de teatro en San Antonio de Los Altos, a los 16 años. Un año después, inició sus estudios profesionales en la Escuela César Rengifo. Luego de algunos talleres y visitas al teatro, terminó como parte del elenco fijo del Grupo Actoral 80 (GA80).
Estos 37 años de carrera han estado repletos de cambios, por lo que se considera una persona resiliente. Esta no es la primera vez que se le caen proyectos o que debe paralizar su carrera; hace 13 años dejó la actuación a un lado para poder pasar un riesgoso embarazo; por otro lado, está la conocida crisis del país.
"Uno en Venezuela ha tenido que adaptarse a muchas cosas, eso nos ha ayudado a tener callos, hemos tenido que cambiar nuestras vidas en muchos momentos porque se caen los proyectos, y si algo no se da, me voy por otro camino. Me considero una mujer de bastante paciente, resiliente. Soy muy optimista", afirma.
La actriz se ha enfrentado en diferentes décadas a la obra "Los hombros de América" (CORTESÍA)
Estrada ha vivido del teatro, aunque para ella la actuación no es un trabajo: "No todo el mundo tiene la dicha de trabajar en lo que le gusta", asegura.
Sus inicios en el GA80 fueron con la obra Las bicicletas son para el verano, del intelectual español Fernando Fernán Gómez. Luego, en 1993, se integró al elenco fijo de la compañía fundada en el país por el argentino Juan Carlos Gené.
En los últimos años ha sido parte de los montajes de El día que me quieras, Terror y Los hombros de América, texto en el que se ha sumergido en dos etapas diferentes de su vida: en su juventud encarnó a la hija de la protagonista; ahora, interpreta a la madre.
"Cada obra es una ilusión, una pasión nueva. La parte que más me gusta es descubrir los personajes. Cada vez que se hace una obra se aprende y se cambia", comenta.
-¿Qué ventajas encuentra en ser parte del elenco fijo de un grupo de teatro?
-Pertenecer a un grupo te da estabilidad. Es bueno porque conozco también su forma de trabajar, hay confianza y se crean vínculos con el otro actor, eso se ve en el escenario. Pero también he trabajado con otros grupos que me dan otras experiencias.
Estrada tiene planeado, al finaliza la cuarentena, enseñar y lo hará bajo la siguiente premisa: "Yo no creo que el actor sea mentiroso, no puede serlo. Debe ser lo más honesto posible. Cuando actúo quiero transformar al que está sentado ahí, que se modifique", finaliza.
Estrada ha vivido del teatro, aunque para ella la actuación no es un trabajo: "No todo el mundo tiene la dicha de trabajar en lo que le gusta", asegura.
Sus inicios en el GA80 fueron con la obra Las bicicletas son para el verano, del intelectual español Fernando Fernán Gómez. Luego, en 1993, se integró al elenco fijo de la compañía fundada en el país por el argentino Juan Carlos Gené.
En los últimos años ha sido parte de los montajes de El día que me quieras, Terror y Los hombros de América, texto en el que se ha sumergido en dos etapas diferentes de su vida: en su juventud encarnó a la hija de la protagonista; ahora, interpreta a la madre.
"Cada obra es una ilusión, una pasión nueva. La parte que más me gusta es descubrir los personajes. Cada vez que se hace una obra se aprende y se cambia", comenta.
-¿Qué ventajas encuentra en ser parte del elenco fijo de un grupo de teatro?
-Pertenecer a un grupo te da estabilidad. Es bueno porque conozco también su forma de trabajar, hay confianza y se crean vínculos con el otro actor, eso se ve en el escenario. Pero también he trabajado con otros grupos que me dan otras experiencias.
Estrada tiene planeado, al finaliza la cuarentena, enseñar y lo hará bajo la siguiente premisa: "Yo no creo que el actor sea mentiroso, no puede serlo. Debe ser lo más honesto posible. Cuando actúo quiero transformar al que está sentado ahí, que se modifique", finaliza.
@CarolynManrique
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