A dos años de la muerte del maestro José Antonio Abreu, son numerosos los mensajes de agradecimiento por el legado que ha dejado en tantos jóvenes músicos venezolanos que han soñado alguna vez con una oportunidad dentro de la música clásica o en los grandes estándares musicales del mundo como son las orquestas. Para ellos, Abreu representaba esa oportunidad y una ventana hacia la cultura.

Pero el maestro Abreu no era el único que se apegaba fielmente a este ideal. 

A pesar de la actual crisis de identidad cultural que también se siente en el aire por estos días en el país, hay personas que siguen apostando seriamente por la música clásica. Tal es el caso de Alexis Cárdenas, concertino de las orquesta de Île-de-France, en París, donde es considerado uno de los violinistas más importantes de su generación, ganador de numerosos concursos y premios... Un venezolano cuya carrera como solista tiene una estrecha relación con el Sistema de José Antonio Abreu.

Alexis Cárdenas se ha presentado en prestigiosos escenarios de Venezuela y el mundo, bajo la batuta de importantes directores como Laurence Foster, Pável Kogan y Gustavo Dudamel, y junto a renombradas orquestas como invitado solista, entre ellas La Filarmónica de Mónaco; la Simón Bolívar de Venezuela; la Orquesta Sinfónica de la Radio de Francia; la Sinfónica de Montreal; la Municipal de Caracas o la Orquesta Filarmónica de Moscú. 

Para este músico, Europa sigue siendo la puerta de entrada a la cultura y a las oportunidades para desarrollarse en ella. Pero aunque haga su carrera en un país extranjero, desde hace más de veinte años, no olvida su tierra ni la importancia que tiene re-conectarse con nuestras raíces culturales, para que puedan existir espacios de desarrollo de la creación artística y surja el reconocimiento de la misma.

“En esta situación, la pregunta que debe hacerse un joven venezolano dentro del Sistema o un músico independiente, es: ¿qué voy a hacer con la música?, ya que con Abreu se veía y había un porvenir”, comenta Cárdenas. 

“Lamentablemente, la situación política en nuestro país nos ha llevado a los venezolanos a un permanente estado de supervivencia. El venezolano tiene que arreglárselas para llevar el día a día, no tiene tiempo para el vacío… Hay personas que tienen ciertas cosas cubiertas en su vida y tienen tiempo de leerse una novela larga o de escuchar una sinfonía de dos horas; esos a los que llamaban 'burgueses'. Al venezolano le han quitado eso y ahora sus horas son dedicadas a cubrir necesidades primarias… Sin embargo, hay que buscar un vínculo con esta generación venezolana -la del éxodo- para que se encuentre con la memoria artística y cultural de nuestro país, porque precisamente en estos tiempos, el arte está ahí como verdadero acto de resistencia”, prosigue.
 
A pesar de que Europa siga siento esa puerta para cultivarse, para el artista es impensable que nuestra cultura sea vista desde el “ojo europeo”. “Solo es cuestión de entender nuestra historia porque es fascinante y observarnos a nosotros con la óptica de nuestros ritmos, de nuestra luz y nuestras creencias para así entender todo lo que tenemos que reconstruir. Ése es el reto”.

Comenta el artista que en sus conciertos trata de incluir música venezolana, quizás a esto se deba el proyecto con el que se encuentra trabajando actualmente, el Alexis Cárdenas Quartet, agrupación que propone interesantes fusiones entre lo clásico y la fuerza de la identidad latinoamericana y al que se integran talentosos músicos íntimamente ligados a mundos musicales como el jazz, el tradicional y el clásico.