“Creí escuchar una voz que gritaba ¡No volváis a dormir, que Macbeth mata el sueño! El inocente sueño, el sueño que teje sin cesar la maraña de las preocupaciones, la muerte del ir viviendo cotidiano, baño de la fatiga, bálsamo de las heridas de la mente, plato fuerte en la mesa de la naturaleza, principal alimento del festín de la vida”.

La frase corresponde al segundo acto de Macbeth. La dice el protagonista de la pieza de impreciso origen -no hay claridad sobre la fecha de su estreno- escrita por William Shakespeare y que en la voz del actor, dramaturgo y director José Tomás Angola adquiere el sensible y justo equilibrio entre la rotundidad y las dudas de un hombre que se cree dueño absoluto del poder aunque las víctimas que ha dejado en el camino para obtenerlo lo persigan como tormentos fantasmales.

Con esta tragedia, la Asociación Cultural Humboldt (ACH) da continuidad a la propuesta programática "La experiencia Shakespeare", que se inició en 2019 con Medida por medida y El rey Lear, para dejar en evidencia la universalidad y vigencia de la obra del dramaturgo inglés.

Federico Pacanins dirige el montaje que se estrena hoy, a las 4:00 pm, en el Teatro de la ACH, ubicado en San Bernardino, y que tendrá funciones mañana, a las 11:00 am, y el fin de semana del 29 de febrero y 1° de marzo, a las 4:00 pm y 11:00 am, respectivamente.

Siempre es bueno volver a Shakespeare, aunque duela, aunque estremezca, por la capacidad de sus obras de poner al espectador frente al espejo de las miserias de su tiempo. ¿Las nuestras? Las que el inmortal bardo, autor de piezas capitales como Otelo, Hamlet o Romeo y Julieta, retrata en Macbeth: la ambición desmedida de poder, la traición a la que ésta conduce, la culpa que provoca y la ruina a la que irremediablemente condena.