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Bong Joon-ho cambió la historia de los Óscar… y del cine

La película surcoreana “Parásitos” se alzó con los premios principales: Mejor Director, Mejor Guion Original, Mejor Película Internacional y Mejor Película

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

10/02/2020 01:31 am

No fue sino hasta el momento en que se anunció que el ganador del Óscar a Mejor Director era el cineasta surcoreano Bong Joon-ho, que la gala de los premios anuales de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Estados Unidos realizó un giro inesperado para quienes daban por sentado que la gran ganadora de la noche sería 1917.

No fue así. Parásitos, una obra que oscila entre el humor negro y el drama social para mostrar a una sociedad que se devora a sí misma, se convirtió en la estrella de la noche al obtener el Óscar en las principales categorías: Mejor Director para Bong Joon-ho, Mejor Guion Original, Mejor Película Internacional y Mejor Película.

Ello no solo marca un antes y un después en la historia de los Óscar, sino en la del cine, pues nunca antes la más importante industria cinematográfica del mundo cede la cumbre de sus reconocimientos a un filme no hablado en inglés.

Parásitos lo merecía. Es una obra perfecta en el sentido que todas las áreas que se involucran en la realización de una película están en ella tan bien cohesionadas que nada de lo que se ve en pantalla distrae de la historia, de la dimensión de la historia que Bong Joon-ho quería contar: la de dos familias que se “parasitan” mutuamente al extremo de no poder vivir la una sin la otra; una metáfora, según ha comentado el director, de la enorme brecha entre ricos y pobres causada por el sistema capitalista.

El realizador surcoreano agradeció sus Óscar de esta manera: “Cuando era joven y estudiaba cine, escuche una frase que caló en mi corazón: ‘Lo más personal es lo más creativo’. Esa frase viene de nuestro gran Martin Scorsese”.

Desde el Teatro Dolby
La gala número 92 de los premios Óscar comenzó muy a lo Broadway, con Janelle Monáe interpretando una pieza que remitió a los más soñadores al Hollywood clásico, el de los grandes musicales. En la presentación la acompañó Billy Porter.

Pero muy pronto la ceremonia devolvió a los presentes en el Teatro Dolby, de Los Ángeles, a la realidad con la bienvenida formal al show por parte de Steve Martin y Chris Rock, quienes se dedicaron a hacer chistes racistas, como si este problema poco importara a la sociedad estadounidense… ¿o a Hollywood?

El primer premio de la noche, el correspondiente a Mejor Actor de Reparto, fue, como se esperaba, para Brad Pitt por su trabajo en Había una vez… en Hollywood. El ex de Angelina Jolie dijo con ironía: “Tengo solo 45 segundos aquí, que son 45 segundos más que los que el Senado dio a John Bolton”, en clara alusión al abortado juicio contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para después abogar por la inclusión de los coordinadores de dobles en las categorías de premiación.

El filme de Quentin Tarantino también recibió la estatuilla a Mejor Diseño de Producción.

Toy Story 4 se ganó un lugar en la historia de la gala al obtener, por batacazo, el Óscar a Mejor Película de Animación, acabando con las ilusiones del equipo español responsable de Klaus, la cinta que hasta ayer dominó en la temporada.

La estatuilla a Mejor Guion Adaptado fue a dar a manos de Taika Waititi por Jojo Rabbit, como también era de esperarse… pero por muy bien merecido.

Laura Dern se encumbró en los Óscar como Mejor Actriz de Reparto por su solvente interpretación de una abogada encargada de llevar el juicio de divorcio del personaje de Scarlett Johansson en Historia de un matrimonio. Desde el palco, su madre, la también legendaria Diane Ladd, la miraba con los ojos llenos de lágrimas. Un premio cantado de antemano, lo cual no le resta méritos.

En un momento insospechado de la ceremonia, pero que se agradece, apareció sobre el escenario Eminem para cantar el tema con el que ganó un Óscar en 2003: Lose Yourself. Mientras muchos en el Teatro Dolby acompañaban al rapero, Scorsese arrugaba la cara como deseoso de que aquello terminara pronto.

El primer Óscar que recibió la “favorita” de la gala, 1917, fue el correspondiente a Mejor Mezcla de Sonido, al que luego se sumaron el de Mejor Fotografía para el veterano Roger Deakins y Mejores Efectos Especiales.

En los rubros de actuación sí que no hubo sorpresas: Joaquin Phoenix ganó como Mejor Actor y Renée Zellweger, como Mejor Actriz. El protagonista de Joker aprovechó su discurso de aceptación para referirse a las luchas reivindicativas que siempre rodean a los Óscar: “He pensado mucho en las condiciones que nos enfrentamos, hablamos de desigualdad de género, de racismo, de LGTB, de los animales... la lucha contra las injusticias. Un pueblo, una raza no tiene derecho a explotar a los otros con impunidad. Nos hemos desconectado mucho del mundo natural”.

En términos generales, la ceremonia número 92 de los premios Óscar transcurrió con buen ritmo, sin extenderse más allá de las tres horas; eso sí, resultó políticamente correcta, tanto como el hecho de que los miembros de la Academia prefirieron premiar como Mejor Documental a American Factory, sobre un empresario chino que abre en Ohio una fábrica donde antes funcionaba una plata de General Motors, y no a la impresionante For Sama, sobre una mujer enfrentada a la guerra civil en Siria.

Son las luces y las sombras de los Óscar. Bong Joon-ho representa las primeras; American Factory o Toy Story 4 o Judy, las segundas.

@juanchi62
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