CATHERINE MEDINA MARYS

Claudia Rojas tiene 24 años y ha superado todos los retos que la escena caraqueña le ha impuesto. Se ha vestido de Dorothy para cantar Somewhere over the rainbow en la adaptación que hiciera el Grupo Skena de El Mago de Oz. En ella se hizo cuerpo la adorable Lucy de Lucy en el cielo con diamantes, original de Avo Pérez y dirigido por Armando Álvarez. También ha compartido las tablas con primeros actores como Julie Restifo, Martha Estrada y Héctor Manrique.

Ahora el reto es diferente. Acaba de culminar el rodaje de Dirección opuesta, como se titula la adaptación cinematográfica que dirige Alejandro Bellame de Blue label/Etiqueta azul, novela escrita por Eduardo Sánchez Rugeles. Rojas interpreta a Eugenia Blanc mientas que Christian González encarna a Luis Tévez, su conflictuado compañero sentimental.

No es la primera vez que González trabaja con Bellame. Lo hizo por primera vez en 2011, cuando debutó en el cine con El rumor de las piedras. Gracias a esta película se dio cuenta de que su pasión reside en entender lo que ocurre delante y detrás de las cámaras.

De las clases de actuación con Elia K. Schneider, a Christian le queda el gusto por encontrar "una realidad que puedes proyectar y para conectarte con el público. Quiero que la gente al verme pueda llevarse algo", explica. 

De la Universidad de Palermo, donde estudió Comunicación Audiovisual, rescata el conocimiento de los procesos que implica hacer cine. "Varios de los profesionales con los cuales trabajé en El rumor de las piedras, como Alexandra Henao y Xio Farias trabajan en Dirección opuesta, y para mí se han convertido en referencias obligadas. Ahora puedo alabarlos con conocimiento", afirma risueño.

Los dos coinciden de manera tajante: "Encontrarnos con el cine fue una revelación". Sobre todo para Claudia, quien debuta con esta película para la gran pantalla. "El cine es fascinante porque al no haber un orden cronológico en la filmación de escenas, el actor cuenta con poco tiempo para reaccionar correctamente a lo que va a interpretar. El juego exige estar atento para percibir el cambio", relata.

De las dificultades del cine venezolano, destacan dos: los cambios de presupuesto y los trámites de producción. El acto heroico no es hacer una película, sino hacerla en medio del colapso económico. El reto no lo asume cualquiera. Y Claudia y Christian lo tienen claro.