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AZALIA LICÓN

MIRADA EXPUESTA | “Cerrado”

La actividad comercial es la fuerza que determina la salud económica de un país. En Venezuela, tal sector se encuentra moribundo. La fotógrafa caraqueña retrata aquí los símbolos de una devastación

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

26/01/2020 01:00 am

Santamarías abajo. Puertas clausuradas. Avisos luminosos que ya no iluminan. Negocios familiares que ya no existen. La iconografía comercial de una ciudad borrosa, desdibujada. La historia presentida de muchos trabajadores desempleados, echados a su suerte. La quiebra de una tienda de discos legendaria. De una tienda de ropa. De una librería. De muchas librerías, como si los libros hubieran sido lanzados a las llamas sin una hoguera visible. El cierre de la memoria. La quiebra de un país.



En estos aspectos de la realidad cotidiana se detiene la mirada de la fotógrafa Azalia Licón (Caracas, 1986), autora de la serie Cerrado, un proyecto que comenzó a realizar en 2017, “y me ha llevado a recorrer las calles de Caracas, ciudad capital de Venezuela y la menos afectada por la crisis, documentando los cientos de locales comerciales que forzosamente han tenido que cerrar sus puertas debido a las políticas económicas que ha desarrollado el gobierno durante dos décadas”, dice Licón.




Formada en la Escuela Foto Arte y en la Organización Nelson Garrido, Licón es egresada del IV Diplomado de Fotonarrativa y Nuevos Medios (2015) de la Fundación Pedro Meyer (México), con apoyo de World Press Photo. Posee estudios sobre Gestión y Políticas Culturales de la Universidad Central de Venezuela, a nivel de Maestría.



Cerrado busca delimitar las consecuencias últimas de un sistema económico inviable o, por lo menos, generador de lo contrario a bienestar colectivo. Escribe la fotógrafa en la justificación de su trabajo: “El populismo viene acompañado de políticas económicas que conllevan al crecimiento y a la redistribución del ingreso; sin embargo, los gobernantes ignoran los riesgos inherentes que estas prácticas ocasionan a largo plazo: inflación, exceso de deuda, pérdida de la capacidad exportadora y hasta debilitamiento de las instituciones, entre otros”.



Licón atribuye la depresión de la actividad comercial en el país al populismo instaurado desde 2003 hasta el presente y del que se desconocen cifras oficiales. “Mientras más compleja se ha vuelto la crisis, los indicadores económicos son cada vez más difíciles de calcular, debido a la política de desinformación y censura que ha aplicado forzosamente el gobierno venezolano sobre la población”, agrega la fotógrafa.



Para Licón, las imágenes de Cerrado tienen su origen las cifras manejas por firmas económicas independientes. ¿Una de ellas?, pues que la tasa de inflación al cierre de 2018 fue de 1.698.488,2%. O bien, que el nivel de escasez para julio del año pasado era de 67% ; o que la pérdida del poder adquisitivo del venezolano se estimó en 40% entre enero y noviembre de 2018.

“La devastación ha sido lenta, pero sin pausa, afectando en primera instancia a los bienes y servicios de lujo y entretenimiento, arrasando con toda la estructura económica hasta llegar al punto que panaderías, mercados y servicios hospitalarios han sido forzados a cerrar sus puertas por su insostenibilidad financiera”, agrega Licón en el statement de Cerrado, que para ella “busca dejar evidencia de una parte de la tragedia que está viviendo el país, la más grande en su historia contemporánea. Es menester no olvidar estos tiempos oscuros”, concluye.

mirada.expuesta@gmail.com
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