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A CONTROL REMOTO

“Parásitos” cautiva y arrebata

La sensación de la temporada de premios es esta película surcoreana, que después de ganar la Palma de Oro en Cannes, llega a los Óscar con seis nominaciones

  • AQUILINO JOSÉ MATA

24/01/2020 01:00 am

Ki-taek es el patriarca de un clan cuyos miembros están desempleados y que viven con estrecheces, en una depauperada casa de Seúl, a base de trabajos precarios y robarle la señal wifi al vecino. Su suerte cambia cuando su hijo consigue, con métodos cuestionables, un puesto como tutor de inglés en casa de los Park, una acaudalada familia. A medida que se gana la confianza de sus empleadores, el muchacho logra que el resto de sus parientes entren a trabajar en la lujosa mansión, forjando así un vínculo que traerá consecuencias imprevisibles.

Bajo este esquema argumental transcurre Parásitos, película surcoreana que se ha convertido en la sensación de la temporada de premios. Su realizador, el veterano Bong Joon-ho, es considerado en su país el director más internacional. En esta ocasión deslumbra con un filme que es una inclasificable mezcla de géneros, que abarca desde la comedia negra hasta el suspenso, pasando por el drama social, donde reflexiona sobre las relaciones humanas en una época en que las desigualdades y la polarización económica han llevado a una brecha de clases incompatible con una convivencia sana. Un retorcido sentido del humor, mezclado con no pocas dosis de violencia son otros cautivantes ingredientes de este largometraje, el más ambicioso de la filmografía de su director -tan extensa como desconocida entre nosotros- , tanto a nivel argumental como visual.

Éxito de taquilla y crítica en donde se ha presentado, se alzó con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, le arrebató a Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar el Globo de Oro como mejor película extranjera y acaba de ganar el SAG Award del Sindicato de Actores en el rubro de mejor elenco, un poderoso indicativo de cara a los premios de la Academia, tomando en cuenta que los distinguidos en este rubro suelen obtener después el Óscar como mejor película. Con estos antecedentes llegará a la gala de la Academia con seis nominaciones, entre ellas las muy apetecibles de mejor película y mejor película extranjera, a las que se agregan las que aspira en los apartados de dirección, diseño de producción, edición y guion. Nada más y nada menos.

Divertida, triste y aterradora
Lo irresistible de Parásitos es que, sin dejar de ser una mezcla de géneros, es la manera como el director los armoniza utilizándolos como si fuesen un rompecabezas. Pero la cinta no solamente ostenta un guión redondo y una dirección que maneja los tiempos como nadie, haciendo que las más de dos horas se pasen como un suspiro, además de hacer divertida una historia que realmente es amarga. Se esmera también en la construcción de todos sus personajes, haciéndolos a la vez universales y locales, despertando desde simpatías inesperadas a deseos de violencia de los que avergonzarse. Nos mueve de un lugar a otro, sin que sepamos exactamente de qué lado estamos y jugando con nosotros de la misma forma que lo hace con sus personajes y con la historia.

Aunque todo el reparto está sensacional, la mención especial se la llevan Choi Woo-shik y Park So-dam, intérpretes del hijo e hija de la familia pobre, pues cargan gran parte de la identificación del espectador. Y lo hacen con maestría. La historia empieza con ellos y ese humor que no llega a dejar de estar presente nunca, sirviendo como compañero de viaje, va mayoritariamente de la mano de ellos. Un humor cuyo uso Joon-ho defiende, argumentando, como lo dijo en Cannes, que cuando nos reímos al menos tenemos la sensación de superar el horror. ¿Y cuál es el horror de Parásitos? ¿El presente que vive la familia protagonista? ¿El que viven muchas familias coreanas y de todo el mundo atrapadas por la precariedad? “No se trata del horror del presente, sino de que solo va a ir a peor”, advierte el realizador. “Ese es mi mayor miedo, porque yo estaré muerto en treinta años, pero mi hijo tiene veintitrés. Y no sé si mejorará, no tengo muchas esperanzas”. Esta mezcla de humor, amargura, desesperación y miedo, que parece imposible, está también presente en Parásitos. Y es el que le imprime su rango de obra maestra.

En síntesis, se trata de una película que genera sorpresas y se erige como una experiencia divertida, triste y aterradora a partes iguales.

@aquilinojmata
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