Sara Uribe: “La poesía no puede darse el lujo de ser indiferente”
La poeta mexicana llega a Caracas para realizar varias actividades en la Fundación La Poeteca
Sara Uribe es una de las voces más reconocidas de la actual literatura mexicana. Lo que no imaginas (2005), Nunca quise detener el tiempo (2008) y Antígona González (2012) son algunos de sus títulos publicados.
De visita en Caracas, la poeta sostendrá hoy un encuentro con el público; mañana dialogará con poetas venezolanos de distintas generaciones; el jueves dictará una conferencia sobre poesía mexicana contemporánea, y el viernes leerá parte de su trabajo poético. Todas las actividades serán a las 4:00 pm, en la sede de la Fundación La Poeteca, ubicada en la Torre Mene Grande 2, piso 2, en la avenida Francisco de Miranda.
En relación a las nuevas generaciones poéticas de su país destaca a Yolanda Segura, Xel-Ha López Méndez, Martha Mega, Itzel Luna, Diana Garza Islas, Jimena González y Ana Clara Muro.
-Si bien ha mencionado que Antígona González fue un proyecto por encargo, ¿hasta qué punto cambió su concepción de la escritura?
-Fue definitivamente un parteaguas. No solo cambió mi manera de entender la escritura y la poesía, sino también al cuerpo: la relación con mi propio cuerpo y el cuerpo de los demás. Me hizo y me sigue haciendo cuestionarme de manera constante y profunda la relación entre escritura, ética, cuerpo, resistencia y política. Me permitió, además, enfrentarme al ejercicio de entreverar la poesía al testimonio, al archivo y a materiales no literarios; entenderla como una construcción a partir del propio entramado de la comunidad y lo social.
-¿En qué medida la poesía debe estar atada al compromiso político y al feminismo?
-Creo, junto con la poeta mixteca Celerina Patricia Sánchez, que “todo acto de escritura es un acto político” y junto con la narradora chilena Nona Fernández, en la responsabilidad histórica de hacer con la escritura “algo que dinamite, que nos explote en la cara y nos haga reaccionar”. Creo, también, que los feminismos no son en modo alguno ataduras. Los feminismos nos ofrecen formas de desmontar todas las ataduras que el heteropatriarcado ha colocado sobre lo privado y lo público de nuestros cuerpos y vidas. De modo que se trata, en todo caso, de asumir la responsabilidad y la urgencia de vivir tiempos en que la poesía no puede darse el lujo de ser indiferente a los embates de todas las violencias sobre el presente y sobre nuestros cuerpos.
-¿Hoy escribe?
-Escribo desde mi propio cuerpo y memoria y desde el cuerpo y memoria de la colectividad. Hoy, más que nunca, frente al olvido y emborronamiento de los discursos oficiales, creo en una escritura que apueste por construir memoria de la comunidad; por una escritura acuerpada en la que construyamos pequeñas comunidades escriturales con las otras. Frente a la patriarcal idea del genio creador solitario: la escritura con las otras, con las ideas y las palabras y el diálogo y las risas y el cuidado editorial y afectivo de las otras.
-Y finalmente, ¿cómo es la ventana por donde mira Sara Uribe?
-En el presente me interesa trabajar para que esa ventana por donde miro al mundo sea la ventana de la criticalidad. La criticalidad es una noción acuñada por Antena en el texto Un manifiesto para la escritura discómoda. Antena es un proyecto colaborativo dedicado a la justicia y a la experimentación del lenguaje. Así, la criticalidad sería “ver la ventana y el marco y las manchas sobre el cristal, además del paisaje terrestre, el paisaje urbano, el paisaje humano más allá de la ventana”.
@DulceMRamosR
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones