Ha regresado Felipe Pirela
Un hospital psiquiátrico convertido en una máquina del tiempo reúne a los personajes necesarios para contarla historia de Felipe Pirela
Un hospital psiquiátrico convertido en una máquina del tiempo reúne a los personajes necesarios para contarla historia de Felipe Pirela, a través de una obsesiva psicóloga, la doctora Escobar; junto a Camaleona, talentosa actriz y fiel paciente; Sergio, un misterioso periodista de investigación; y Josué, un interno que se debate entre ser o no ser Pirela, caminarán por la vida del cantor y su entorno.
Ésta es la saga de La última voluntad de Felipe Pirela, obra teatral escrita y dirigida por Paúl Salazar Rivas, la cual después de una brevísima temporada en el Laboratorio Teatral Anna Julia Rojas, reapareció con Aura D’Arthenay, Carlos Minoves, el mismo Paúl Salazar Rivas, Indira Figueroa y Nilo Márquez, para hacer dos presentaciones más en Caracas.

Paúl Salazar Rivas, como autor remarca que “nadie se daba cuenta que la última voluntad del artista no era tomada en cuenta. Y esto es lo que Josué, en su locura, quiere hacer cumplir. Pero para eso debe morir ¿Qué hacer? Escobar, Camaleona, Sergio y Josué se convierten en los personajes necesarios para contar esta historia llena de risas, aplausos y tristeza.
Comentó que “en la obra, la mamá de Pirela y otros personajes, como Estelita del Llano, La Lupe, Mariela (la esposa del cantor) y hasta el maestro Billo, todos tienen algo que decir. Humor, nostalgia y anécdotas se mezclan entre los famosos boleros de Pirela. La última voluntad de Felipe Pirela no es una biografía, es una obra de teatro-canción, es un bolero, que con todo respeto intenta hacer justicia a uno de los cantantes populares más importantes de la historia del país. Un ser humano, condenado a descansar en la tierra que él amaba”.

No hay que olvidar que Felipe Antonio Pirela Morón nació el 4 de septiembre de 1941, en el estado Zulia. Cantante venezolano, mejor conocido como “El bolerista de América”. Desde niño, el futuro intérprete ya mostraba interés en el canto, y fue apoyado por su madre tanto en el aprendizaje musical como en sus primeras actuaciones en radio. El 18 de junio de 1964 se enamora de Mariela Montiel, y ambos conciben a su única hija, Lennys Beatriz Pirela Montiel.
El músico y arreglista dominicano Billo Frómeta le escuchó cantar en un baile, y mostró interés por sus servicios en su orquesta, la Billo’sCaracas Boys; allí la voz de Pirela adquiere mayor prestigio. En México (1967), durante una gira, realizó su primer y único disco con guitarras, titulado Boleros con guitarras; en éste fue acompañado por el guitarrista Benjamín Correa y los restantes integrantes del trío Los tres caballeros. En diciembre de ese año representó a Venezuela, junto a la cantante y actriz Lila Morillo, en el II Festival Latinoamericano de la Canción Popular, realizado en Miami, donde obtuvo el séptimo lugar. Años más tarde, sumido en una fuerte depresión a causa de su divorcio y de la amarga disputa por la custodia de su hija, se marchó de Venezuela y se radicó en Puerto Rico, donde fue asesinado el 2 de julio de 1972.
El cantante Felipe Pirela (Maracaibo, 1941) era gay y para desmentir, o bajarle el volumen a todo lo que decían en la calle y especialmente en las redacciones faranduleras de periódicos y revistas de Venezuela, se casó, a los 23 años, con una menor de edad (ella de 14). Fue peor el remedio que la enfermedad. Su suegra, dos años después, logró divorciarlos –según reza el documento legal- por homosexualidad, lesiones personales y privación de libertad. Venezuela (década de los 60) era otra y las tribus, como la de “David”, impartían justicia. ¿Raro, verdad?
De ahí en adelante su existencia fue dando tumbos, estimulada por falsos amigos, amores estériles, alcohol y drogas, hasta que lo mataron durante la madrugada del 2 de junio de 1972 en San Juan de Puerto Rico. Él había pedido a sus amigos que si le pasaba algo no quería que lo sepultaran en Venezuela porque aquí le habían desgraciado su existencia. Su familia lo sepultó en tierra zuliana el 5 de julio de 1972, desechando así su última voluntad.
Para denunciar que la homofobia mata o desgracia la vida a quienes no aceptan ciertas pautas de conducta y optan por degustar lo prohibido, Paul Salazar Rivas, con su agrupación se han encargado de revivir la trágica historia de la vida íntima de tan excelente artista y mostrarla.
Paúl Salazar Rivas recurrió al recurso de hacer teatro dentro del teatro y localiza a los personajes de su tragicomedia en un hospital psiquiátrico de Puerto Rico, donde, en la época actual, unos pacientes cuentan la historia de Felipe Pirela. Una saga elaborada con secretos a voces, éxitos, traiciones, discriminación e intolerancia reconstruye la vida y el calvario del legendario bolerista, encarnado por correctísimo vocalista Nilo Márquez, quien interpreta algunos de sus memorables éxitos. Sus interpretaciones son como un bálsamo, mientras los actores-locos (juegan a recrear el truculento drama humano del artista, quien no encontró un sensato asesor o manager para salvarlo de la ignominia y de la persecución o acoso que le hacia su ex suegra. El mundo sería otro en el siglo XXI.
La última voluntad de Felipe Pirela es, pues, una conmovedora tragicomedia para evocar a uno de los cantantes populares más importantes de la historia venezolana. Buen ser humano, con defectos y virtudes, quien confió en mucha gente que no merecía tal distinción. Ahí está Felipe Pirela, condenado a descansar en la tierra que amaba.
La última voluntad de Felipe Pirela es una pieza ganadora del Concurso de Coproducciones, 2014, del Centro Nacional de Teatro (actual Compañía Nacional de Teatro). Nominada al premio Isaac Chocrón 2014-2015. Ahora está de nuevo sobre las tablas. No se la pierdan.
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