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La fe media entre el cuerpo y el alma

Sócrates Serrano y Miguel Issa estrenarán “Gregori, canal de fe” en el Teatro del Centro Cultural Chacao

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

20/10/2019 01:00 am

El diagnóstico: adenocarcinoma, un tumor maligno en el epitelio glandular. Fue en diciembre de 2017 cuando sus gastroenterólogas, madre e hija, le dieron la nefasta noticia. La madre, que conocía al paciente de años, fue sutil; la hija, con el ímpetu de la juventud y la honestidad por delante, fue más directa: de no comenzar un tratamiento puede morir…

Morir es un destino del que ningún hombre puede desviarse, escapar; es la comprobación de la finitud de la existencia, esa temporalidad de la fácilmente nos olvidamos mientras la ciencia no nos ponga fecha de terminación.

El paciente es el actor Sócrates Serrano, el más reciente Gardel de El día que me quieras, psicólogo egresado de la Universidad Central de Venezuela y quien volcó todas las incertidumbres de su enfermedad en la escritura. “Es una fuerza enorme en el pecho que se derrama por mis ojos”, escribió para explicar la sensación que lo invadió cuando fue diagnosticado con cáncer. “Todas las herramientas psicológicas con las que había trabajado hasta ese momento se esfumaron. A veces sí las utilizaba, pero había días en que estaba tan abrumado emocionalmente que no podía hacerlo”, dice el intérprete.

Y agrega: “Experiencias como la que he vivido te ponen frente a un espejo para que te hagas las preguntas fundamentales. Dentro de mis estados de mayor incertidumbre, mi mayor miedo no era la muerte, sino la incapacidad. Cuando eso aparecía, me preguntaba: ¿Para qué estuve aquí?, ¿qué cosas tengo pendientes? No me quisiera ir dejando cosas pendientes”.

Quimioterapia, radioterapia, cirugía. Su cuerpo, ahora desconocido, necesitaba volver al redil de la vida. En su tránsito hacia la sanación, en 2018, Serrano descubrió muchas cosas: “Apareció la fe como elemento mediador entre mi cuerpo y mi alma”, comenta en la sala de ensayo C del Teatro Teresa Carreño donde toma forma el unipersonal Gregori, canal de fe, escrito por él, dirigido por Miguel Issa, y que, por los momentos, tendrá solo dos funciones a beneficio de Senos Ayuda los días 26 y 27 de octubre, a las 4:00 pm, en el Teatro del Centro Cultural Chacao.


"Fue muy importante que Sócrates Serrano, el gran actor, se deslastrara de su belleza, de su Gardel…", dice Miguel Issa (CORTESÍA LIL QUINTERO)

Miguel Issa, quien ha centrado su trabajo artístico en la capacidad del cuerpo para hablar, describe el proceso de creación de Gregori, canal de fe como intenso, emotivo, hermoso. “Cuando Sócrates me planteó la idea del proyecto, yo intuía que algo le había pasado, pero para mí no fue tan obvio, además no nos conocíamos tan bien. Admiro a Sócrates sobre todo por su trabajo cinematográfico, pero nunca habíamos trabajado juntos. Le expliqué como trabajo yo y empezamos a indagar, buscamos muchos textos, revisamos, por ejemplo, los poemas de Ramón Sampedro (el escritor que inspiró la película Mar adentro), pero todos conducían hacia la muerte, no hacia la vida. También recurrimos a los diarios de Rafael Castillo Zapata y me encontré con muchos escritos de él sobre la fragilidad de su salud… y así con muchos otros escritos que le iba llevando a Sócrates, quien se conmovía con cada uno de ellos. Lo primero que salió fue la escritura física, que es mi área, a partir de muchos imaginarios de él, de cosas que le iba preguntando. Sócrates siempre había querido escribir, pero no había escrito nada. Un día, tomé parte de los textos de José Gregorío Hernández, de lo que había escrito Castillo Zapata y unas cosas que me inventé, y le dije: “Monté esto”. Aquello sirvió de detonante para que, sobre eso, él reescribiera, y fue cuando pudo realmente acercarse a la escritura”.

Serrano confirma lo dicho por el codirector artístico, junto con Leyson Ponce, de la compañía Dramo, Dramaturgía del Movimiento: “No podía escribir porque no estaba preparado para ello. Escribía un par de líneas y me afectaba mucho. Después me di cuenta que transitar por ese texto físicamente, fue sumamente importante. Con los ejercicios podía conectarme de una manera muy singular con el texto. Al final salió”.


"Necesitaba hablar de cómo, desde mi propia verdad, me conecté con José Gregorio", afirma Sócrates Serrano (CORTESÍA LIL QUINTERO)

Con extractos de las cartas que el doctor José Gregorio Hernández dirigió a uno de sus amigos y a su familia, y de un libro que escrito por él que se llama Tratado de filosofía, más las cavilaciones del autor y actor, Gregori, canal de fe es un monólogo confesional, testimonial, en el que Sócrates Serrano se desnuda de los egos propios de su oficio para hablar, para danzar, su vulnerabilidad.

“Quería hablar de la transformación de mi sistema de creencias, siento que mi postura antes de la enfermedad era arrogante. Necesitaba hablar de cómo, desde mi propia verdad, me conecté con José Gregorio. Nunca fui un hombre muy religioso, pero esa conexión para mí fue la transición perfecta para conectarme con lo espiritual”, explica Serrano, a quien su hermana le dijo un día: “Vamos a ver a Gregori”. “¿A quién?, ¿quién es Gregori?”, y juntos fueron a la Iglesia de La Candelaria, donde reposan los restos del llamado “Médico de los pobres”.


Ahora, cada mañana, Serrano sirve dos tacitas de café: una para él y otra para su amigo Gregori (CORTESÍA LIL QUINTERO)

-¿Es una obra de autoayuda, motivadora?
-Cuando Sócrates me planteó el proyecto, le dije que no quería cosas de autoayuda, de superación. Es muy peligroso caer en eso. Le propuse: vamos a hacer poesía de esto, dentro del lenguaje del cuerpo, del movimiento. Fue muy importante que Sócrates Serrano, el gran actor, se deslastrara de su belleza, de su Gardel… Parte del trabajo fue cómo lavar esto para fusionar las almas. Trabajamos con la libertad del laboratorio: “Vamos a investigar”. Siempre le dije a Sócrates: “Si tú hablas de ti, siempre vas a hablar del otro”. Nos tocó indagar en el gesto, en el poder del brazo, de la mano, cómo me siento, cómo me pongo el sombrero… Yo le controlo a Sócrates hasta las lágrimas, dice Issa.

-Miguel siempre me dijo: “Tienes que distanciarte”, pero yo sentía, y ahora me doy cuenta de que no es así porque la conexión siempre está, que si me distanciaba iba a perder valor. El detalle y la limpieza del movimiento me llevan a la emoción, Ya hay una memoria en el cuerpo, agrega Serrano.

-Ya que hablamos de una enfermedad, el país está en estado crítico.
-La enfermedad que estamos viviendo tiene que ver con la polarización, que asumimos de manera virginal, desde las víctimas absolutas o desde el victimario absoluto. El proceso migratorio, por ejemplo, se vive como “voy a escapar porque voy a encontrar la felicidad allá”, cualquiera que sea ese allá; eso es pretender pasar la página de manera automática de todas esas dolencias que no podemos contener en nuestra propia psique. Hay que entender, desde un punto de vista profundo, que hay que transitar muchas cosas vinculadas probablemente al dolor, a la pérdida, a la desazón, a todo lo que significa estar aquí, en la minusvalía.

@juanchi62


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