El poder ofende de muchas maneras. Un poder que no solo viene de los que gobiernan estados, si no de todos aquellos que forman parte de lo más alto de un espacio que puede persuadir y pisar a los que tienen menos posibilidades. La situaciones que él genera también son diversas y van desde guerras, disfraces de democracias y publicidades que interrumpen la libre vista de un paisaje.
Este es el hilo que une el trabajo de 60 años del maestro de la fotografía Paolo Gasparini. Esa antología que reúne fotos desde 1961 hasta 2019, lleva el titulo Rostros y "golpes" de Venezuela, y será expuesta desde hoy a las 5:00 pm en la galería Carmen Araujo Arte, de Las Mercedes.
"Cada imagen lleva consigo un devenir histórico", dice Gasparini, para el cual esta exposición le funciona para reinterpretar el trabajo que publicó hace muchos años haciendo una interpretación basada en los nuevos conocimientos.
Inició fotografiando estructuras arquitectónicas, es un época en la que el modernismo se hacía de ellas y arquitectos como Carlos Raúl Villanueva posesionaban al país entre las naciones más avanzadas. De allí partió a relacionarse con el neorrealismo, con el que busca darle visibilidad los problemas que afligen a la sociedad.
Gasparini resalta lo importante que ha sido el trabajo de sus colegas en demostrar realidades en varios países del mundo, el que sus fotos sirven como evidencia de la crueldad humana.
Sobre lo duro o la critica presentada en su trabajo y la relación con lo estético, comenta: "Todo es digno de ser fotografiado. Lo estético es un cambio de discurso y de contrastes".
Su relación con los medios digitales no es cercana, en verdad, no le interesan. Sin embargo en una de sus piezas más recientes presenta el deterioro o profanación de un Simón Bolívar pintado en una pared, al lado del basurero. La foto no es a color, o blanco y negro, sino completamente roja.
La opinión que tiene acerca de las nuevas tecnologías utilizadas en el campo fotográfico es también contundente: "están vanalizando completamente el oficio del fotógrafo. La fotografía digital es como una llamada sin mensaje y que se pierde en el espacio".
El atractivo de la exposición, compuesta por trabajos expuestos en el Museo de Bellas Artes en 1961 y otras de Bodare en 1959, será un mural de cinco metros que reúne el trabajo entre 1967 y 2008 bajo el título de Caracas "s"inética, Maracaibo Technicolor, Gonzalo y sus mujeres.
La muestra representa para Gasparini la oportunidad de crear y demostrar su archivo basándose en un mensaje crítico. Aunque finaliza: "Más valen las fotos en los libros que en la pared".
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