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Cruz-Diez: un legado a perpetuar

La restauración de las obras públicas del artista moviliza a entes públicos y privados

  • JUAN ANTONIO GONZÁLEZ

15/09/2019 01:00 am

Una mañana de diciembre de 2003, los silos de la empresa Molinos Dominicanos, ubicados en el puerto de Santo Domingo, República Dominicana, fueron pintados de blanco. El hecho podría haber pasado desapercibido sino fuera porque sobre la superficie de esos cilindros de concreto, que abarca los 11.200 metros cuadrados, el artista venezolano Carlos Cruz-Diez creó en 1994 una de sus más fascinantes obras: Cilindros de Inducción Cromática, similar a la que hizo a mediados de la década de los setenta para la edificación Los Silos del Puerto de La Guaira.

Si bien en un primer momento, la destrucción de aquella obra de Cruz-Diez desató las críticas de los expertos en arte del país caribeño, el malestar entre los habitantes de la zona en la que se encuentran los silos también se hizo sentir. Entonces, ¿por qué fueron borrados? Además de la falta de mantenimiento -tema sobre el que, por cierto, Cruz-Diez dejó establecido que debía hacerse cada 8 años-, los ejecutivos de Molinos Dominicanos adujeron que la obra había sido afectada por la inclemencia del tiempo, según se reseñó en diarios dominicanos.

Carlos Cruz-Diez Jr., director del Atelier Cruz-Diez de París e hijo del artista fallecido el pasado 27 de julio, explica que los problemas generados por la falta de mantenimiento de las obras de arte públicas no son exclusivos de un determinado país, sino que atañen a todo el mundo. “Urbanistas, arquitectos y hasta muchas entidades encargadas de la conservación, parecen creer que las obras son imperecederas y no previeron partidas para su mantenimiento. En consecuencia, el deterioro puede llegar a un punto en que ya no admite mantenimiento, sino restauración y en no pocos casos reconstrucción”.


"Si bien mi padre partió, el país sigue contando espiritualmente con él a través de su legado", dice Carlos Cruz-Diez, Jr. (CORTESÍA EDGAR CHERUBINI)

Es obvio que Molinos Dominicanos no cumplió con las condiciones que estableció el propio Cruz-Diez para donar su creación, pero detrás del desafortunado “borrón” de Cilindros de Inducción Cromática subyace una variable mucho más compleja de atajar y conjurar: el desconocimiento o la falta de consciencia del valor patrimonial, cultural e identitario de las obras de arte público. ¿Entendían aquellos empresarios dominicanos la dimensión de una figura como Carlos Cruz-Diez en el panorama mundial del arte contemporáneo? ¿Entendían el valor de su obra?


Cilindros de Inducción Cromática. Puerto de La Guaira (CORTESÍA IN SITU)

La valoración de Cruz-Diez
Afirmar que Carlos Cruz-Diez fue un genio no es ni un lugar común ni una frase prefabricada. La investigadora y curadora de arte María Luz Cárdenas, ubica al artista venezolano como uno de los fundadores de la sensibilidad contemporánea. “Él realiza un aporte fundamental que es la ampliación de la percepción a través del color. Lo que Cruz-Diez logra con el color no es otra cosa que hacernos vivir y sentir que nuestras posibilidades de apreciación de la realidad, en este caso a través del color, son infinitas, y nos llevan a mundos, a campos, a relaciones que hasta ese momento no habían sido planteadas”. Para ella, Cruz-Diez hizo lo que en su tiempo hicieron Picasso, Duchamp o Miró.

En cuanto a las obras del artista vinculadas a la arquitectura asegura la experta que Cruz-Diez no interviene ni invade el espacio arquitectónico, “sino que adapta su obra a él, lo engrandece sin tomar el protagonismo. Eso se nota perfectamente en el piso del Aeropuerto de Maiquetía, que se ha convertido en una unidad simbólica que identifica a las personas que se van del país por el exilio, pero por qué se transformó en eso, porque la obra ocupa un espacio de una escala inmensa, de cientos de metros, que abraza al espectador; tú entras dentro de una obra de Cruz-Diez, una obra que, además, convive perfectamente con el espacio arquitectónico. Muy pocos lo han logrado, incluso a artistas grandiosos les ha costado intervenir y hasta a veces han tenido notables fracasos con la integración a la arquitectura”.

Sobre las obras de Cruz-Diez en espacios públicos, dice Cárdenas que el artista venezolano fue uno de los primeros en dominar la escala. “En el país lo vemos en el enorme mural que bordea el río Guaire, Muro de Color Aditivo (1975), que para la época fue verdaderamente revolucionario e impensable. En ese entonces comenzaba la utopía de unir el arte con la realidad, y Cruz-Diez se lanzó con ese enorme mural que es como una especie de cortina cromática que a medida que va recorriendo el espacio va cambiando la percepción del color. El éxito se encuentra en las leyes del color y los rumbos que tomó su propia investigación para generar realidades alternativas en la percepción a través del color. Y lo hizo en cualquier escala sin crear conflictos. Muy pocos artistas en el siglo XX lograron esa articulación con el espacio urbano y arquitectónico en esas escalas como lo logró Cruz-Diez”.


Muro de Color Aditivo. Río Guaire. Caracas (CORTESÍA IN SITU)

Finalmente, admite María Luz Cárdenas: “Las obras integradas a la arquitectura exigen un cuidado, un mantenimiento y una atención permanentes. Y esto sucede también con casi todas las obras en espacios públicos, no solo las de Cruz-Diez. A la hora de aceptar la realización o el patrocinio para la creación de este tipo de espacios, las autoridades se tienen que comprometer a sus cuidados”.

Conjurar el olvido
Según datos aportados por el Atelier Cruz-Diez de París, el artista realizó en vida 226 obras monumentales, entre efímeras y permanentes, tanto en Europa como en Asia, África y el continente americano. De ellas, 157 se encuentran en Venezuela.

“En su gran mayoría, las obras monumentales de Cruz-Diez en el país necesitan atención porque nunca se les ha dado mantenimiento; incluso lo requieren algunas que ya fueron tratadas como lo hizo Pdvsa La Estancia con la Fisicromía cóncavo-convexa de Plaza Venezuela, en cuya restauración, por las mismas condiciones del país, no se usaron los materiales adecuados. Hoy en día, la técnica nos permite mejorarlas”, explica la galerista Odalys Sánchez, en representación del estudio de arquitectura In Situ Art Projects (www.insituartprojects.com), adscrito al Grupo Odalys.


Fisicromía cóncavo-convexa. Plaza Venezuela, Caracas (CORTESÍA IN SITU)

Comenta Sánchez que desde hace tres años In Situ desarrolla el Gran Proyecto de Recuperación del Patrimonio Artístico-Monumental de Carlos Cruz-Diez, siendo la única empresa autorizada por el Atelier Cruz-Diez para ubicar y contratar a las personas o empresas que puedan realizar los trabajos.

“Hemos hecho el levantamiento de un número no menor de 50 piezas, fundamentalmente de Cruz-Diez, pero también de artistas como Jesús Soto, Alejandro Otero, Mercedes Pardo, Victor Vasarely, Héctor Poleo, Armando Barrios, Oswaldo Vigas, Gego, Alexander Calder… Todo a través de las fundaciones que resguardan la obra de estos creadores”, agrega la galerista.

El procedimiento abarca desde la inspección del estado de conservación de las obras -tanto en su estructura física como en su integridad estética-; la consulta de las fuentes documentales en el Atelier Cruz-Diez (en París y Panamá), donde reposan los planos originales de las piezas con todas las indicaciones relativas a materiales, colores, medidas, etc.; consultas con los técnicos y expertos sobre los nuevos materiales disponibles en el mercado; la elaboración de la propuesta de restauración que aprueba el taller del artista, y la presentación del plan de recuperación a los entes públicos o privados que estén dispuestos a cubrir los presupuestos para realizar los trabajos. 

Insiste la galerista en que “estamos preparados para arrancar”, pero advierte: “Sabíamos que vendría un momento en que se iba a despertar la ciudadanía frente al estado de deterioro de las obras. Lamentablemente, ese momento llegó con la muerte del maestro. El llamado que hago es a controlar la creatividad; los talleres de los artistas, sus sucesores, son los llamados a defender la obra de cada uno de sus familiares”.

Se refiere Sánchez a que los trabajos de restauración deben hacerse sin alterar o desvirtuar ni la forma ni el concepto originales de las obras. “Intervenirla en una forma inadecuada es lo peor que le puede pasar a una obra de arte”, asegura, en concordancia con lo expresado por Carlos Cruz-Diez, Jr.: “Mucha gente piensa estar capacitada para restaurarlas, pero ese tipo de trabajo tiene sus complicaciones. Sin los planos ni la directiva y supervisión imprescindibles para este tipo de realizaciones, se puede deformar la obra, dañarla y hasta caer en estafas”.

Aunque el tema de la financiación es ineludible, desde In Situ se mantienen en permanentes conversaciones con instituciones públicas y privadas, desde alcaldías y gobernaciones hasta entidades bancarias; de hecho, también se ha planteado la posibilidad de hacer campañas de crowdfunding para casos como, por ejemplo, el de la obra Laberinto Cromovegetal, concebida por Cruz-Diez para la Universidad Simón Bolívar en 1994 y en cuya recuperación podría involucrarse a los egresados de esa casa de estudios.


Laberinto Cromovegetal. Universidad Simón Bolívar (CORTESÍA IN SITU)

El piso del Aeropuerto de Maiquetía; los silos y el muro de La Guaira -este último derribado, pero en trámites de volver a ser levantado-, así como los silos de República Dominicana; el Laberinto Cromovegetal de la USB; la Cromoestructura radial - Homenaje al sol, de Barquisimeto, y la Fuente de Inducción Cromática: Tres Arcos, de Nueva Esparta, lideran la lista de prioridades para su recuperación.


Cromoestructura radial-Homenaje al Sol. Barquisimeto, estado Lara (CORTESÍA IN SITU)

“El país en general sabe que, aunque falten gasas o alimentos, también hace falta arreglar las obras de arte. No intentamos priorizar esto como una dificultad supra a nuestros problemas diarios; estamos montando esto como una forma de dar esperanza y optimismo y de recuperar un patrimonio valiosísimo”, afirma Odalys Sánchez.

Concluye Carlos Cruz-Diez, Jr., quien espera visitar el país pronto y cree que politizar el tema sería un error: “Es importante dar el mensaje de que, si bien mi padre partió, el país sigue contando espiritualmente con él a través de su legado, parte del cual son las obras que realizó en distintas ciudades del país y que es preciso restaurar porque son patrimonio de todos los venezolanos. La restauración de las obras es el mejor homenaje que le podemos hacer”.


Fuente de Inducción Cromática : Tres Arcos. Estado Nueva Esparta (CORTESÍA IN SITU)

@juanchi62

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