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Franklin Virgüez: "En Venezuela habrá un cambio este año"

Celebra 40 años como actor de TV con un Stand Up donde revela anécdotas de su actividad artística. Se titula “¿Hola, qué tal?”, aludiendo al saludo de sus controversiales videos en las redes sociales

  • AQUILINO JOSÉ MATA

25/08/2019 01:00 am

Para celebrar sus 40 años como actor de televisión -que cumplió en julio pasado, de un total de 45 de actividad histriónica, pues los cinco primeros fueron en teatro-, Franklin Virgüez está presentando internacionalmente un espectáculo de Stand Up Comedy titulado ¿Hola, qué tal?, aludiendo a su ya clásico y jocoso saludo en los videos que publica en las redes sociales. Comenzó su recorrido por Estados Unidos y luego lo llevó a Italia y España. “Acabo de terminar la segunda temporada en el Paseo Winwood, aquí en Miami (ciudad donde reside) y el mes próximo seguiré a Nápoles (13 de septiembre), Milán (17), Alicante (19), Vigo (20), Tenerife (21), La Coruña (22) y Conpenhague (28). El 29 estaré de nuevo en España, para una función gratuita en Barcelona, a cambio de un kilo de medicinas, o más, para Venezuela por asistente, patrocinada por La Fundación española "Ven, da tu mano", conjuntamente con "Amigas por Venezuela" e "Hijos de Morán", de El Tocuyo”.

Siempre cordial, dicharachero y con su proverbial sentido del humor, percibimos en el actor, durante nuestra conversación telefónica, una gran vitalidad y entusiasmo al hablar, tanto de su labor artística, como de su vida familiar, al lado de su esposa, la productora de televisión Dulce Terán, y su hija Jessica. Abunda en detalles en torno a su unipersonal y lo sintetiza como un recorrido por “la historia de la televisión venezolana, que comienza en blanco en negro, hasta Por estas calles -ya en la época del color-, por lo que significó para mí. Allí termino. Lo que cuento son bloopers, anécdotas y cosas que me ocurrieron tras las cámaras, con gente como Renée de Pallás, José Oliva, Susana Duijm y Enrique Alzugaray, todo apoyado con imágenes y videos de esas épocas que narro”.

-Es un poco mi vida, mis relaciones, mi primer beso en TV. Entonces era un muchacho que apenas tenía cinco años de haber llegado de Barquisimeto. Narro historias como la que me ocurrió en El caso de la señora indecente, mi primer trabajo en TV, un teleteatro de Miguel Mihura que dirigió Daniel Farías para Venevisión. Mi pareja era Susana Duijm y le tenía que dar un beso en la boca y llevármela a rastras a un cuarto. El libreto indicaba que tenía que ser un beso intenso. Le pregunté a Enrique Alzugaray cómo era eso de “intenso” y él me contestó que tenía que meter la lengua. Cuando hicimos la escena, yo le di un lenguazo a Susana, ella pegó un grito y me dio tremenda cachetada. Al explicarle que lo hice así porque me dijeron que debía hacerlo, ella se volteó hacia el resto de los actores y todos estaban muertos de la risa. Ella entendió la broma y le dijo al director: “¡Entonces la escena va con lengua!” y procedimos a hacerla de nuevo. Fue un “latazo” inolvidable. “Eso es para que se sigan burlando del carajito”, exclamaba divertida Susana. 

La anécdota marca el tono del Stand Up Comedy, que tampoco deja de lado historias de vida del protagonista, que relata con el mismo desparpajo. “Me baso en experiencias personales y mis relaciones con actrices. Yo venía de un internado del Consejo Venezolano del Niño, no tenía mucha experiencia con mujeres y cuando trabajaba como fotógrafo en la Cadena Capriles conocí a Daisy, una recepcionista, madre de mi hija Yelice. Al llegar a la televisión vi a aquel poco de mujeres y me volví loco, empezaron a darme papeles de importancia, me contrataron e inclusive decían que era el sustituto de Bardina. No estaba preparado para eso y me maletearon. Daisy, que era una gran madre y una estupenda esposa, se convirtió con el tiempo en mi mejor amiga”.

-Actué en Emilia, de Delia Fiallo, en el personaje de Tano, haciendo pareja con ese fenómeno de mujer que es Elba Escobar. Ese romance siguió en la vida real. Me enamoré perdidamente de ella. Era sumamente culta y yo no. No sabía quién era Walt Whitman y ella me enseñó. Yo, que acababa de llegar a la capital, al poco tiempo me estaba codeando con los grandes del teatro y la televisión. Le cogí arrechera a Jean Carlo Simancas porque me estaba zamureando a Elba. No me importaba Aroldo Betancourt, que también la atacaba, porque era más feo que yo; pero Jean Carlo sí, porque era demasiado perfecto. Recuerdo que cuando aparecía en escena en El día que me quieras, todo el teatro suspiraba. Ese era el tipo que me estaba zamureando al amor de mi vida y para colmo ambos se fueron con el elenco de la obra a hacer una gira por el exterior. Intuyo que algo pasó entre ellos, aunque Elba nunca me lo dijo. Pero ella se quedó fue con Aroldo. El unipersonal dura una hora y cuarenta minutos y la gente se ríe a carcajadas.

-¿Cómo surgió el espectáculo?
-Estaba escribiendo un libro, Anecdotario de un actor, y estando con mi hija Yelice en Oporto, Portugal, donde vive, ella me sugirió hacer a partir de allí el Stand Up y para ello seleccioné diez anécdotas. Lo monté en El Tepui, un restaurante de un matrimonio venezolano amigo, él ingeniero y ella abogada, donde cabían 70 personas. Fue como un ensayo general al que asistieron más de 100 personas y se rieron mucho. Me di cuenta que iba a funcionar y cuando regresé a Miami lo prepare y lo monté. Desde entonces no he parado. El 19 de octubre voy a Bogotá, Bucaramaaga y otras ciudades de Colombia. A finales de ese mes vuelvo a Madeira y Oporto y luego voy a Londres, donde me presentará Gledys Ibarra en noviembre, mi Eloína Rangel de Por estas calles. Finalmente lo presentaré en Weston, Miami, en El Chiringuito, local que artísticamente administra mi amigo Amílcar Rivero. Y en diciembre cumpliré un sueño, que es irme manejando desde Florida hasta Canadá con Dulce y Jessica. Ya en 2019 tengo compromisos para llevar mi unipersonal a Chile, Ecuador y Argentina, para luego irme a México a explorar el mercado televisivo.

-¿Mucho tiempo alejado de la TV?
-Estuve inactivo de la TV, porque en enero de 2018 me hicieron un trasplante de rodillas. Me las reemplazaron por dos de titanio. Antes de eso había hecho dos series en Televisa y estuve en las temporadas cuatro y cinco de El señor de los cielos, de Telemundo Internacional. Mi operación fue de recuperación complicada, pero ya estoy bien. Aquí en Miami no se está haciendo nada en materia de televisión, pero en México siempre hay trabajo. Uno tiene que “refrescarse” y visitar a los productores para que sepan que estoy “ready” para trabajar.

-¿Cómo llega a Estados Unidos?
-Me vine por primera vez en el año 2000. Estaba contratado por RCTV y me fui a estudiar al instituto de Lee Strasberg. En esa época había mucha chamba, hice un cortometraje llamado Las flores, trabajé en el Teatro de Repertorio Español y participé en un comercial de Kraft. A partir de allí el Sindicato de Actores me llamó para afiliarme. Me ofrecieron, sin yo proponérmelo, hablar con la Doctora Canero, una abogada venezolana experta en Inmigración, para tramitar mi residencia. La llamé y me mando una lista de requisitos, como trabajos realizados, experiencia previa, etc. Conseguí una carta de recomendación de Luis Sojo, quien para entonces jugaba con los Yankees de Nueva York, que acompañe de una foto suya en el terreno de juego, en una de sus hazañas deportivas. Armamos el legajo y a los seis meses, estando yo de regreso en Caracas, me llaman para una entrevista en Miami con la Doctora Canero y poco después asistí a otra en la Embajada de Estados Unidos en Caracas. Pasaron otros seis meses hasta que me dieron los papeles de residencia para mí, mi esposa y mi hija.

Relata el actor que al obtener la residencia se fueron a vivir a Nueva York. “Habíamos alquilado un apartamento cuando, una semana después de haber llegado, derrumban las Torres Gemelas. Aquello se convirtió en un caos. No había trabajo en ninguna parte. Llamé a Arquímedes Rivero, que ya estaba en Miami y también a Delia Fiallo. Me dijeron que me fuera para allá. Nos mudamos y comencé a hacer TV en Univisión y Dulce, mi esposa, en Telemundo, como asistente de producción en las telenovelas, hasta que luego se convirtió en productora ejecutiva de Venevisión Productions. Yo eventualmente iba a Caracas a hacer telenovelas. Estaba en Voltea pa’ que te enamores, hasta que hice la famosa arrodillada rogándole a Chávez en Globovisión que no cerrara RCTV. La situación, con chavistas y no chavistas, se puso tensa conmigo, me pusieron un guardaespaldas, mataron a mi personaje en la novela y luego la cosa en Venezuela fue empeorando. Nos volvimos a Miami y desde entonces no regresé más. Nos hicimos ciudadanos estadounidenses a los 5 años de haber llegado. Tengo 19 años aquí. En Mexico fui a que me renovaran el pasaporte venezolano y me pintaron una paloma en el Consulado. Viajo con pasaporte americano”.

-¿Cómo transcurre su vida en Miami?
-Me voy al gimnasio a las 5 de la mañana, monto bicicleta y hago spinning. Tengo mi personal trainer y ejercito con pesas en las piernas para fortalecer los músculos. Todos los días entreno, llevo una vida saludable, no fumo, no tomo, no me meto drogas, no me gustan las discotecas, nunca me han gustado. Para mí es un placer acostarme a las 9 de la noche. Las telenovelas nunca las veo completas y si es un juego de pelota, mi pasatiempo favorito, ya en el quinto inning me quedo dormido.

-Es evidente que lleva una vida tranquila…
-Estoy tranquilo en mi vida personal y profesional. Ya no hago telenovelas largas porque ese formato desapareció, ahora las hacen tipo serie, por temporadas y a los actores les pagan por porcentaje de aparición. Yo existo porque estoy en las redes sociales, hablando de teatro, de música y de cine, además de los mensajes en contra de la dictadura. Ahora no nos llaman actores, sino “influencers”. Detesto ese término, pero es lo que hay.

-¿Cree que en Venezuela las cosas cambiarán?
-Estoy completamente seguro de que este año habrá un cambio. Soy un convencido de eso y por ello en mis redes apoyo a la oposición, incluso a esa oposición bizarra que hoy ataca a Juan Guaidó por intereses políticos. Todos los esfuerzos que hace Estados Unidos van en ese sentido, para acceder a la democracia en Venezuela sin tener que usar la fuerza, que también está planteada. La dictadura está boqueando, contra las cuerdas. Cuando estemos en el cese de la usurpación y haya elecciones libres, iré a votar por el candidato, o la candidata, que más me guste. Antes votaba a ganador, por el que encabezaba las encuestas. Era un irresponsable. Con mi voto arrastraba a una cantidad de gente que yo no sabía quiénes eran. Que negociaban los cargos. Eso se acabó. Ahora habrá que ver hasta el último concejal que se postule. La Internet te averigua todo. Tenemos que cuidar, ahora sí, el sistema.

-¿Si hay un cambio regresaría para quedarse?
-¡Por supuesto que me iría! Tengo 66 años. Ya me están jubilando en Estados Unidos y a mi esposa también. Siento que Venezuela necesita de todo y de todos. Me imagino entrando a RCTV caminando por esos pasillos hacia el estudio a grabar; haciendo teatro por todo el país, regresando a Barquisimeto con mi familia, haciendo las cosas que tengo que hacer y aportando lo que yo pueda aportar para la reconstrucción de Venezuela.

@aquilinojmata 
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