Si bien hoy no están todos los que son porque la crisis ha obligado a algunos de sus integrantes a emigrar, el director José Tomás Angola, el actor Ignacio Serrano y el productor Carlos Silva, toman la palabra por la agrupación La Máquina Teatro para reafirmar su compromiso con el teatro de autor y hablar de los planes que barajan para celebrar en 2020 los 25 años de la fundación de esta familia escénica que ha dejado para la historia del teatro venezolano montajes como El pasajero de la fragata, original de Angola y que en la época de su estreno (2000) dio mucho de qué hablar por su mirada crítica hacia la figura de Simón Bolívar.
Como grupo de autogestión, La Máquina Teatro también cuenta entre sus señas de identidad con el hecho de no haber recibido ni en la época democrática del país ni en la actual, subsidios del Estado. “Trabajamos con la gestión privada, con publicidad, con patrocinios, promociones; claro, al principio hacíamos uno o dos montajes al año, pero eso nos permitió tener mucha libertad. No estamos atados a la taquilla. Hacemos teatro de arte y por eso creemos en propuestas experimentales, en la vanguardia, en las nuevas expresiones… No voy a llamar lo que hacemos teatro no comercial, sino teatro sin interés comercial”, asegura Angola.
Y aunque la dura realidad también ha tocado (o trastocado) a las empresas privadas que otrora apoyaban proyectos culturales, La Máquina Teatro ha podido seguir gracias a alianzas con instituciones, fundaciones y agrupaciones que no viven del teatro, sino para el teatro.
Angola resalta en ese sentido la “sociedad estratégica-artística” entre el grupo que lidera y la Asociación Cultural Humboldt que dirige Federico Pacanins. Tal conjunción dará como fruto el espectáculo Alta traición, que tendrá cuatro funciones del 31 de agosto al 8 de septiembre en el Teatro de la ACH en San Bernardino, para enfrentar a dos grandes autores –el poeta estadounidense Ezra Pound y el escritor alemán Thomas Mann– y su controversial posición política durante la Segunda Guerra Mundial.
Para 2020 la agrupación adelanta dos proyectos: Shakespeare en concierto que, en asociación con la Orquesta Sinfónica de Venezuela y la Filarmónica del Colegio Emil Friedman, mostrará en mayo un ciclo lecturas dramatizadas, con vestuario y elementos escenográficos que incluyen dispositivos audiovisuales, con algunas de las piezas musicales que grandes compositores crearon para obras del dramaturgo inglés, y para el segundo semestre, un Festival de Dramaturgia Venezolana, que se trabaja con el investigador y docente Leonardo Azparren Giménez y que dará cabida a piezas de autores vernáculos poco montados en el país.
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