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Mónica Fernández: “El país va a cambiar cuando cambie su sistema de justicia”

Su programa “Se ha dicho” arriba a su octava temporada en las pantallas de Televen

  • MARITZA JIMÉNEZ

31/07/2019 01:00 am

De un solo vistazo, puede analizar la realidad de un documento legal. Pero su corazón aflora a sus ojos, cuando habla de su hija radicada en España. Mano de hierro con guante de seda. Así es Mónica Fernández, una profesional del Derecho que ha asumido la tarea de educar al venezolano en el conocimiento del fundamento jurídico que ampara sus derechos, pero también la observancia de sus deberes. 

La jueza más popular de la pantalla venezolana nació en Ovideo, España, en 1972, y su imagen dista de la del jurista de toga y birrete impuesta por este tipo de realities. Pero que nadie se equivoque. No le tiembla el pulso a la hora de poner en su lugar al que intente burlar la justicia. 

“Búscame a esa jueza”
Fernández ingresó a Televen cuando “Caso Cerrado”, de Telemundo, salió de la programación del canal. Y el presidente de la planta sabía lo que pedía, pues ella ostenta una trayectoria más que reconocida como luchadora de los derechos judiciales en Venezuela desde 1997, cuando, a los 24 años, es designada Directora Nacional de Prisiones, asumiendo la conducción de las 33 cárceles venezolanas y 33 mil reclusos.

El Derecho no estaba entre sus prioridades a la hora de escoger carrera. Lo suyo era la comunicación social, y solo por cuestiones de azar debió declinar a la hora de ingresar a las aulas de la Universidad Andrés Bello. “El Derecho salía en todos los test vocacionales que me hacían, y yo insistía en que estaban equivocados. Pero cuando fui a inscribirme en la Ucab, solo había 20 cupos en Comunicación y me tocó el 21”.

“Yo quiero educar”, fue lo primero que respondió a los ejecutivos del canal, porque la Educación –que estudió en la Universidad Santa María- era otra de sus pasiones. Y así, juntando esos tres ingredientes, logra cumplir su propósito de educar al venezolano en esta materia, aprovechando el potencial televisivo.

Desde el programa, no solo se atienden y analizan los casos, también se hace crítica a las instituciones, “pero más que crítica, hacemos reflexión, enviamos informe a las instituciones, alcaldías, tribunales, donde sea que podamos contribuir a solucionar el problema”.

“Así empecé, y ocho años después creo que somos una referencia. No trabajamos con guion -explica-, yo no sé nada de los casos antes del programa. Vamos al aire en tiempo real, y nunca hemos tenido ni un llamado de atención”.

Por eso, en esta octava temporada no contempla cambios sustanciales. “El programa sigue igual, en la línea de educación de la gente, con secciones como Desaparecidos, o personas que han perdido el contacto con su familia. También incluimos ahora algunos tips legales. Pero el programa sigue manteniéndose. Por ahora todo sigue como ha estado planificado desde el primer día”. 

Estirpe de guerreros
Abogada y licenciada en Educación, Fernández es doctora en Ciencias, y especialista en Ciencias Penales y Criminológicas, Derecho Administrativo, Gobernabilidad, Políticas Públicas y Comunicación Política.

“Mi abuelo fue un luchador en España, de los presos, de los excluidos, de la guerra civil española. Nací en Asturias y creo que ahí hay una sangre de guerreros que se impuso en mi manera de actuar. Siempre estoy enfrentando al Poder. Somos una familia formada en valores de justicia e igualdad. Entonces, eso siempre te lleva a asumir labores de defensa”.

Postulada en 2000 a juez penal por concurso ante Naciones Unidas, ocho años más tarde comienza su relación con los medios comunicacionales como conductora del programa radial “Para que te defiendas” en la emisora 95.5 FM, donde explicaba a la población los deberes y derechos que debía cumplir. 

Ese mismo año la encontramos junto a Nelson Himiob, como fundadora del Foro Penal Venezolano, organismo que brinda apoyo y asistencia especialmente a familiares y víctimas de detenciones arbitrarias.

 Educación y Derecho, así, aparecen como los pilares fundamentales de una labor que encuentra en los medios los canales idóneos para su ejercicio.

“El programa –dice- me abrió la posibilidad de hacer lo que siempre quise hacer en este país, que era educar a la gente en valores de derecho y de justicia”. 

Defensora y víctima
Mónica Fernández conoce el monstruo por dentro, desde ambas aceras. Como defensora, pero también como víctima.

Por ejemplo, cuando su decisión como titular del Tribunal 39 de Control, en abril de 2002, fue acusada por el entonces Ministro del Interior de Hugo Chávez, Ramón Rodríguez Chacín, de haber permitido su detención arbitraria al firmar la orden de allanamiento de su vivienda. Una acusación de la que salió dos años más tarde, por la ley de amnistía del hoy fallecido mandatario.

En 2008 sufre un atentado a manos del hampa común, dice, con el resultado de un proyectil alojado en su espalda, que le costó varios días de hospitalización, aunque sin daños que lamentar.

“Se pensó que tenía implicaciones políticas, pero fue un secuestro express, Yo venía de haber sido enjuiciada por los sucesos de abril, y Chávez me dio la anuencia en 2007, pero lo que sí es cierto es que yo no tuve justicia, y sí graves consecuencias psicológicas, porque ese trauma te queda para toda la vida”. 

Por encima de todo, defiende su imparcialidad en la tarea que ha asumido: “Yo nunca he caído en política, estoy del lado del ciudadano. Creo que pocas personas en este país pueden hablar como yo de eso: la única mediadora de verdad en este país puedo ser yo, porque tengo la posibilidad de sentarme con ambos bandos y siempre en el respeto de ambos”.

“Este país va a cambiar cuando cambie el sistema de justicia” Desde sus oficinas en el centro comercial ubicado al lado de la planta televisiva, Fernández coordina las labores del grupo de abogados que la acompañan en su tarea de brindar asesoría accesible al ciudadano, en un país donde el costo de las tarifas, la corrupción o el amiguismo, atentan contra el ejercicio pleno de justicia.

Afuera, familias con niños en brazos, personas de la tercera edad, aguardan su turno. “Este programa me abrió la posibilidad de hacer lo que siempre quise hacer en este país, que era educar a la gente en valores de derecho y de justicia”, afirma a propósito de “Se ha dicho”.

“Cada caso tienen una magia, la particularidad y el gentilicio venezolano”, declara entre sus satisfacciones. “La gente en la calle, es como si te conociera de toda la vida. Para mí todos los casos han tenido relevancia, y todos coinciden en algo: El venezolano vive al margen de la ley hasta que se da cuenta de que siempre estaba al margen de la ley y que lo que no está bien termina golpeándolo. El venezolano todo lo deja en el aire, todo se hace desde la informalidad, desde el amiguismo, desde el amor. Hay una ausencia de cultura política total”. 

A pesar de todos los vicios que aquejan la administración de justicia en el país, Fernández es optimista. Está convencida de que todo puede cambiar, y que ese cambio va a potenciar la transformación que el país reclama.

“El sistema judicial en Venezuela está muy alejado de los valores y los principios. Pero en algún momento esto debe cambiar para bien de todos. Ese es mi mayor sueño en este país: lograr que la justicia cambie”. 

Y eso empieza por la educación.  
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