De María Mercedes Gessen se ha dicho que ha “puesto orden en el Miss Venezuela”. Es miembro del directorio que preside Jonathan Blum, al cual reporta el comité ejecutivo que conforman Nina Sicilia, Jaqueline Aguilera y Gabriela Isler. Su presencia se hizo sentir en los seguidores del certamen y las candidatas aprecian y valoran muy bien su presencia. Al fin y al cabo, es su consejera psicológica.
-¿Cómo evalúa su experiencia a un año de asumir esta responsabilidad?
-Ha sido extraordinaria. Desde el año pasado establecimos un código de ética y de valores de convivencia, que se convirtió en la guía fundamental para que las concursantes se sientan protegidas, respetadas y que sus personalidades se desarrollen y potencien a la máxima expresión. No sólo en su belleza física, sino incorporando también lo que bautizamos como belleza integral. Al final, la idea es que todas logren un propósito de vida, que sean exitosas y líderes sociales en cualquier ámbito que se desempeñen.
-¿Cómo siente que las misses surgidas dentro de los nuevos esquemas reflejan, cabal y armónicamente, atributos físicos y belleza interior?
-Isabella Rodríguez, la actual Miss Venezuela, que nos representará en el Miss Mundo, es la mejor prueba. Ha crecido en todos los aspectos de su personalidad. Es una líder social inteligente, muy querida en su comunidad y por los venezolanos, además de ser una mujer de principios, con una familia que la apoya, humanitaria, muy generosa, optimista, que asume los retos y se esfuerza por alcanzarlos. Es una persona que enfrenta las dificultades y le busca soluciones a los problemas. Le auguro un futuro muy próspero.
-¿Plenamente satisfecha con los resultados conseguidos?
-Sí, pero siempre nos estamos fijando nuevos objetivos para ir optimizando el certamen y ser cada vez mejores.
-¿Cuáles han sido los mayores logros alcanzados en este sentido?
-El Miss Venezuela ha logrado recuperar la confianza de los venezolanos. Las misses saben que el manejo de la organización es simple, aplicaron por Internet para concursar y entraron a un proceso de selección riguroso pero sencillo, donde, sin alcabalas, pudieron ser seleccionadas por sus atributos físicos, intelectuales y psicológicos, y -muy importante- sin discriminaciones.
-¿Ha fluido eficazmente su reto de defender los derechos y deberes de las misses y proveerlas del adecuado apoyo psicológico que requieren?
-Sí, claro, ellas tienen un acceso directo a la consultoría psicológica. Pueden, en cualquier circunstancia, plantear sus angustias y necesidades. Si se sienten en algún momento incómodas, pueden expresármelo sin ninguna traba. También, en algunos casos, de requerirlo, tienen apoyo psicológico. Además les brindamos asesoramiento en neuroprogramación positiva, con el respaldo de mi esposo, Vladimir Gessen.
-Usted ha dicho que “de lo que se trata es de apuntar siempre a la excelencia integral de la persona.” ¿Objetivo plenamente conseguido?
-Lo hermoso de este trabajo es que uno ve la evolución y transformación integral de la personalidad de cada una de las concursantes. Sin embargo, como permanentemente apuntamos a la excelencia, el objetivo -por definición- nunca lo alcanzamos, pues cada vez que lo hacemos buscamos algo mejor.
-¿Las principales fortalezas de su trabajo en el último año?
-Haber recobrado y expandido la majestad del Miss Venezuela como uno de los mejores sistemas para empoderar a la mujer venezolana. Baste citar que el comité ejecutivo lo dirigen tres misses. Su gerente general es Nina Sicilia, quien se ha desempeñado muy eficazmente, así como las otras integrantes, Jaqueline Aguilera y Gabriela Isler.
-¿Cómo describe el apoyo recibido por parte de la organización?
-Adriana Cisneros y Jonathan Blum, no solo creen en la causa que es el Miss Venezuela para desarrollar y empoderar a la mujer venezolana, sino que también tienen planes futuros que harán del certamen un ejemplo mundial de cómo hacerlo. Ellos, junto a todos los directivos del concurso y de la Organización Cisneros, me han brindado todo su respaldo.
-¿Todavía quedan aspectos por afinar o incorporar a su trabajo?
-Siempre los habrá. Cada año tiene sus peculiaridades y cada miss posee su mundo y sus propios atributos que debemos trabajar.
-¿La principal enseñanza que a nivel humano le ha dado su labor?
-Venezuela cuenta con unas mujeres fantásticas, con una nueva generación que está surgiendo en medio de tantas dificultades, son unas jóvenes resilientes, solidarias y con un espíritu de superación excepcional.
-De usted se ha dicho que ha sido la encargada “de poner orden en el Miss Venezuela”
-En realidad, se ha puesto orden en la casa gracias a muchas personas, desde los miembros del directorio que preside Jonathan Blum, como Miguel Dvorak, María Ignacia Arcaya y José Ramón de la Cotera, hasta Nina Sicilia, Jacqueline Aguilera y Gabriela Isler. Por mi parte, hemos puesto nuestro “granito” de integridad y psicología.
-¿Está de acuerdo con la participación de transgéneros en los concursos de belleza?
-Entre las nuevas reglas que hicimos en el Miss Venezuela, al igual que en el Miss Universo, se señala que pueden ser candidatas en el certamen si la participante es mujer legalmente, quedando abierta la posibilidad de que una mujer transgénero pueda hacerlo.
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