El actor Tom Hanks, que pone la voz al mítico personaje de Woody en la película "Toy Story", ha roto una lanza a favor de los juguetes para los niños: "Reivindico el poder de los juguetes por encima de las pantallas, claro que sí".
En una entrevista de Europa Press, Hanks ha augurado un final "emotivo" y rompedor para "Toy Story 4", la última entrega de la saga más emblemática de la factoría Pixar, que se estrenó este viernes a nivel mundial y en la que el protagonista retoma las aventuras junto a sus amigos Woody, Buzz y Rex.
Esta entrega dirigida por Josh Cooley, se centra en la historia de Woody, que continúa siendo el mismo juguete del que Andy se encaprichó hace años, pero con la diferencia de que el niño ahora se encuentra en la universidad y le deja en manos de un nuevo hogar, junto a Bonnie y la pandilla de juguetes de siempre.
El personaje luchará a capa y espada para que Bonnie sea feliz y todos estén a salvo y bien cuidados, especialmente tras la irrupción de un nuevo juguete: Forky, una manualidad hecha a base de retazos de una papelera de la guardería que hará las delicias de la pequeña, y por la que el protagonista peleará hasta el final.
Para Hanks, "ponerle voz a "Toy Story" ha sido un regalo" que ha perdurado a lo largo de casi 30 años desde que en 1991 le propusieron dar vida al entrañable vaquero en su versión original en inglés.
"Llevo 20 años siendo Woody, y me siento afortunado", exclama el actor norteamericano, que a lo largo de estos años ha sentido un proceso de identificación con el personaje de la película para la que los productores, Mark Nielsen y Jonas Rivera, no prevén continuación.
"Creo que hay más de mi en Woody que en cualquier cosa que he hecho en el cine", asegura el protagonista de "Forrest gump", "Náufrago" y "Philadelphia", que celebra que siempre vivirá en Disneyland detrás del personaje de Woody, como le hizo ver su hija en un viaje.
"Es uno de los grandes milagros porque una parte de mi siempre va a estar aquí con ese sombrerito con ese pañuelo y con todo y voy a ser Woody para siempre", dice un Hanks, que constata la profundidad de la película con una trama basada en los cambios vitales compartidos por todos los seres humanos.
Además defiende los juguetes por interpelar a la imaginación con visiones "más vivas de lo que va a salir jamás de una pantalla", subraya.
Incluso el nuevo juguete que se une a la historia, Forky, "no es un juguete, sino que es un producto de la imaginación", fruto de un acto participativo y no reactivo por el que Hanks siente un afecto especial.
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