El éxodo es un proceso que ha marcado a todos los pueblos en algún momento de su historia. Antes de que Venezuela se convirtiera en el punto de partida de miles de personas que hoy huyen buscando una vida mejor, en Su vida, la escritora Victoria de Stefano (Rímini, Italia, 1940) recuerda al país que alguna vez la recibió con los brazos abiertos cuando migró a América escapando de los embates Segunda Guerra Mundial.
Publicado en formato de plaquette por la editorial Taller Blanco, su relato dista de cualquier autobiografía, pues la filósofa y ensayista parte de la distancia para narrar ese capítulo de su vida apelando al narrador en tercera persona para referirse a sí misma, pues desde la adultez, considera que hoy es alguien completamente distinta a la Victoria de seis años que partió del puerto de Nápoles con su familia en un pequeño buque de guerra, acondicionado para llevar inmigrantes al sueño americano.
"Yo fui esa niña, pero ya no. Ahora soy otra persona", dice.
De esa Nápoles que dejó atrás, apenas recuerda a su abuela, que se quedó, los escombros y los palacios calcinados por los bombardeos, pero también los juegos con sus hermanos y la casa con vista al legendario monte Vesubio. En su tránsito, evoca el vértigo de desembarcar en las plateadas aguas de esa Nueva York a donde convergían todos los exiliados; y su arribo en avión a Maiquetía, con "la humedad, el calor y las palmeras bajo el cielo prolijo de estrellas".
De Stefano, autora de libros como La noche llama a la noche (1985), Historias de la marcha a pie (1998) o el ensayo Poesía y modernidad, Baudelaire (1984), destaca que la niña que describe en su relato, callada y observadora, ya tenía la literatura presente en su naturaleza, florecida a pesar de que afirma que aprendió tarde a leer y escribir (a los siete años), sin los traumas de pasar del italiano al español como lengua principal, pero sí con las huellas de haber vivido la ocupación nazi en Europa, y demás experiencias que la volvieron precoz.
A pesar de la vigencia de su historia en un momento donde la diáspora venezolana ocupa los titulares y preocupaciones del continente, revela que Su vida -al que en un principio quiso llamar Su origen- en realidad fue escrito hace diez años como un cierre inédito para la compilación de sus ensayos La insubordinación de los márgenes. Jamás pensó que alguna vez podría repetirse la historia en la tierra que la acogió a ella y a cientos de migrantes italianos, españoles y portugueses, entre otros.
Acota que para ellos el sufrimiento por la situación actual es más grande, pues a diferencia de las generaciones más jóvenes, ya echaron sus raíces en esta acá, y sienten que ya no tienen otro lugar al cual ir.
"Una verdadera ironía", lamenta, mientras vuelve a recordar esa Caracas pequeña, conservadora, pero segura, en la que disfrutó su juventud.
Sobre la publicación con Taller Blanco, una casa editora emergente radicada en Colombia y que toma su nombre del libro del poeta Eugenio Montejo, señala que ante la crisis editorial que vive actualmente Venezuela, constituye una iniciativa importante que con mucho esfuerzo ha logrado salir adelante, y por la que muchos autores, noveles y experimentados, han aportado algunas de sus obras.
De Stefano, quien publicó varias de sus obras con la española Alfaguara antes de que esta se fuera del país, resalta que con Taller Blanco ha conseguido a través de las versiones digitales poder ser leída hasta en lugares recónditos del mundo, prefiriendo entonces el alcance al público por encima del tradicional formato impreso.
"Es más importante ser leído que tener el libro en la mano", sentencia.
@JJFlores94
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